Pienso, cada vez con más
sentido, que todo tiene un porqué en esta vida; que cada acción lleva implícita
una reacción y que, excepto los actos irresponsables de un enfermo mental (de
estos hay muchos en cargos públicos) todo lo que se hace es como respuesta a
una acción anterior. La violencia de género es lamentable y se instrumentan
medidas inútiles, en su mayoría, para intentar corregirla. ¿Sabéis cuántos
hombres se ven privados de su vivienda, de su automóvil, de sus hijos, de una
parte sustancial de su sueldo? ¿Sabéis cuántos hombres sufren vejaciones,
ataques y falta de consideración por parte de sus parejas? ¿Sabéis cuántos
hombres pierden los juicios con sus parejas después de un divorcio traumático?
¿Sabéis cuántos hombres no gozan de una vivienda digna, de un sueldo digno, de
sus objetos personales, porque los jueces han decidido en su contra? ¿Sabéis
cuántos hombres prefieren morir que vivir con una constante zozobra y con una
constante negación de sus derechos? Niego la violencia, pero debían de revisar
el código civil y el código penal y, sobre todo, tapar la boca a las ‘feminazis’
que siempre hablan de machismo. Y a aquellas autoridades que quieren arreglar
las cosas con ideas geniales, remitirles a la educación escolar, a los valores,
a la solidaridad, a la honradez, a la mansedumbre, a la consideración hacia la
mujer; y a la mujer, a la consideración hacia el hombre. A los jueces que
revisen sus apuntes y que se lean “El Criterio” de Jaime Balmes. Hay muchas
mujeres cuyo lábaro en esta vida es vivir a costa de un hombre y cuando le han
exprimido, abandonarlo a su suerte.
La primera medida en todo
matrimonio para evitar males futuros, debería de ser obligar a las parejas a casarse
en régimen de “separación de bienes”. A ver cuántas mujeres se
casaban??????!!!!!!!!. Dixit.
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