sábado, 3 de abril de 2010

IN MEMORIAM

Pincha en el play del cuadro de abajo y deléitate con "Armenia" de Divan Gasparian, mientras lees algo sobre El Nazareno.



IN MEMORIAM


En estos días conmemora la Iglesia la Pasión y muerte de Jesús de Nazaret. En todo el orbe católico se ofician actos litúrgicos, en memoria de aquel que, en nombre de Dios, curó enfermos, redimió cautivos e impartió su doctrina, que todavía hoy perdura, a pesar de la oposición de sus detractores.

Prescindo de que fuera hijo de Dios –yo también lo soy-. No me interesa si tuvo intención de fundar la Iglesia y poner a su frente, como cabeza visible, a su amigo y discípulo Pedro el Romano. No me inquieta en absoluto si murió en la cruz y resucitó al tercer día, como dicen las escrituras. Para mí no es relevante que se desposara con María Magdalena y tuviera cinco hijos con ella, como dicen los apócrifos. Creo en la figura del Cristo y en su palabra, y eso para mí es suficiente. Su divinidad no me transciende; me conmueve su humanidad. Aquella que le hizo preguntar a Pedro: “Pedro, ¿me amas más que éstos?, comprendiendo que Pedro sólo le podía amar revestido de su parte humana, y por lo tanto, imperfecta. Me penetra hasta lo más hondo su enfrentamiento, látigo en mano, a los mercaderes del Templo de Su Padre, y me provoca el llanto su humildad ante sus enemigos. Durante todo su proceso demostró ser el más humilde de los humanos, el más humano de los divinos. Y, por fin, me llenan sus enseñanzas, cuajadas de sabiduría y claves para vivir bien y feliz. Sólo con esa ínfima parte de su conjunto, se podía proclamar El Hijo de Dios vivo y consciente de ello.





Así, que, yo os digo: Pedid y recibiréis. Buscad y hallaréis. Llamad a las puertas y se os abrirán de par en par. Porque, todo aquel que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá”.

Hoy en día, esta frase la concretaría en una mucho más corta: “El pensamiento es creativo; y nosotros también”

No os angustiéis por el mañana. Dad a cada día su afán”

En la actualidad, insisto en lo mismo; insisten muchos en ello: “Vive el momento santo”. No hay pasado, no hay futuro. Instálate en el presente y verás colmadas todas tus aspiraciones.

No sentid preocupación por lo que habréis de comer, ni de cómo habréis de vestir. Mirad las aves del campo, ni siembran, ni trillan, ni tienen graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. Contemplad los lirios del campo. Ni Salomón en su gloria se vistió como uno de ellos. Y no tienen sastres…”

No te preocupes por el futuro. Ocúpate del presente y sé impecable en cada uno de tus actos.

“Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa 'misericordia quiero, y no sacrificio'. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”.

En el cuerpo perfecto, que comprende, y en el que existe equilibrio, no hacen faltan médicos. Y tampoco hacen falta médicos viviendo el día perfecto.






Todo esto lo podría suscribir cualquier persona, con que sólo estuviera en su sano juicio y desprovisto de fanatismo e ideas preconcebidas. Es la panacea. Es lo que debíamos hacer todos, junto con amar al prójimo y a nosotros mismos, como Dios nos ama. Sólo molesta esta doctrina a quien no está dispuesto a vivir correctamente con respecto a sí mismo y a la gente que le rodea. Existe en el mundo una suerte de pánico ancestral al castigo divino, pero se cubre, inmediatamente, con el ateísmo. No existe Dios, no existe castigo.
Jesús es mi paradigma y el ejemplo a seguir. Rindo este pequeño homenaje, junto con todo mi amor, al amigo a quién alguien negó tres veces, y, a pesar de ello, le siguió amando.

viernes, 2 de abril de 2010

LA VARITA MÁGICA

Pincha en el play del cuadro de diálogo inferior, y lee mientras oyes Meditación, de Massenet.




