viernes, 29 de octubre de 2010

EL PASADO YA PASÓ

El sufrimiento es una escuela de vida. Pero habitualmente, lo que se aprende de él es la práctica de la precaución de no volver a caer en las mismas añagazas del destino que nos lo provocaron. Mal asunto. Esto nos priva de muchas experiencias sublimes que rechazamos porque las interpretamos como peligrosas y potencialmente dolorosas.

Ella tuvo una mala experiencia con su difunto marido. El amor inicial, que había engendrado dos maravillosos hijos, se fue anestesiando, poco a poco, a base de desengaños, frustraciones y sinsabores. De la miel de los primeros años, sólo quedó un regusto amargo en la boca y una desazón en el corazón. Su muerte alivió la carga, pero creó muchas capas de cebolla que la impiden tomar decisiones.

La vida la ha regalado una pareja ideal; nada que ver con la primera. No lo digo en el sentido peyorativo de la frase. Me refiero a la extraña diferencia de comportamiento, de capacidad, de recursos y de amor. Sin embargo se interpone el recuerdo de su época anterior en la que sufrió las consecuencias de una irreflexión y de un mal comportamiento de su pareja, posiblemente inconsciente, pero nefasto. Ella quiere, pero no puede. Teme volver a sufrir y a sentir el inmenso dolor de la desilusión, así que se pone entre la alternativa de seguir, con la posibilidad de sufrir algún día; o desistir y perderse la felicidad que la regala el universo.

No coge lo que se la ofrece, porque tiene en su mente la irrealidad que la produce su pensamiento de que va a sufrir. Pero esto no es cierto, sólo está en su mente e interfiere en su posible felicidad; en la dicha que se merece pero que ella rechaza como potencialmente peligrosa. Prefiere seguir viviendo sola pero segura, que acompañada y con una enorme espada de Damocles balanceándose encima de su cabeza y pendiente de un hilo. Esta tremenda e inicua disyuntiva, ha afectado tanto a su organicidad, que la ha provocado un serio problema de falta de riego en una parte de su cerebro por la interferencia producida por un coágulo. La misma interferencia que ella se provoca, a sí misma, con sus pensamientos.

Alguien la tendrá que aclarar estos extremos para que sepa a qué atenerse en un futuro próximo. Porque la vida hay que vivirla con pasión, sin temer el dolor que pueden, hipotéticamente, causar las consecuencias. No hablo de infringir nuestro código moral, estoy proponiendo vivir la vida apasionadamente dentro de los cauces de la ética y de la moral. Justo lo que ella desestima como no válido. No va a cometer ninguna tropelía, ambos son mayores de edad, están en perfecto dominio de sus facultades mentales y son libres ¿Por qué no beberse la copa de néctar hasta la última gota? Siempre existirá la posibilidad de que las circunstancias –habitualmente imprevisibles–, den al traste con la felicidad, pero eso es una hipótesis que nada tiene que ver con la realidad del momento.

¿Me lo merezco? ¿Hago daño a alguien con mi actitud? ¿Voy a actuar en bien para todo el mundo? ¿Considero reprobable mi conducta? Ante la negativa de todas las cuestiones, me voy a tragar la vida sin masticar y me la voy a meter en vena. Voy a probar los abrazos subcutáneos y el placer infinito. Mañana, Dios dirá lo que nos depara. Siempre nos quedará el ‘Álbum de los momentos sublimes’ para recordar.

jueves, 28 de octubre de 2010

QUISICOSAS DE LA SANIDAD

Abundar es un ejercio reservado a los que tienen una firme convicción sobre determinado asunto, y, aunque me arrepienta luego y tenga que disculparme por mis ejercicios de humanismo en el sentido animal de la palabra, hay veces que me siento impelido a echar sapos y culebras por la boca.




Punto nº1.- En la sanidad, desde siempre –posiblemente por flagrante desconocimiento–, se ha despreciado el potencial mental del paciente. Ese inefable poder del individuo para crear al igual que Dios, que le formó de barro a su imagen y semejanza. La mente es la mayor victimaria de los seres humanos. No es Dios el culpable subsidiario de las muertes y desgracias de sus creaciones, es el hombre con su libre albedrío y con su elección de las ciscunstancias de la vida que tiene que experimentar, el que se crea inconscientemente sus propias enfermedades. Yo estoy seguro de este extremo y desmontarlo sería tan sencillo como poner a una comisión independiente a investigar sobre estos extremos. Y digo independiente, porque hay muchos intereses creados al rspecto por parte de médicos, políticos e industria farmaceutica.

Si se averigua y se confirma que el 90% de las enfermedades son de origen psiquico. Y puesto que empiezan en la mente, también pueden terminar en ella, o por ella, sería fatástica la cantidad de visitas a los centros de salud que se ahorrarían, con los consecuentes costos económicos. La gente viviría mejor y más confiada y no discutiría tanto, ni generaría la cantidad de mala leche que sería suficiente para alimentar a todos los diablos de infierno, ni robaría, ni mataría, ni, ni…

Punto nº2.- Solucionado el origen de la enfermedad y, consecuentemente, disminuida la cantidad astronómica de demanda asistencial, sería sencillísimo estructurar la sanidad con especialistas en los centros de salud; suficiente paga para los sanitarios, para no obligarles a montar listas de espera quirúrgicas y clínicas interminables, que facilitan la ‘peonadas’ de tarde que les estabilicen la balanza de pagos.

Punto nº3.- Los gerentes de los grandes centros de diagnóstico y tratamiento tienen que ser obligatoriamente médicos con el título de gestor. No vale que cualquier politicastro, que no sabe ni como se pone una tirita, ni las implicaciones de los sanitarios, esté forzando a hacer cosas a las que, naturalmente, se niegan los médicos, mal pagados y sacados de la excelencia por mor de la efectividad en el número.




Punto nº4.- La industria farmaceútica es actualmente la multinacional que rige los destinos de la sanidad. Entre otras cosas, los beneficios que obtienen por la venta de productos farmaceúticos, es desorbitada con respecto a los honorarios médicos. Y los médicos, incentivados por prevendas de todo tipo tienen muy agil la pluma para recetar más y mejor de uno u otro laboratorio. Remito al lector a mi comentario sobre las comisiones de la venta de los millons de dosis de las vacunas de la mentirosa Gripe A.

Punto nº5.- Entre las innegociables condiciones de una futura sanidad, estaría la de obligar al médico a tratar con un código de educación, ético y moral a sus pacientes. La de reciclarse constantemente y obtener su continuidad en el servicio cada cuatro años mediante un examen de los méritos exhibidos durante el periodo de trabajo anterior.

Punto nº6.- Es imposible que todos los cirujanos de España, de cualquier especialidad, sean unos manitas. Pasa igual que en todos los oficios: Hay mecánicos buenos y excelentes. Hay abogados buenos y leguleyos. Hay informáticos buenos y pestilentes. De esto se deriva la absoluta necesidad de que la gente tenga acceso a la excelencia en materia de sanidad. Cavadas tiene que estar mejor pagado que Cristiano Ronaldo.

Punto nº7.- Hay que regular las compañías se seguro médico libre. Son entidades que se están lucrando vilmente de los médicos pagándoles honorarios de hambre, exigiendo todo y no dando nada. Además, despiden a los médicos con un simple papel en el que exhiben la ley que les permite despedir al fa- cultativo con el simple requisito del aviso con dos meses de antelación.

Punto nº8.- Llevo 40 años ejerciendo mi profesión de médico. He pasado por centros de salud, hospitales y grandes centros de diagnóstico, me las sé todas con respecto a la sanidad y a la farmacia. Tengo todo el tiempo del mundo para trabajar ¿Qué tiene Leire Pajín que no tenga yo?

miércoles, 27 de octubre de 2010

ASUNTOS EXTERIORES

Corría el año 1971. Hacíamos nuestro trabajo en la Clínica del Trabajo de Madrid, en la Avenida de Reina Victoria. Era un centro adscrito al antiguo Sistema Nacional de Salud, en el que veíamos pacientes de garganta, nariz y oídos de todo el NO de España. Había que estar muy preparado para cumplir con esta labor que nos encomendaban todos los especialistas de esa zona, que carecían de los medios técnicos y la experiencia que nosotros teníamos en cirugía de oído. Hoy día los pacientes no tienen la oportunidad de ser intervenidos por la flor y nata, tienen que resignarse a ser operados por el especialista de turno de la provincia a la que pertenece. Pero esto es tema para otro comentario. Me limito a cantar las excelencias de nuestro Jefe de Servicio, Fernando Olaizola Gorbea. Formado con el Dr. Antolín Candela, asumió la responsabilidad de la Jefatura muy seguro de su capacidad, y se rodeó de gente magnífica de la que no temía que le hicieran sombra. Todos juntos pasábamos visita a los ingresados, todos sabíamos de memoria las historias clínicas de los pacientes, y todos podíamos atender cualquier eventualidad que se presentara de cualquiera de los pos operados.

