«Muere el cantante de
los Bee Gees, Robin Gibb» El cantante, de 62 años, luchaba contra un cáncer.
¿Qué tiene de extraño
esta noticia? Para todo el mundo será una más de gente que se va, a más
o menos temprana edad, a causa del cáncer. Pero para mí hay una frase que
define la idea actual sobre el cáncer de cualquier índole: “Luchaba contra el
cáncer”. Esta frase es igual que: “Libraba una batalla contra el cáncer” o
“Batallaba encarnizadamente contra el enemigo de la actualidad: El Cáncer” o
“Perdió su batalla contra el cáncer”…
Estas frases están
acuñadas por los encargados de la difusión de noticias y las emplean como
justificación de un hecho que no tiene explicación. Todo el mundo lucha contra
el cáncer y casi todo el mundo pierde la batalla. Y con todos los adelantos que
hay ahora ¿Cómo es posible que no haya salido un ‘listillo’ que haya inventado
la panacea? ¿No será que hay intereses ocultos que colapsan todos los intentos
de investigar sobre la materia? ¿Habrá un viejo de barba rala y berruga en nariz, delante de la
pantalla de un super ordenador, que mueva los hilos de los cerebros mundiales
para evitar que la gente deje de sufrir? ¿Hay gente que se lucra del
sufrimiento humano y de la enfermedad?...
A todas las preguntas:
Sí. Hay gente –miles de personas– que se lucran del sufrimiento humano, de la
enfermedad y de la muerte. Y el resto, somos tan sandios que no nos damos
cuenta de los tejemanejes de las multinacionales que, a diario, se encargan de
mantener el dolor de los enfermos, para venderles analgésicos, que producen
nefastos efectos secundarios, que requieren de otros fármacos que también tiene
contraindicaciones y que necesitas otros específicos que…..
¿Cuándo vamos a ganar
la batalla? ¿Cuándo nos vamos a enterar de que los acontecimientos se suceden
como las ramitas que flotan en la corriente de un río: siempre diferentes,
siempre atractivas, siempre rápidas…? ¿Cuándo nos dejarán llegar a la
conclusión de que hay que aprender a vivir felizmente sean cuales quiera que
sean las circunstancias que nos toquen vivir, para aprender a morir? La muerte
está garantizada. Es una de las verdades que no me ruborizan, siempre voy a
tener razón. Algún día llegará a pesar de las multinacionales, de los
quirófanos y de los esfuerzos de todos por ganar dinero –lo de salvar vidas es
secundario y colateral– Creo como cierto que todo el mundo tiene una fecha de
caducidad. Y que llegado el momento, se acabó. Y que ni la ciencia, ni las
luchas pueden retrasar el día, ni la hora, ni el minuto, ni el segundo.
Lo que varía, lo
verdaderamente enjundioso, es cómo llegamos al momento supremo una vez
percatados de que tiene que llegar. Hay quien vive feliz y no lo piensa. Hay
quien llega a la meta descojonado de pies a cabeza. Hay quien llega fresco y
feliz con más años que matusalén, pero repartiendo paz y felicidad. Hay quien
tiene alrededor varios cientos de personas que están deseando que las palme.
Hay quien se va sin alboroto, y hay quien lo hace con estruendo de percusión y
efectos especiales. Pero lo importante no es la meta, lo importante es el
camino. Pero más importante que el camino, es la manera de andarlo…
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