LA VARITA MÁGICA

Un día, ya muy lejano, me di cuenta de la magnificencia del Universo creado por Dios, y de que, en circunstancias normales, yo nunca podría acceder a sus maravillas. Yo, pobre mortal, confinado, casi enjaulado, en el planeta Tierra, sólo tendría la oportunidad de mirar la Vía Láctea a través de un catalejo. Y, si me apuras mucho, de un telescopio. En esta insatisfacción estaba, cuando me surgió la idea de que sí, de que era posible visitar la Luna, Marte Júpiter y los soles de Orión, si elevaba mi conciencia para poder viajar con mi pensamiento a los confines de las más remotas galaxias, donde, me imagino yo, debe de haber cosas que no caben en nuestra pequeña y cicatera mente de terrícolas incultos, zafios y egoístas.

Empecé, aquel día, una carrera contra reloj en la que los puntos intermedios, hasta llegar a mi meta, fueron un montón de disciplinas, teorías, remedios, técnicas y pases mágicos, que me condujeron a la idea de que podía hacer que mi prójimo se sintiera mejor, y que podía aliviar sus males. Así, y que recuerde a vuela pluma, me metí en dibujos como: Control mental Silva, Dimensión Alfa, Osteopatía Sacrocraneal, Kinesiología Holística, Medicina Exenia, Medicina Natural, Medicina Biológica, Reiky, Imposición de manos, Regresiones terapéuticas, Renacimiento (Rebhirthing), Chamanismo, Meditación Trascendental (Maharishi), Terapia Arquetípica, etc. Leí, desde la Biblia, hasta el Corán, pasando por la mayoría de los autores de autoayuda. Me bebí el Libro de Milagros entero y verdadero, El Libro de Urantia, y cuantos comunicados de apoyo pude encontrar o llegaron a mis manos de manera más o menos casual. En fin, creo que me he dejado la mitad de las cosas que he aprendido o leído a lo largo de todos estos años de mi dilatada vida. Y todo, a dónde ha devenido; a dónde ha ido a parar; para qué me han servido todas estas ofertas que me han brindado. Para nada, y para mucho. Me explico. Para nada porque me las podía haber ahorrado, por lo menos la mitad. Y para mucho, porque en mi estado actual, miro hacia atrás y agradezco todo lo que me han enseñado, bueno y malo, y me miro por dentro y me encuentro cada día mejor. ¿A costa de qué? De una sola reflexión que me vino muy últimamente: El pensamiento es creativo. Vives como piensas. Si piensas bien, vives bien. Si piensas mal, vives mal. De este pensamiento se deriva el: Vive el momento.







Pero esto, la conclusión final, no se consigue sin esfuerzo. Nadie posee la varita mágica para transformar la calabaza en carroza. Y la gente, en general, es lo que busca, que alguien, en algún lugar, mediante el pago de sus honorarios, o gratis –esto ya es difícil- les toque con el dedo divino, y, en ese mismísimo instante, se les encienda la luz y les nazca el Tercer ojo par ver El Dorado, Shambala, y todas las ciudades de la cuarta dimensión. Y poseer la panacea y la piedra filosofal, que convierta su sucia existencia en una vida de oro y piedras preciosas. El caso es entregar la responsabilidad propia en manos de un tercero que nos arregle el problema. El caso es no molestarse, quedarse inerme y no currarse el asunto. Que me lo curre el médico que para eso le pago. Que me pongan las manos encima durante media hora –que se dice pronto- para ver si se me quita el odio que siento por los políticos, la animadversión que siento hacia mi suegra o la revolución de tripas que me produce cada vez que veo a mi jefe. Y si es posible, que no me ponga las manos encima una persona, mejor tres o cuatro, y con una música New Age, y con velitas y con incienso. ¡Lo que inventa la gente con tal de no currarse a sí mismo! ¡Con lo sencillo que es! Cuando yo tiré del hilo de la madeja y, tras muchos esfuerzos, llegué al final, de él colgaba un cartelito escrito con letras toscas, pero muy claras. Decía : “Tú mismo, tontolaba”.

jueves, 1 de abril de 2010

AFORISMOS DE MARAÑÓN

Pincha en el play del cuadro inferior y escucha Música Sagrad de Vivaldi, mientras lees el artículo.



