lunes, 2 de julio de 2012

DEMASIÉ PARA EL BODY



He crecido con el debate de la selección española de futbol. Durante mi niñez y mi juventud, cada cuatro años comenzaba el debate de la selección española de futbol. Muy buenos jugadores, muy buen entrenador, muchas ganas, pero, a la hora de la verdad, no pasábamos de cuartos de final. Aquel verano de 1964, siendo España la organizadora del campeonato de Europa, 25 años después del final de la guerra civil, ganamos a la Unión Soviética, y como si hubiéramos ganado la contienda civil otra vez, se organizaron fastos y celebraciones para conmemorar la gran hazaña.

Después de esos acontecimientos, un largo silencio de 20 años, hasta que llegamos a una final de otra Eurocopa, que esta vez perdimos ante Francia, año 1984. Derrotado el equipo español, pero con la alegría de la mejoría sustancial, se colocó al equipo nacional de futbol donde verdaderamente le correspondía, entre los privilegiados del mundo.

Año 2008, 24 años después del fracaso final frente a la república francesa, el equipo nacional barre en la Eurocopa y gana la final frente a Alemania, proclamándose, después de 44 años, nuevamente campeona de Europa. La situación era absolutamente desconocida para la gente de mi edad, no había parangón en la historia, y nosotros empezamos a hacerla, por lo menos en una faceta admitida y admirada por todo el mundo en todas las latitudes. Yo no cabía en mí de gozo, y no recordaba una sensación parecida ni siquiera con los triunfos del Madrid, el club de mis amores, que paliaba en parte, la sequedad de galardones para la selección.

Después de eso, la satisfacción de haber entrado por la puerta grande en el club de los elegidos y la tranquilidad de haber visto, por segunda vez en la historia, el triunfo europeo de nuestros colores. ¿Para qué íbamos a pedir más? Ya estábamos pagados con el título de campeones de Europa por segunda vez en mi vida, y en la vida de todas las personas  que tuvieron la suerte de nacer en mi generación.

Año 2010, se disputa en Sudáfrica la copa del mundo de futbol, ganada en el año 2006, por Italia. España, después de haber ganado la Eurocopa en el 2008, había ganado prestigio para encontrarse entre las favoritas al título, pero nosotros, los ciudadanos del mundo de mi generación, teníamos muchas reservas y reticencias al respecto; ninguno creíamos en la selección de España para ganar el mundial ¡Madre mía, ganar el mundial! Eso estaba reservado para otras selecciones con más solera, más consistencia y, quizá, más experiencia que la española. Pero la realidad nos llenó de gozo y España arrebató a Italia el cetro mundial, ganando la copa del mundo  Jules Rimet, el trofeo más codiciado por cualquier selección de futbol nacional. ¡Y la había ganado España por primera vez en su historia, entrando en el club de los elegidos!.

Solamente ocho selecciones han tenido, hasta el día de hoy, el privilegio de ganar la copa del mundo, alguna de ellas varias veces: Uruguay (1930, 1950), Italia (1934, 1938, 1982, 2006), Alemania Federal (1954, 1974, 1990), Brasil (1958, 1962, 1994, 2002). Inglaterra (1966), Argentina (1978, 1986), Francia (1998) y España (2010). Vi el partido final en mi casa, por circunstancia, solo. Cuando metió el gol de la victoria España, lloré de puro gozo, saltaba de nerviosismo, iba de un lugar a otro sin poderme contener…Era un estado alterado de conciencia, provocado por la inmensa felicidad que me estaba produciendo el hecho de vivir, por primera vez en 69 años, el triunfo total de una institución española en el mundo; el triunfo total de mi país, de mi querida Patria.

Ayer, para más abundamiento, tuve la fortuna de ver otro triunfo, el tercer galardón consecutivo de la selección española de futbol en una competición europea, la Eurocopa de futbol de selecciones nacionales. ¡También salté, grité los goles, lloré de alegría y me dejé contagiar por el sentimiento de los jugadores y del público testigo del hecho. Además, esta situación de ganar los tres galardones seguidos: Eurocopa, mundial y Eurocopa, no tiene precedente en la historia, de manera que nosotros vivimos incluso esta situación inédita, que posiblemente no se dé más en un futuro.

Los chavales de ahora tendrán el sentimiento de normalidad. De 2008 a 2012, en el plazo de estos cuatro años, hemos ganado tres títulos seguidos, los únicos posibles.Y esto, enfrentados a selecciones como Alemania, Francia, Italia, Inglaterra, Portugal, dice mucho de la calidad, técnica, dirección y unión de la selección española. La gesta es tremendamente difícil y, técnicamente casi imposible de repetir. Y nosotros hemos tenido el privilegio de vivirla en primera persona. Ellos, todos ellos, desde el utilero, hasta el entrenador, han trabajado para nuestra felicidad. Gracias por ello.
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