viernes, 11 de mayo de 2012

LAS DEFINICIONES




Todos estamos llenos de definiciones, y la definición concreta un estado, un objeto, una situación o a una persona. Después, nadie osa contradecir ni un ápice  los términos de la definición. Definición, según el diccionario de la RAE, es una proposición que expone con claridad y exactitud los caracteres genéricos y diferenciales de algo material o inmaterial. Y si la exposición es con ‘claridad’ y ‘exactitud’, significa a) que lo puede entender todo el mundo, y b) que se corresponde con la realidad material.
Según he dicho muchas veces anteriormente,  no todo es lo que parece, ni corresponde a su definición, aunque habitualmente la gente lo hace corresponder. Y ahí es donde yo voy. Cada cual tenemos una definición precisa de todo en la vida. De la mayoría de las cosas, objetos y situaciones, porque lo hemos aprendido de definiciones anteriores, así como la definición del carácter, maneras y actitudes de mucha gente. Pero acuñamos definiciones propias, tanto del prójimo como de nosotros mismos. Y esas acuñaciones se quedan indelebles en nuestra cabeza, incapaces de cambiarse, empeorar o mejorar.

Si tengo una opinión sobre determinado individuo, le tengo definido, y todo en él corresponde, según mis parámetros, a la definición que he elaborado. Y ya resulta muy complicado cambiar los caracteres del individuo porque le sometemos al rigor de la definición. Y la persona tiene que corresponder fielmente a ella. Yo me defino, tengo definiciones para mi conjunto y para muchas facetas de mi vida, y, habitualmente respondo escrupulosamente a esas definiciones previas, sin importarme nada cómo me definan los demás. Si yo me defino como ‘bondadoso’ todas mis actuaciones se filtrarán a través de esa definición. De manera que en todo se pueda dejar entrever mi ‘bondad’. Si me he definido como ‘frio e implacable’, toda mi vida estará llena de actuaciones de esa naturaleza, porque yo me he definido de esa manera y tengo que ser fiel a mi definición.
Y esto es tan definitivo y tan potente, que la persona que se ha definido como ‘canalla’, está tan metido en su papel, que ni siquiera considera que pueda haber otra actuación en la vida que se pueda apartar de la canallada de la gente despreciable y de malos procederes. Están tan imbuidos de su definición que ya, como los primeros indios americanos, son incapaces de ver las carabelas de Colón, porque no tienen la definición de ‘carabela’ en su intelecto.

¿Cómo te defines tú? ¿Cómo lo haces en determinadas situaciones? ¿Qué motivaciones tienes para hacer las cosas que haces en esta vida? Todas estas son preguntas que, evidentemente, tienen una respuesta coherente, pero ¿Te las has formulado en alguna ocasión? Y por otra parte ¿Te has preguntado cómo te definen los demás, la gente que te rodea y se relaciona contigo, tu familia? Sería muy interesante que hiciéramos ambos ejercicios. El primero, saber cómo me defino yo a mí mismo es muy interesante. Con el segundo, saber cómo me definen los demás, nos llevaríamos sorpresas de toda índole.
LU4E.

jueves, 10 de mayo de 2012

HIJOS


Mira tu camino
A los niños olvidados, perdidos
Dales la mano
Para llevarlos
A otro mañana

Siente en medio de la noche
La ola de esperanza
Ansia de vivir
Sendero de gloria

Alegrías infantiles,
Olvidadas, borradas demasiado pronto
Una luz dorada brilla eternamente
Al final del camino

Siente en medio de la noche
La ola de esperanza
Ansia de vivir
Sendero de gloria

Mira tu camino
A los niños olvidados, perdidos
Dales la mano
Para llevarlos
A otro mañana

Siente en medio de la noche
La ola de esperanza
Ansia de vivir
Sendero de gloria

Mi memoria es flaca y a veces no me ofrece lo que le pido a gritos. En ocasiones no recuerdo los episodios vividos con mis hijos, con los tres, en su niñez y en su adolescencia. Como si los estuviera viviendo acuden a mi mente, sin embargo, ciertos episodios deliciosos, como los baños de Daniel en el lavabo de Corazón de María, o las siestas de verano, Pablo y yo tumbados en la cama, yo boca arriba y él en mi pecho, boca abajo, sintiéndonos ambos los latidos de nuestro corazón. O los forcejeos con Álvaro para ver quién era capaz de meter una pelota en la portería del pasillo.
Son recuerdos imborrables que pertenecen al álbum de los momentos sublimes. Sin embargo creo que podía haber hecho más por ellos, que podía haber jugado más con ellos, que les podía haber enseñado más, que nos podíamos haber reído más y que podíamos haber llorado más. Yo nunca estoy satisfecho con lo que he hecho, y, ahora, sé que si tuviera otro hijo gozaría más de su niñez, hablaría más con él en su adolescencia y saldría más con él, a charlar de la vida y sus avatares, en su juventud.

Me buscaría ocasiones para reír, para aprender y para enseñar, también para reprender de una manera suave y ponderada, sin piedra ni palo, con lenidad y dulzura. Y si fueran niñas, las enseñaría a amar, a acariciar y a gozar de la compañía del hombre, también a enseñarle lo que quiere una mujer y cómo funciona su intelecto en las cosas de la vida y en las relaciones de pareja. También las aleccionaría sobre el aseo del cuerpo y del alma, y sobre lo que deben ofrece a los demás en materia de su mejor gesto, su mejor palabra, su mejor olor y lo mejor de sí misma para los demás.
Ahora que mi hija es mayor de edad, comprendo que los jóvenes son esponjas que absorben con una capacidad infinita, pero con una resistencia innata. Sin embargo, algo queda de todo lo bueno y de todo lo malo aprendido. Ahora oigo cosas que me gustan y que yo dije en su presencia hace mucho tiempo, y veo gestos y actitudes que yo la enseñé sin querer. También me quedaron cosas por hacer, frases que decir y caricias que regalar.

La infancia, la niñez, la adolescencia (Pubertad), la juventud y la adultez tienen, cada una, sus problemas, sus partes oscuras y sus claridades, y todas aportan, al que las contempla, toda una serie de sensaciones que, vividas intensamente, enriquecen al ser humano y le ayudan a comprender mejor los procesos que ellos toman como negativos, siendo, sin embargo etapas de crecimiento físico y espiritual. Es una gran responsabilidad la que asumen los padres desde el punto y hora en la que engendran a sus hijos, hasta que vuelan del nido para hacerse cargo de sus propias vidas. Perderse todos estos alicientes es no haberse merecido ninguna de sus etapas, ni siquiera haberlos tenido.

LU4E.


domingo, 6 de mayo de 2012








SER AMABLE CON QUIEN NO TE AGRADA, NO SIGNIFICA HIPOCRESÍA,

SIGNIFICA QUE TIENES LA SUFICIENTE MADUREZ PARA

TOLERAR SU PERSONALIDAD.


LA VIDA ES CORTA, ROMPE LAS REGLAS, PERDONA RÁPIDAMENTE, BESA SUAVEMENTE, AMA DE VERDAD, RÍETE SIN CONTROL, Y NUNCA TE ARREPIENTAS DE ALGO QUE TE HIZO FELIZ…



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