Oí comentar en cierta ocasión a Eduardo Punset, que para llegar a la élite de cualquier deporte de competición –tenis por ejemplo–, hacía falta entrenar duro al menos 10.000 horas. Diez mil horas equivalen a 417 días enteros dándole a la zapatilla, sudando, sufriendo, llorando y queriéndote cagar en todo. Pero lo mejor es que tienes que tener un estímulo y algún que otro aliciente. Si gozas de todos los ingredientes, se cocina una mente maravillosa que podrá moldear un cuerpo vencedor. Y quien habla de deporte, puede hablar de cualquier disciplina intelectual, para la que también hacen falta, a razón de ocho horas diarias incluidos días de fiesta –¡qué menos para conseguir la excelencia–, 3 años y medio de duro entrenamiento. Lo que quiere decir que un estudiante sobresaliente de cualquier carrera universitaria, debe estudiar 20.000 horas antes de salir al mundo a comérselo todo con aptitudes y sabiduría.
Pero esto no es fácil. Se necesitan muchos huevos para hacer esa tortilla. Y además de los huevos, necesitaremos un sazonador (el tutor), un poco de cebolla (la intención) y patatas fritas (la ineludible obligación de hacer). Todo esto se puede asimilar a una simbiosis entre la familia, los educadores y los legisladores. Poner las cosas fáciles no es bueno para nada, y si así hubieran tenido sus caminos Rafa Nadal, Fernando Alonso, Cristiano Ronaldo, Leo Messí, etc. hoy no estaríamos gozando de su talento.
Os juro que aunque se ponga la RAE a legislar en materia de ortografía, para facilitarle la labor a los ignorantes, zoquetes, estúpidos, ineptos, ignorantes, yo seguiré escribiendo el adverbio ‘cómo’ con acento. Si algún desgarramantas quiere escribirlo sin acento o quiere poner sólo, equivalente a solamente, sin acento, allá él y su idiocia crónica, y si los sandios al uso quieren seguir contestando negativamente a cualquier pregunta con el consabido ‘para nada’, en vez de en absoluto, o no, allá ellos con sus manías.
¿Quién me va a enseñar estilo literario cuando dentro de algunos años todos los educadores escriban deporte: dxt? ¿Quién se pondrá a escribir una novela sin acentos, sin signos de puntuación y sin reglas de ortografía? ¿Quién será capaz de molestarse lo más mínimo por alcanzar una meta, si las metas ya no servirán para nada ante el deterioro de todo tipo?
Es bueno tratar de ser excelente para la salud. Tratando de alcanzar cotas excelsas, no se tiene tiempo para pensar en las batuecas. Y pensar en las batuecas (estar distraído y ajeno a aquello de que se trata), es muy malo.
Pensar en las Batuecas es muy sano,
y más hacerse el loco en lo importante.
Que limpie nuestra senda el de delante
y hallemos el camino abierto y llano.
Hay muchos que así opinan y, no en vano,
muy cómoda es su vida. Mas, no obstante,
parece más bien poco interesante
que estar siempre tranquilo te hace anciano.
Me agrada, y lo confieso con holgura,
el riesgo y el sentirme siempre alerta;
acaso con mis años es locura,
mas noto sin la intriga el alma muerta.
Que en medio del fragor de la aventura
mi mente aletargada se despierta.
(Francisco Escobar Bravo)
¡Que sí! ¡Que sí! Que no podemos vivir en la holganza, que hay que currárselo todo, y bien, para acostarse por la noche, poner una pierna aquí y la otra allá, mirar ligeramente atrás y pensar que hoy hemos cumplido con nuestra obligación de poner psicología en vez de sicología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario