miércoles, 26 de octubre de 2016

MACHISMO


Hoy en día ya no se sabe qué es machismo, feminismo, ni cómo se concilian, ni para qué se usan, ni quién inventó los términos. En realidad el hombre, en su intrínseca naturaleza, rinde ancestralmente culto a la mujer en orden a una cuestión hormonal, primero, y por convenio comercial, segundo. En un principio hizo Dios al hombre como dueño de todo lo creado y le dio una compañera para que no estuviera solo. Ellos, una  vez que se vieron, imagino que decidieron qué hacer con vida. Al principio fue sencillo, después, cuando la anécdota de la serpiente y demás, tuvieron que proponerse alimentarse, etc. Uno de los dos, el más capacitado para la caza, la carrera y la lucha, el hombre, asumió el papel de protector y conseguidor de alimentos. Ella se quedó en casa vigilando a su prole y haciendo el guiso.

Ancestralmente los papeles son así, la mujer en las labores domésticas y el hombre a conseguir el sustento; el pan nuestro de cada día. Los papeles son así hasta que a los políticos se les ocurrió la feliz idea del sufragio universal, mediante el que, la mujer podía votar en igualdad con el hombre. Una vez que esto fue así, la mujer ocupó un papel predominante en la sociedad y pudo acceder al plano laboral, también en igualdad con el hombre. Pero, claro, los puestos de trabajo, por mucho que quieran los políticos, estaban, están y estarán sometidos a toda una serie de variables, una de las cuales habla de que si hay 100 puestos de trabajo en una empresa y 50 son ocupados por mujeres, es obvio que los 50 restantes están ocupados por hombres. Lo que viene a decir que 50 hombres se quedarán en la calle. Las cuentas son tozudas; todos los puestos laborales que están ocupados por mujeres hay que restarlos a los hombres.

Y aquí viene lo mollar, la familia, célula fundamental de toda sociedad que se precie, está formada por los padres y los hijos –antiguamente había que sumar a los abuelos, pero eso era antes– Si sólo el padre trabaja, los hijos estarán bien atendidos por la madre y la casa estará moderadamente limpia. Si trabajan los dos 1.-no se verán y cuando lo hagan tendrán tantos problemas extramatrimoniales que no les quedarán ganas para ‘nada’. 2.- Tomarán el sexo como una obligación. 3.- los hijos serán atendido, en el mejor de los casos, por los abuelos, que los consentirán hasta la falta de educación. Si no tienen abuelos, nadie les va a atender con amor y con sabiduría como sus padres. 4.- La casa irá patas por hombro, y lo que en un principio parecía una ventaja monetaría, luego será una rémora psíquica, y el dinero conseguido con esfuerzo, servirá para pagar a psicólogos y psiquiatras.

Así las cosas, muchas mujeres me querrán morder la yugular, que es una práctica bastante extendida en la sociedad actual, pero, si lo piensan, la mayoría están hasta el moño del jefe, de la fulanita, del trabajo, del marido, de la cocina, de las casa, de los hijos. Y todo esto se solucionaría con un ejercicio de reflexión en el que, a buen seguro, ganaría el quedarse en casa y no gastarse el dinero en psicólogos o en abogados.

La mujer escala cada vez más peldaños en el terreno laboral. Muchos puestos que antaño era impensable que ocuparan las mujeres, ahora están copados por ellas. Pero el puñetero machismo –que yo llevo a gala– induce a las mujeres que mandan a facilitar el acceso de sus congéneres a trabajos como Policía Nacional, a base de rebajar los tiempos en las pruebas físicas y otras muchas lindezas de orden parecido. O sea, que cobran lo mismo, pero a la hora de correr detrás de un caco, le dejarán la papeleta a su compañero varón. Las cuotas están cada vez más extendidas, y eso supone que si una empresa o un partido político necesita para sus fines una equiparación entre hombres y mujeres, tendrán que echar mano de alguna inútil para cubrir el cupo.

Esto que yo digo está en la mente de todo el mundo pero la gente es muy hipócrita y no lo dice.
Yo nací, durante un parto eutócico, del vientre de una mujer, me recogió una matrona, en mi casa sólo había mujeres; mi padre no estaba en casa en ese momento. Siempre me he relacionado mejor con las mujeres. En mi trabajo he estado rodeado siempre por mujeres. Me gustan las mujeres y siempre las he respetado.  

Arcanos menores. Palo de las Nubes. CULPA




lunes, 24 de octubre de 2016

VOLVIENDO A LAS OVEJAS (Churras y Merinas)


Es obvio que la gente no quiere mezclas, ni cambios, ni amasamientos, ni nada que se le parezca, pero, a diario, tenemos muestras de que las cosas no son, ni mucho menos como nos las han contado, ni como las pensamos, ni como las hacemos. Hay muchas otras maneras de pensar, decir y hacer que mejorarían, en mucho, la actualidad en todos los sentidos. La humanidad ha llegado donde está, no, evidentemente, por su sabiduría, por su reflexión, por su buen hacer, sino por sus despropósitos, su avaricia, su falta de reflexión y su incultura. Se desprende de estas reflexiones, que hay que cambiar de manera de pensar, decir y actuar. Es necesario desprenderse de toda la rémora que tenemos encima, para cambiar el rumbo de todas las cosas.

