El factor humano es aquello que favorece o se opone a determinada acción del hombre. El elemento o concausa que determina el resultado de una acción.
El humano; el hombre, es impreciso, inesperado, imprevisible, caprichoso y proclive a la melancolía y a dejarse afectar gravemente por causas externas a él. Hasta que no te encuentras en determinada circunstancia no sabes de qué manera vas a reaccionar, ni por dónde vas a salir, ni cuáles serán los resultados del hecho. Pero lo que depende del ser humano, yo lo pondría siempre en cuarentena, y no apostaría muy fuerte por si acaso. No estoy hablando en sentido peyorativo, sino en el más estricto papel de abogado defensor, para arrimar el ascua a la sardina de mi raza.
Cuando una persona se ve obligada a decidir, lo hace, pero con desgana, porque sufre la falta de seguridad que nos caracteriza a todos –a unos más que a otros–, pero a todos en general. Y esta inseguridad que está presente en el género al que pertenecemos, de una manera u otra, influye en la cuenta de resultados de la historia del hombre en la tierra.
¿Nos debemos culpar por ello? No. Solamente hagámonos conscientes de nuestra escasa infalibilidad y procuremos, en lo sucesivo, aprender de los errores y de la historia. Esto lo podemos aplicar a cualquier orden de la vida, pero me voy a remitir a la faceta deportiva, y por lo tanto la más humana de todas. En el deporte influyen, creo que más que en otros ámbitos, los factores externos, sobre todo psicológicos. Me viene a la memoria, para ilustrar el aserto, el bajón que sufrió Rafael Nadal en su juego a raíz de sus tristes circunstancias familiares, que le hicieron salirse de sí mismo y no coordinar sus movimientos para ganar partidos. Pues si esto pasa con una persona, qué no pasará en un deporte que depende de 22 jugadores, dos entrenadores y cientos de miles de humanos que rodean el evento. Cada uno tiene sus implicaciones morales, afectivas y familiares. No son máquinas engrasadas y afinadas para conseguir su óptimo rendimiento, están sujetos a múltiples variables que hacen cambiar decisivamente el resultado del experimento. Todos los jugadores del equipo, además de estar entrenados y conservar sus características y rendimiento físico al máximo, tienen que prepararse psicológicamente, estar con la mente limpia y relajada y mantener su poder de concentración, fundamental para cualquier actividad humana.
Cada uno de los veintidós jugadores que corren por el campo en la unidad de tiempo, están sometidos a su propia presión, a la presión de cada uno de los compañeros de equipo, a la presión de cada uno de los rivales, a las de los entrenadores y la del público en general. Demasiadas presiones para una sola persona. Y, claro, no se pueden aventurar pronósticos, porque sobre el papel debería de acabar de una determinada forma con arreglo a factores lo más ajustados posibles, pero cuando interviene el factor humano, puede dar al traste con la lógica y con el resto de parámetros manejados por los medios de comunicación, por las casas de apuestas y por el público en general.
Veintitantas variables son muchas para plantearse cualquier pronóstico. Yo añadiría el factor de incertidumbre que desempeña un factor decisivo en cualquier experimento en física cuántica. Es el que dice que cualquier experimento varía con arreglo al ojo del observador. ¿Sabes lo que son cientos de miles de mentes empujando, la mitad para un lado y la otra mitad para el otro? ¿Sabes lo que son las mentes de los protagonistas sometidas a presiones de todo tipo?
Cuando yo jugaba al futbito, era integrante de un equipo de amigos que jugábamos algún torneo de Palencia. Cuando el entrenador me sacaba al campo, mi estado de ánimo era caótico: los nervios me tenían absolutamente acelerado, y esa rapidez provocada por la secreción masiva de adrenalina, no me dejaba concentrarme, ni coordinar mis movimientos de la debida manera. Esto dificultaba en gran medida mi rendimiento que se veía más disminuido si cabe cuando alguien de la familia estaba viendo el partido. No me puedo imaginar lo que sentirán los jugadores de futbol, observados constantemente por cientos de miles de personas, con la presión del entrenador, de los compañeros y del sueldo, muchas veces injustificado con arreglo a los méritos.
Así se comprende que el Madrid perdiera ayer frente a un equipo más conjuntado, más concentrado y con más motivación. La presión y la concentración que se opone a ella, son decisivos para el rendimiento de los partidos. Desconozco si hay estudios de los parámetros físicos del jugador antes del partido, durante el partido y después de él, comparándolos con los acontecimientos durante el juego y cómo estos acontecimientos influyen en el rendimiento del jugador. ¿Cómo influye el índice intelectual del jugador y su manera de afrontar los hechos de la vida, es otro estudio interesante. Cuando convenza a Florentino de poner en marcha los estudios pertinentes, ya os transmitiré los resultados.
He aquí la primera parte del video del viaje chamánico a México del año 2005. Iré subiendo el resto a medida que vaya montándolo. Un saludo a mis amigos mexicanos y a todos mis seguidores.
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