Fernando, además de amar la excelencia, no tenía ningún miedo de enseñar todo lo que sabía, pero manos eran difíciles de igualar y eso no estaba al alcance de cualquiera. Todos los alumnos de su equipo se han colocado en las diferentes provincias haciendo un magnífico papel, corroborado por un impecable curriculum.

Eran otros tiempos evidentemente. Los tiempos en los que los Ministros del Jefe del Estado habían demostrado suficientemente su valía, su experiencia y sus títulos académicos. Sobre todo y por encima de todo, no necesitaban el dinero de la política para vivir. Todos tenían recursos económicos propios, o por familia –muchos eran aristócratas de esmerada educación y brillante dialéctica– o porque ejercían su profesión o carrera con la categoría de excelente.

En el Ministerio de Asuntos Exteriores, había una personalidad probada en asuntos internacionales, que, además de su sabiduría diplomática, sabía idiomas y no necesitaba de traductores simultáneos. En el Ministerio de Sanidad, ejercía de Ministro un médico o una persona muy relacionada con la sanidad y con suficiente experiencia en el sector…En todos los ministerios había, habitualmente, gente muy capacitada, que se jugaba el puesto ante una mala gestión. Los Ministros del antiguo régimen –la oprobiosa–, seguían viviendo en su casa de siempre y la única diferencia era que había dos agentes de la policía armada apostados en su portal.

Evidentemente no hacían de la política su fuente de ingresos, y, además no tenían, al salir de ella, un sueldo vitalicio como ahora.


Palacio de Santa Cruz. Madrid. Sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Todo esto viene a cuento de un ‘suelto’ de un periódico de tirada nacional. El que lo suscribe expresa, después del nombramiento de la Ministra de Asuntos Exteriores –que está a la vista que no sabe hablar ni un correcto castellano–: “Tengo veinte años de experiencia diplomática, hablo correctamente cinco idiomas, sin incluir el Castellano ¿Qué tiene la señora Trinidad Jiménez que no tenga yo?

martes, 26 de octubre de 2010

ENGAÑOS EN LA RED

“Es fantástico –me dijo– Yo siempre creía que era una chorrada, pero mi amiga Conchita me insistió tanto que caí en la tentación de entrar en el ‘Meetic’. Allí he conocido a un tío guapísimo, inglés, con una hija que, haciendo caso de las fotos, en una muñequita de 10 años. Ggerente de una galería de arte en Manchester, me tiene loca y, por sus frases de amor me ha enganchado. Va a venir a Madrid con la niña y nos vamos a conocer”.

Las cartas que la enviaba eran pura miel, puro amor, una pura delicia. Justo lo que ella necesitaba para meterse en la espiral del estado alterado de conciencia que cada ser necesita varias veces en la vida para seguir sintiéndose vivo, útil y querido. Viaja por todo el mundo con su hija y el último raid es en África, justo antes de aterrizar en la capital de España y poderse ver en persona. Los últimos e-mail son descorazonadores: la niña ha enfermado y está ingresada en Dakar. La venida a España se ve muy seriamente comprometida.

Tiene varias fotos en su poder de la misma persona, posee fotos de la niña y cientos de mails declarándola su amor incondicional, pero ella tiene motivo de desconfianza. La cosa no está muy clara a pesar de las intenciones que se traslucen a través de sus cartas de amor. La añagaza de la niña enferma –una niña de esa edad da para mucho–, la hacen desconfiar. No habla inglés, pero sus hijos sí, y ambos encuentran imposible que sea un británico por lo mal que habla la lengua. Está muy metida en el amor y en la sensación de sentirse amada y de que se lo declaren una y mil veces. Su estado está empezando a ser muy comparable al enamoramiento de una adolescente y esto la preocupa. Bueno está lo bueno, pero la situación real es que ella está empezando a pásalo mal. Su edad y sus circunstancias no se lo permiten, la aconsejan contratar una investigación a fondo del personaje. El resultado es decepcionante. No existe en todo el Reino Unido, ninguna persona con ese nombre y esos apellidos. En la galería de arte que regenta en Manchester no le conocen y el teléfono a través del que llama, no se trata de un móvil, sino de un teléfono cibernético de skype.

No puede andar con paños calientes y le escribe un mail con toda la investigación. Se disculpa como puede, pero ha quedado al descubierto. La broma macabra, quizá antesala de una estafa, se ha terminado a tiempo, pero se ha llevado por delante la tranquilidad de una persona ávida de amor, como miles de ciudadanos de este planeta. Ahora se pregunta qué va a hacer con su vida después de esta anécdota. Está dolida hasta lo más profundo, desilusionada y deprimida. El final de la película deseo que sea óptimo, pero de momento habrá que dejar pasar el tiempo.