Un claro ejemplo del desnorte que padece la humanidad es la medicina convencional, que no sabe por dónde camina en materia de medicina interna: No se cura ni siquiera un catarro, hay que esperar a su evolución natural; si te medicas te dura de 7 a 10 días, pero si no te medicas, entonces te va a durar…de 7 a 10 días, igual¡¡¡ ¡Qué bueno!. Y así con todo. No se cura el catarro, la diabetes, la hipertensión, la artrosis, la arteroesclerosis,–por no hablar de la bestia negra de los médicos: el cáncer– y tantas otras de las llamadas ‘enfermedades crónicas’. Bello apelativo para ocultar la falta de conocimiento total que se tiene de ellas. Rompo una lanza a favor de la cirugía que, curiosamente consigue logros espectaculares, pero tampoco cura las enfermedades llamadas ‘crónicas’.

Yo me di cuenta, el día que contemplé con mis propios ojos una laringuectomía total, en la que se trataba de extirpar la laringe a un enfermo de carcinoma, para, supuestamente, curarle de su mal, pero le dejaron mudo y desfigurado para toda su vida, que no podía mutilarse de esa forma a los enfermos, que debían de existir una serie de alternativas para curar el cáncer por otras vías, que no solamente la mutilación total, persistente e irrecuperable.

Comencé a estudiar febrilmente otras medicinas alternativas, hasta llegar a la conclusión de que existen otros métodos, otras maneras de ver la vida, la salud y la enfermedad. El maridaje entre medicina convencional y paramedicina, me desacreditó absolutamente en mi ciudad y la gente se fiaba más de cualquiera, que de mí persona, cuando les hacía partícipes de mis conocimientos en materia de psicomedicina. Mis propios compañeros me advirtieron del error que ellos, en su buena fé, creían que estaba cometiendo, pero yo estaba demasiado comprometido con mi “nueva medicina” para traicionarla.

Estoy comprometido hasta los tuétanos con este tipo de medicina, la psicomedicina, que habitualmente y contando con la confianza del paciente, puede paliar y, a veces solucionar, cualquier patología.

A menudo, los practicantes de este tipo de medicina alternativa, son muy respetuosos con la medicina convencional y nunca recomiendan al paciente que deje sus terapias habituales. Yo ofrezco a mis enfermos la libertad absoluta para decidir lo que quieren, una vez que han comprendido los mecanismos íntimos de todas las enfermedades. Si quieres hablar conmigo de estos temas estaré muy complacido, siempre que me trates con el respeto debido.



domingo, 23 de octubre de 2016

DOLCE FAR NIENTE (El placer del ocio)


Hay que levantarse temprano para desayunar, llevar a los niños al colegio, tú o tu pareja, hay que trabajar con el pensamiento puesto en las letras, en las notas de los niños, en las rencillas con los compañeros de trabajo, con los supervisores, capataces, oficiales, jefes; hay que criticar a calcetín sacado, cuanto más mejor; hay que presuponer lo que le vamos a decir a la supervisora la próxima vez que nos pida el ‘favor’ de hacer un día extra –que dice que nos va a devolver en cualquier momento, y el momento nunca llega–; hay que pensar en Pepe, que lleva una temporada raro: no hace caso a los niños, a mí ni me mira, echamos un polvo rápido una vez por semana, como una obligación, como si fuera algo que hay que hacer para cumplir con el cupo, sin ganas, sin amor (no sé cuánto tiempo hace que no me corro, madre mía. Me masturbo más que cuando era adolescente). ¡No será que tiene una guarra por ahí que le la chupa sin dientes…!

La comida; no sé cuánto tiempo hace que la hice, creo que fue el Domingo pasado. La tendré que sacar del congelador y meterla en el ‘micro’ ¡Vaya chapuza!. Luego hay que llevar a los niños a inglés y luego a karate. Yo tengo que ir a clase de manualidades y no sé cuándo coño voy a tener tiempo para depilarme y cortarme las uñas de los pies, que voy echa una guarra. Claro que para el caso que me hace Pepe¡¡¡

Me matriculé en el gimnasio para hacer bicicleta y tengo que ir un día a la semana, que con la falta de costumbre se me sale en bofe por la boca. Esto es un sinvivir. Tengo unas ganas de mandarlo todo a tomar por el culo….!!!!!

Párate un momento, respira por la boca hondo y profundo por lo menos 10 veces, hasta que notes sensación de mareo por la hiperventilación que vas a producir. Luego aparta de tu mente todos los pensamientos, cierra los ojos y no pienses, no hagas nada, sólo contempla tu respiración. Sólo con esta medida notarás un gran alivio en todo tu cuerpo. No hagas lo que no te apetezca, deja de hacer cosas superfluas; nadie dijo que las mujeres tuvieran que trabajar, llevar la casa, los hijos y el marido. Nadie lo ha ordenado.

Siéntate en el sofá, como si te hubieras caído del techo: una pierna allá y otra aquí, la cabeza hacia atrás y los dos brazos a la limón. Siente tu culo en contacto con los cojines, siente tu ombligo, tus manos y tus ojos cerrados. No hagas nada. Ni se te ocurra hacer nada en un buen rato. Y si tienes ganas de trabajar, sigue sentada hasta que se te pasen.

Deja la puta bicicleta, las manualidades y el rumano. Nadie te va a criticar por ello, y si alguien lo hace, pásatelo por el arco del triunfo. Tienes todos los derechos del mundo para hacer lo que te dé la gana, hazlo sin complejo de culpa. Trabaja para ti, date algún capricho, ocúpate de tu cuerpo, escucha música, medita, haz Tai Chi.


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