AFORISMOS DE MARAÑÓN

A veces, en la radio se oyen cosas dignas de ser recordadas. Y aparecen en programas que no tienen nada que ver con la literatura, ni con las letras. Fue en un espacio deportivo, hablando de un personaje, entrenador de futbol, que, al parecer, destaca por su intelecto y sabiduría. Cantaban sus excelencias y verbalizaban una frase suya, que hoy leo en un aforismo de Don Gregorio Marañón. La frase de Juan Manuel Lillo, decía: “Los hombres son lo que hacen, no lo que dicen” Pienso que puede estar inspirada en un aforismo de Don Gregorio que dice: “A los hombres, mientras viven, se les juzga por el gesto y no por la conducta. A veces se tarda siglos en juzgarles bien” Ambas parece distintas, pero son sustancialmente iguales en el contenido.





A los hombres se les juzga por lo que dicen, no por lo que hacen. Y eso, la mayoría de las veces es engañoso. Jesús de Nazaret, hablando de sus discípulos, en la época en la que estos salieron al mundo a predicar el Evangelio, se refirió a ellos diciendo “Por sus hechos los conoceréis”. Podría haber dicho, “por sus dichos los conoceréis”, pero, no, dijo precisamente: “Por sus hechos” Es decir, por lo que hacen y cómo lo hacen.

El bla, bla, bla, ya se sabe, es fácil de articular, pero muy difícil de cumplir o de reproducir. Y a las palabras se las lleva el viento. Lo complicado estriba en pasar a la acción, en cumplir y ser coherente con lo que se dice. Si no, todo el parlamento carece de sentido, se desmorona, defrauda. Y como los humanos somos tan proclives a crearnos expectativas, nos sentimos engañados, timados y vilipendiados si los demás no cumplen sus contratos, sus promesas, o no hacen lo que dicen. “Haz lo que digo, no lo que hago”, fue el aforismo de René Descartes, personaje humano y sabio, pero incapaz de pasar su sabiduría a los hechos.

¿Y, por qué lo que yo digo no va en consonancia con lo que hago? Porque hacer ciertas cosas como: amar, ofrecer, agasajar, lisonjear, obsequiar, abrazar, besar, mirar con dulzura, ser honrado, honesto y ejercer la hombría de bien, o la femineidad a ultranza, son harto difíciles en el mundo competitivo y posesivo de hoy en día. Nos apoyamos en nuestro discurso, y, naturalmente, es un discurso del que, sin conocernos, se puede deducir la clase de individuos que somos; nuestro nivel de bondad. Mentira y gorda. El palabrerío, en un 99% de las ocasiones, no tiene nada que ver con las verdaderas intenciones. Sólo lo utilizamos para vender, como mercadería o mercadotecnia; lo exhibimos como en un escaparate. Luego, al tocar y usar el producto, nos damos cuenta de la baja calidad de los materiales, nada que ver con las especificaciones de la propaganda.

¡Qué bueno acostarse en la cama, después de las fatigas del día, y estirar las piernas, una aquí y la otra allá, satisfechos con el deber y con la obra bien hecha! Y, sobre todo, con la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. ¡Que así sea!

martes, 30 de marzo de 2010

HE ANDADO MUCHOS CAMINOS

Pincha en play y escucha a Juan Manuel Serrat mientras lees.





