miércoles, 30 de diciembre de 2009

EL AMOR

- ¿Cómo puedes ser tan insensible y tan hosco conmigo? ¿No tienes algo de cariño para mí? Yo te amo, estoy sensible contigo ¿Por qué no me correspondes en la misma medida?

- ¡Ay, caramba! ¡Déjame en paz! Siempre estamos con lo mismo. Ya me conoces; los Macalla somos así: incapaces de demostrar nuestros sentimientos. No sabemos expresar lo que sentimos con palabras. Somos fríos. Yo soy como mi abuelo y como mi padre ¿Qué quieres? Las cosas son como son…

¡Vaya chorrada inventada y aprendida de memoria! Pues, si sois así los Macalla, me parecéis bastante mamones. Sólo hay una manera de amar: Incondicionalmente.

La gente, tú, yo, estamos programados para recibir amor; para obtener caricias positivas a cambio de un buen comportamiento. Pero eso se comprende en los niños. Para su buen desarrollo físico y mental, deben recibir atenciones, caricias y amor de sus padres. Pero llegados a la edad adulta, ya no deberíamos necesitar que nos amaran. Sin embargo existe una programación de la mente humana desde la infancia: El género humano necesita ser amado, gratificado y halagado para poderse sostener en unos parámetros correctos de comportamiento. Pero, en realidad, el hombre lo único que necesita de una forma vital es amar. Sólo eso, amar con todo su ser. Y el amor que debe de ofrecerse a sí mismo y a los demás, o es incondicional o no es amor. Yo te amo y tú haz con mi amor lo que quieras. No me importa el resto, sólo quiero y necesito amarte. Te amo tanto que deseo tu entera felicidad. Pero no te exijo nada a cambio. Si no, actuaría como en los negocios: Yo te doy si tú me das otra cosa a cambio.

El verdadero amor es algo sublime de lo que muy pocas personas pueden jactarse. Casi nadie tiene esa clase de amor para ofrecer. De manera que siempre andamos exigiendo el pago de nuestra dedicación o de nuestro cariño. ¡Estoy harta de dar siempre, estoy más que harta! Por una puñetera vez, me podías dar tú a mí. Me podrías ofrecer tu amor, tu consideración y tu respeto. Pero este trueque no funciona. Esta es la causa de la fractura de tantas parejas después de un breve ensayo general con todo –como en las obras de teatro- Es necesario amar sin pedir nada a cambio, nunca. La necesidad vital es amar; no ser amado, amar. El amor es lo único que no se agota con su uso. A medida que lo vas dando, se te va multiplicando exponencialmente, hasta que llega un momento en que piensas que vas a estallas de tanto amor acumulado.

Mientras el hombre no aprenda a amar incondicionalmente, no se podrá hablar de amor, porque estará errando los términos: hablará de trueque, comercio, negocio. Todo menos amor.

Para ser feliz y hacer felices a los que te rodean –incluida tu pareja- ama incondicionalmente. Esta es la clase de amor de la que hablaba Jesús de Nazaret, y que es tan incomprendida. Este es el amor al que se refería cuando decía: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Es poco fácil: estoy en ello. Pero comprendo que es lo que hay, y que es la asignatura pendiente de la humanidad. Y, que, una vez aprobada, cambiará radicalmente la manera de ser, de sentir y de actuar de todos los seres humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...