En
menos de una semana, una infección pulmonar se llevó por delante al jardinero
real. El rey, desolado por la pérdida de su entrañable hacedor de maravillas
florales, lo lloró durante dos meses y decretó luto en el reino durante seis.
A
pesar de la pérdida, del dolor y del duelo, se impuso la cordura y, poco tiempo
después, se mandaron emisarios a los cuatro puntos cardinales ofreciendo el
puesto vacante. Después de una reñida selección, consiguió la victoria un
experto mediterráneo.
Su
habilidad con las flores, los arbustos, los setos, los parterres y los árboles
era notoria y pronto se granjeó la confianza del rey y de los jardineros que
tenía a su servicio.
Un
buen día, durante un paseo por el dilatado espacio plagado de vegetación y
maravillas, que correspondía a los jardines reales, vio en la rama de un sicómoro
un pájaro para él desconocido. Tenía el
tamaño aproximado de una paloma, su traza parecida, pero exhibía unas alas
mucho mayores, un pico curvo y unas garras dotadas de uñas puntiagudas y
encorvadas con las que se aferraba a la rama del árbol. Evidentemente había
topado con el halcón real, desconocido hasta entonces para él.
Acuciado
por su celo profesional, se pertrechó de unas tijeras y volvió al sitio donde
había encontrado aquella extraña paloma. No sin trabajo la bajó del árbol y con
suma destreza y cuidado, la fue cortando las alas, las uñas y el pico. Una vez
acabada su labor cosmética, se quedó mirando con admiración al halcón real y
exclamo: «Ahora sí tienes aspecto de paloma. Tu antiguo cuidador te tenía muy
descuidada»
¡Qué extraño cuento y
qué bella enseñanza! El jardinero es cualquiera de las personas que actualmente
deambulan por cualquier ciudad, acuciadas por las prisas, distraídas por sus
pensamientos y aspiradas por el futuro y por el pasado. Trabajan, viven, comen,
se relacionan y encuentran en sus vidas multitud de halcones desconocidos a los
que pretenden cortar las alas, las garras y el pico, transformándolos en lo que
ellos creen que deben ser las palomas, dóciles, sencillas, que vuelan, arrullan
y luego vuelven al palomar.
Y cuando encuentran un
halcón no entienden su vuelo, ni su aerodinámica, ni su rapidez, ni ninguna de
las características que determinan su vida y su libertad. Y como se sienten
amenazadas por algo que no conocen, se dedican a cortar alas, garras y picos,
hasta convertir a los halcones en tímidas palomas, sometidas a los caprichos de
su dueño y señor.
Por favor, no te
dediques a cortar las alas a la gente, sobre todo a las mujeres de tu entorno,
más puntualmente a la que has elegido como pareja. Déjala que vuele alto, que
entre en picado y que se abalance sobre su presa con la velocidad que le
proporciona su libertad. Deja sus alas como son, su pico como Dios le creó y
sus garras como Él las fabricó para cumplir con sus fines. Deja al halcón que
viva libre y que sienta su libertad.
El amor es libertad y
la libertad genera amor. No te creas que por esclavizar a una mujer, por
vigilarla, por fiscalizarla, por seguir sus pasos constantemente, por privarla
de libertad, vas a conseguir, a ultranza, que te sea fiel, dócil y acomodada a
tu manera de vivir. Esto no pasa nunca. La violencia genera violencia, y la
libertad genera amor. Esclaviza a tu pareja y las gozará humillándote y
cubriéndote la frente de apéndices óseos. Aunque no la apetezca, te será
infiel, aunque sólo sea por pagarte tus arreglos de alas, garras y pico.
Deja al halcón ser como
es. No trates de cortar sus alas, su pico y sus garras. Déjalo libre y te amará
para siempre. Quítale las libertad y te odiará de por vida.
Efectivamente nunca se ha de cortar las alas a un halcón,a un halcón por muy paloma que quieras hacerle volverá a sus orígenes , volverá a querer su libertad, volverá a volar, a vivir a su manera, las mujeres somos libres por naturaleza, liberalas y efectivamente te amaran para siempre, anulalas y perderás su esencia, su amor y la divinidad que en ellas se esconde.
ResponderEliminarNo importa que no entiendan tu vuelo, lo mas importante es que lo entiendas tu, y es curioso cuando te ven volar se mueren de ganas de hacerlo... con lo sencillo que es , descubrir tu capacidad de volar y hacerlo muy alto, perder el miedo y dejar de ser paloma, si no naciste para serlo LIBERATE Y VUELA ,no hay nada mas hermoso en la vida que volar y saber que tienes a alguien que te permite hacerlo ,es la esencia de la vida no hay mas .
Como todo lo escrito en este orden y primcipios de vida elementales, es de una grandisima certeza que asi son las cosas, mejor dicho asi deberian de ser, pero detecto mayormente que el destinatario suele ser el género masculino, y que no convendria olvidar, que en tantisimos casos se suele cambiar el orden de afectados en virtud de todas estas faltas de respeto por la vida, y libertad del otro/a.
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