HE ANDADO MUCHOS CAMINOS

Cuando yo voy, ellos ya están de vuelta. Si yo he andado un camino, ellos, cien. Cuando yo he catado un vino, ellos los cataron todos. Verdaderamente me encuentro diferente, y, de alguna forma, capitis deminutio. Creo haber tenido experiencias, pero como las de estos chicos de ahora, ninguna. Me crié en una familia de clase media, que me permitió sentirme protegido bajo todos los puntos de vista. Económica y socialmente no destacábamos, pero no pasábamos penurias, y nos codeábamos con la flor y la nata de la sociedad, que nos permitía entrar, rozarnos, pero con cuidado; sin desteñir. Mis padres hicieron algunos esfuerzos para darme carrera, y yo correspondí en la medida de mis posibilidades. No me mataba, pero tampoco hacía el vago. Iba aprobando y divirtiéndome cuando me lo podía permitir. No obstante montamos un trío bocal y, más tarde un conjunto con cantante. Lo pasábamos a los indios, pero moderadamente. Teníamos una medida y una idea muy clara de lo que se podía y no hacer, para no perjudicar a terceros. Y una norma era avisar a la familia de tus pasos. Mis padres se preocupaban por mí y yo no podía retrasarme de la hora estipulada como correcta, a no ser que llamara por teléfono –nada sencillo en aquella época de cabinas en la calle y desconocimiento total de la telefonía móvil- aduciendo razones, unas veces ciertas y otras inventadas. Porque no ibas a contar que te quedabas a compartir la cama de una mollar que quería prodigarte sus favores. Pero siempre con medida, teniendo miedo de perjudicar. No vaya a ser que esta tontorrona se enamore, y yo no estoy para eso en estos momentos. Aparte de que no te jalabas un perillo como no prometieses amor eterno y casamiento con todas las de la ley y por todo lo alto.






Eran otras cosas. Otra manera de pensar y de vivir. Otras circunstancias. Creíamos en Dios, íbamos a Misa, confesábamos y comulgábamos, y eso de cohabitar antes del matrimonio, además de ser pecado, estaba muy mal visto. La coyunda para después de las bendiciones, antes onanismo a tutti plen.

Ahora no hacen más el amor, no fuman más, no beben más, no trasnochan más, porque no se entrenan. Claro que si se entrenasen, no tendrían tiempo para el mogollón del asunto. Hubo un tiempo en el que, el proceder de esta juventud –sobre todo de la mí hija- me tenía seriamente preocupado. Pensaba en las nefastas consecuencias que tendría para ella y la repercusión sobre mí y sobre su madre, a quienes no demostraba ningún respeto y ninguna consideración. Tomé distancia, para conseguir una más amplia perspectiva del caso, y llegué a la conclusión –como con otras cientos de cosas- de que ellos están viviendo su experiencia, y por algo será que se lo quieren comer todo, engulléndolo a grandes bocados, sin reparar en la indigestión. O, a lo mejor, no tienen ni indigestión ¿Quién sabe? Todo; se lo tragan todo, lo catan todo, lo gozan todo…A lo mejor, es envidia. Va ser eso, envidia negra que me entra cuando pienso en las facilidades que tiene esta juventud para todo y para todas.

He andado muchos caminos, y llegado a la sombra fresca de un álamo, a la orilla del río de mi vida. Aquí, viendo las imágenes con ojos de apertura de conciencia, no hay prisa, ni tener, ni desear, ni apegos. Eso es lo que les falta por recorrer a ellos; a los jóvenes. Les falta la experiencia de los años y el respeto por sí mismos y por los demás.

lunes, 29 de marzo de 2010

A MI MANERA

Pincha en el play de este cuadro de diálogo que aparece abajo y lee mientras escuchas My Way de Frank Sinatra. Una de las más fantásticas canciones que yo he oído en mi vida. Buen provecho





