Interesan los consejos culinarios. Es así. La cocina interesa más de lo que yo me imaginaba. Hablo por las estadísticas de mis páginas de blog. Lo más visto es ‘El código curativo’, seguido de cerca por los ‘Consejos culinarios’. Y como yo escribo para vosotros…quizá esto sea muy presuntuoso por mi parte…hubo un tiempo en el que pensé que yo no tenía derecho a deciros lo que tenéis que pensar, hacer o decir…Gente que estaba mejor y vivía más feliz a costa de mis escritos, me decidieron a seguir haciéndolo. Y aquí sigo, unos días sí y otros no, como todo el mundo.
Continúo…Como yo
escribo para vosotros, es justo que os diga lo que queréis escuchar. Y como lo
más de lo más, es ‘La curación’, hoy me pone decir lo que pienso con respecto a
la curación.
Bien es sabido que me
enloquece el aspecto mental involuntario de la enfermedad. Escribo y escribo
sobre el mismo tema, con la esperanza de que alguien recoja las ideas y mejore
su estatus físico y espiritual. Me apresto, entonces, a escribir sobre un
asunto que me encanta: La auto-curación.
Opino, que, puesto que
la enfermedad nace de un conflicto emocional en el que, por supuesto,
interviene de una manera decisiva la mente, también su terminación tiene que
apoyarse, por el mismo motivo, en la mente. Si yo soy el que pienso y, por
ende, me proporciono mis disgustos, que, a su vez, me enferman, debo de ser yo
el que, en posesión de la verdad eterna: «Vives como piensas», ponga en marcha
los mecanismos mentales para curarme.
Auto-curación
Tiene tres apartados
fundamentales:
a)
Conocer la verdadera causa de mi
enfermedad
b)
Reconocer que, esa, es verdaderamente el
origen de mi patología
c)
Curarme. Si quiero curarme...
No me refiero al diagnóstico
médico; ese que emite cuando, después de haber hecho una serie de pruebas
analíticas, radiológicas y anamnésicas, nos dice lo que, a su juicio, padecemos.
No. Me refiero a las causas emocionales que han dado origen a nuestra
enfermedad. Aquello que, vivido intensamente y habitualmente en soledad, nos ha
tenido muy preocupados, sin sueño y temerosos. Aquel conflicto emocional que ha
desencadenado los procesos morbosos que han acabado en la patología, más o
menos grave, que padecemos.
*Anamnesis (del griego
αναμνησις, anámnesis = traer a la memoria) significa 'recolección',
'reminiscencia', 'rememoración'. La anamnesis en general apunta a traer al
presente los recuerdos del pasado, recuperar la información registrada en
épocas pretéritas
Es diametralmente
opuesto para el paciente, encontrar a un médico que le diga:
-
«Usted, querido amigo, tiene una
amigdalitis aguda, porque ha cogido frío…o porque se la ha pegado su hijo de
corta edad…o porque ha bebido algo helado…etc. De manera que tendrá que tomar
este antibiótico y hacer gárgaras con un antiséptico»
A encontrar a otro que
se exprese en estos términos:
-
«Usted, querido amigo, tiene una
amigdalitis aguda, porque tiene un conflicto emocional llamado: ‘No puedo
tragar la situación’. (No aguanta a su jefe; no le llega el dinero para acabar
el mes; ha discutido gravemente con su esposa; no le gusta lo que hace su hijo…)
y eso le ha provocado su amigdalitis. Así que haga unas gárgaras con este
antiséptico; si tiene fiebre, un antipirético y, sobre todo, intente revertir
esa situación emocional.
Reconocer que, esa, es,
o puede ser, la verdadera causa de su enfermedad
Una vez escuchado al
segundo médico: aquel que le ha dicho que su amigdalitis está provocada por un
conflicto llamado: “No puedo tragar la situación”, reconocer que es verdad.
Y por último:
Curarse
La curación es responsabilidad
de las glándulas de secreción interna, que mantienen la homeostasis en unos
términos adecuados para sustentar un estado de salud corporal. Las mismas que en
una situación de emergencia segregan adrenalina y cortisol, para preparar al
organismo para la defensa, para el ataque o para la huida. Pero esta secreción interna
no está decidida por las propias glándulas, sino por el cerebro que, a su vez,
responde a los mandatos de la mente: Tengo miedo y se me eriza el cabello,
aumento el peristaltismo intestinal y relajo los esfínteres.
*Homeostasis (del
griego homo (ὅμος) que significa "similar" 1 y estasis (στάσις)
"posición", "estabilidad") es la característica de un
organismo vivo, mediante la absorción de alimentos y vitaminas (metabolismo) y
regular las funciones que existen dentro de él, para mantener una condición
estable y constante. La homeostasis es posible gracias a los múltiples ajustes
dinámicos del equilibrio y los mecanismos de autorregulación.
Y, naturalmente, todo
este tejemaneje glandular, no lo decido yo de una manera voluntaria, sino el
conflicto mental que yo no controlo a nivel consciente.
El cuerpo humano tiene
un sublime poder de regeneración orgánica y de curación, pero hay que dejarle
cumplir con sus funciones. Si estoy tensionado, conflictivo y estuporoso, no
dejo que la mente se relaje y, por tanto, el cerebro está emitiendo ordenes
constantemente a todos los órganos, y casi siempre son contradictorias y
agresivas. Si mantengo la mente moderadamente pacífica (dentro de lo que soy
capaz), estas órdenes agresivas y contradictorias no se emitirán, y el cerebro
se dedicará a lo que debe: Reparar los procesos orgánicos mediante la emisión
de órdenes precisas y positivas.
Por tanto la curación
está basada en la tranquilidad y la paz mental. En no pensar, en vivir
intensamente el momento, en crearse una filosofía basada en: «Si tiene
solución, no te preocupes; si no la tiene, no te preocupes…simplemente ocúpate»
Y tantas otras consideraciones que ya os he dicho, pero sobre las que incidiré
poco a poco.
Todo esto no tiene
efecto en las personas que utilizan la enfermedad para chantajear emocionalmente
a la pareja, a la familia y a los amigos, o aquellas que la utilizan para extorsionar
a las instituciones, con deseos de renta económica.
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