Estaba desesperada con su situación. No quería ser pescadera; no deseaba a su marido, ni su circunstancia. Tenía complejo de ‘Barby superestar’ y se metió en el ciber espacio en busca de una aventura que la hiciera sentirse viva y querida. Y como el que busca con ahínco acaba encontrando, se citó con un chaval buenísimo del que se enamoró perdidamente en el primer encuentro. Después de aquel contacto se sucedieron unas decenas de amor sexual desatado, durante las cuales ella se hizo pasar por lo que no era en ningún aspecto. Cuando la cosa no había por dónde cogerla porque él la ofreció casarse por la Iglesia, no tuvo más remedio que confesarse mendaz y dejar de verlo. El pobre chico, que se encontró con una historia macabra en la red, tuvo que ser tratado por un psicólogo durante varios meses. Ella, después del desaguisado, comprendió la realidad de la vida y actualmente ha asumido su papel y pretende ser la mejor pescadera de la ciudad.

Podría seguir contando anécdotas de los sitios de encuentros amorosos, pero baste este par de muestras para alertar sobre los peligros de los encuentros fortuitos a través de la red. ¡Mucho cuidado con lo perseguís no sea que se os vuelva en contra!.

lunes, 25 de octubre de 2010

PAPELES INTERCAMBIABLES

Hoy extraigo de un ‘semanal’ el ejemplo vivo de lo que hay que hacer, escrito por un ciudadano de a pie, de 36 años, casado y con dos críos. El muchacho –me permito llamarle así dada mi provecta edad– está en paro laboral forzoso y se ufana de la cantidad de tiempo que tiene ahora para hacer los deberes con sus hijos, complacer a su esposa, elaborar platos en la cocina y relajarse a tiempo parcial. Lo compara con su época de buscador de empleo, con el corazón en la boca, el curriculum en el bolsillo y el teléfono a mano, constantemente pendiente de la llamada del millón, y sale ganando su ocio actual que le permite hacer cosas que antes no podía ni por asomo.




En una época diferente a la actual, en la que empezaba a haber pleno empleo, mi primo Josema –tristemente fallecido por un conflicto de miedo cerval a la muerte– se quedó en la calle, y no se le ocurrió mejor cosa que gozar de su situación. Su esposa era abogado, tenía tres niños, y muchas complicaciones debidas al trabajo de ambos, que les ocupaba gran parte del día y de los momentos preciosos de ir al colegio a por los niños, de limpiar la casa, de hacer la comida…Él la propuso cambiar los roles: Ella trabajaría para el sustento de la familia, y él haría de ama de casa a tiempo completo. Llegado a un acuerdo, ella asumió completamente el rol de ejecutiva agresiva de una compañía de seguros de mucho prestigio, y él llevaba a los niños al cole, pasaba la aspiradora, fregaba los cuartos de baño, limpiaba cristales, hacía camas, ponía lavadoras, recogía la ropa seca, la planchaba, iba a la compra un día por semana, conservaba los alimentos en un cofre frigorífico, hacía la comida, que muchas cocineras quisieran, y cuando Tatina –que así se llamaba ella– volvía a casa la trataba como si acabara de volver de un largo viaje lleno de vicisitudes. ¡El marido ideal!




Dado el papel preponderante que están haciendo asumir a la mujer, en muchos casos en contra de su voluntad…Porque a ver si se creen ustedes que todas las mujeres son feministas. Pues, no, la mayoría son machistas y las encanta que las proteja el macho y que las mime y que las llene de caricias y de halagos, y que sea fuerte en la adversidad y tierno en el placer… A lo que te voy –como dice un paciente mío de Valladolid– …en contra de su voluntad, muchas mujeres sienten la presión y la responsabilidad de responder a esa gilipollez, pero no las queda más remedio que acatarla si quieren vivir en la corrección política. Otra bobada: Una maestra prohíbe a un niño que llame ‘moros’ a los musulmanes. Como queriendo, de un plumazo, cargarse quince siglos de literatura plagada de la palabra ‘moro’, los apellidos gentilicios, como por ejemplo Matamoros, y en ningún caso en sentido peyorativo. Va a haber que empezar a estudiar si no sería mejor dejar a las mujeres la responsabilidad de la familia, de la calle, del comercio y de la política, para quedarnos nosotros en casa limpiando la vitro.
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