Hoy en día ya no se sabe qué es machismo, feminismo,
ni cómo se concilian, ni para qué se usan, ni quién inventó los términos. En
realidad el hombre, en su intrínseca naturaleza, rinde ancestralmente culto a
la mujer en orden a una cuestión hormonal, primero, y por convenio comercial,
segundo. En un principio hizo Dios al hombre como dueño de todo lo creado y le
dio una compañera para que no estuviera solo. Ellos, una vez que se vieron, imagino que decidieron qué
hacer con vida. Al principio fue sencillo, después, cuando la anécdota de la
serpiente y demás, tuvieron que proponerse alimentarse, etc. Uno de los dos, el
más capacitado para la caza, la carrera y la lucha, el hombre, asumió el papel
de protector y conseguidor de alimentos. Ella se quedó en casa vigilando a su
prole y haciendo el guiso.
Ancestralmente los papeles son así, la mujer en las
labores domésticas y el hombre a conseguir el sustento; el pan nuestro de cada
día. Los papeles son así hasta que a los políticos se les ocurrió la feliz idea
del sufragio universal, mediante el que, la mujer podía votar en igualdad con
el hombre. Una vez que esto fue así, la mujer ocupó un papel predominante en la
sociedad y pudo acceder al plano laboral, también en igualdad con el hombre.
Pero, claro, los puestos de trabajo, por mucho que quieran los políticos, estaban,
están y estarán sometidos a toda una serie de variables, una de las cuales
habla de que si hay 100 puestos de trabajo en una empresa y 50 son ocupados por
mujeres, es obvio que los 50 restantes están ocupados por hombres. Lo que viene
a decir que 50 hombres se quedarán en la calle. Las cuentas son tozudas; todos
los puestos laborales que están ocupados por mujeres hay que restarlos a los
hombres.
Y aquí viene lo mollar, la familia, célula fundamental
de toda sociedad que se precie, está formada por los padres y los hijos –antiguamente
había que sumar a los abuelos, pero eso era antes– Si sólo el padre trabaja,
los hijos estarán bien atendidos por la madre y la casa estará moderadamente
limpia. Si trabajan los dos 1.-no se verán y cuando lo hagan tendrán tantos problemas
extramatrimoniales que no les quedarán ganas para ‘nada’. 2.- Tomarán el sexo
como una obligación. 3.- los hijos serán atendido, en el mejor de los casos,
por los abuelos, que los consentirán hasta la falta de educación. Si no tienen
abuelos, nadie les va a atender con amor y con sabiduría como sus padres. 4.-
La casa irá patas por hombro, y lo que en un principio parecía una ventaja
monetaría, luego será una rémora psíquica, y el dinero conseguido con esfuerzo,
servirá para pagar a psicólogos y psiquiatras.
Así las cosas, muchas mujeres me querrán morder la
yugular, que es una práctica bastante extendida en la sociedad actual, pero, si
lo piensan, la mayoría están hasta el moño del jefe, de la fulanita, del
trabajo, del marido, de la cocina, de las casa, de los hijos. Y todo esto se solucionaría
con un ejercicio de reflexión en el que, a buen seguro, ganaría el quedarse en
casa y no gastarse el dinero en psicólogos o en abogados.
La mujer escala cada vez más peldaños en el terreno
laboral. Muchos puestos que antaño era impensable que ocuparan las mujeres,
ahora están copados por ellas. Pero el puñetero machismo –que yo llevo a gala–
induce a las mujeres que mandan a facilitar el acceso de sus congéneres a
trabajos como Policía Nacional, a base de rebajar los tiempos en las pruebas
físicas y otras muchas lindezas de orden parecido. O sea, que cobran lo mismo,
pero a la hora de correr detrás de un caco, le dejarán la papeleta a su compañero
varón. Las cuotas están cada vez más extendidas, y eso supone que si una empresa
o un partido político necesita para sus fines una equiparación entre hombres y
mujeres, tendrán que echar mano de alguna inútil para cubrir el cupo.
Esto que yo digo está en la mente de todo el mundo
pero la gente es muy hipócrita y no lo dice.
Yo nací, durante un parto eutócico, del vientre de una
mujer, me recogió una matrona, en mi casa sólo había mujeres; mi padre no
estaba en casa en ese momento. Siempre me he relacionado mejor con las mujeres.
En mi trabajo he estado rodeado siempre por mujeres. Me gustan las mujeres y
siempre las he respetado.
Arcanos menores. Palo de las Nubes. CULPA