A MI MANERA


Mis reflexiones me llevan a extraños vericuetos mentales. Está todo bien porque eso es una de las maneras de vivir el momento. Como os he comentado –y no lo he hecho, rectifico y lo hago ahora- la panacea para no enfermar, sanar y vivir feliz es vivir el momento. Me he hartado de decirlo, comentarlo, escribirlo y hasta gritarlo a todo el que me ha querido prestar un minuto de atención: La solución de los problemas está en vivir el momento y no hacerse ‘pajas mentales’. Me refiero a la ‘paja mental’ negativa que te saca de tu centro, te desasosiega, te hace segregar adrenalina y llenarte, todo tú, de preocupación. Os ilustro el comentario con una anécdota que cuento en mi libro La Serpiente de Fuego. Todos los viernes compro una participación para la lotería de los Euromillones y otra para el Cuponazo de la ONCE. Nada más guardarlos en el bolsillo izquierdo del pantalón (dentro de una carterita tarjetera, al lado de unos cuantos billetes pequeños, para ver si se les pega algo de la pasta), empiezo a pensar, naturalmente, que me toca un zurrón de millones, lo contento que me pongo, y en qué me voy a gastar la pastizarra. En esas lucubraciones paso unos momentos deliciosos, dando a troche y moche, y luego arrepintiéndome de lo mucho que he dado a fulano y a mengano y rebajándoselo discretamente. Me lo permito porque es bueno, de vez en cuando, volar a tu lugar ideal, situado en una lejana circunvolución cerebral plagada de maravillas para tu solaz y esparcimiento, siempre que luego las cañas no se vuelvan lanzas. Quiero decir, que si lo pasas bien pensando en el futuro –cosa que es nefasta en normales circunstancias- no te frustres si no se realizan tus planes a largo plazo; simplemente, compra otras participaciones de lotería el viernes próximo.

¡Qué agobio de cabeza, muchacho! ¡Si yo dejara volar la mente a reductos negativos, estaría llorando todo el día! ¡Por Dios…! Bueno, después de estos circunloquios, paso a la reflexión del título.

Yo hago las cosas, como todo hijo de vecino, a mi manera. Y, a medida que va pasando el tiempo, me voy haciendo un poco más egoísta y afianzando mis tic y mis manías. Pero como a todo el mundo le pasa lo mismo, te encuentras con situaciones la mar de chuscas, que, vistas desde fuera, te hacen reír; pero metido en el fragor de la batalla te ponen de una mala uva que te entra toa la pálida (giro adolescente que explicaré en otro artículo).

Un adulto añoso, viudo y con ganas de aliviar sus hormonas, coincide con una adulta, madura, de muy buen ver, viuda y con ganas de aliviar las hormonas. Congenian, charlan, cuentan sus ganas de vivir y deciden pasar una noche de amor en el apartamento de ella. La razón es simple. Lo decide ella, porque piensa que el apartamento de un viudo, tiene que ser como una pajarera, y prefiere la limpieza y la pulcritud de sus cosas –entre otras su cuarto de baño y sus afeites- . Llegan a la casa y después de tomar una copa –sólo una, por aquello de que el alcohol en demasía baja la libido- se ponen cariñosos y a cada iniciativa de él, ella responde con un cambio de postura o un: “Espera que me pongo cómoda” o “¡Ay que cosquillas me haces por ahí” o “No me hagas eso que me pongo muy nerviosa” o “Esto no lo puedo soportar…” Total, cuando a aquel hombre, pasado de años, se le van agotando los recursos, razona por unos breves instantes, se da cuenta de que aquella noche, si sigue empeñado en hacerlo a su manera, no se va a jalar ni un rosco, se relaja, toma distancia y exclama en voz muy alta: “¡Alto! -pone la mano izquierda con los dedos juntos apuntando al techo, y la derecha con la palma descansando sobre las puntas de los dedos de la izquierda, como formando una T - ¡Tiempo, tiempo, tiempo! El partido está en una fase de desconcierto, así que vamos a elaborar una estrategia para, por lo menos, empatar. Yo lo hago a mi manera, como sé, según mi experiencia. Pero, al parecer, mi manera no es tu manera, y de aquí no va a salir ninguna explosión de felicidad. Así que, te pido por favor, que, por hoy –ya veremos más adelante-, tomes tú la iniciativa y te dediques a pedir lo que te gusta, y no a rechazar lo que no te gusta. Ocúpate de ti; de gozar tú plenamente, que yo voy a llegar al clímax de cualquier manera si veo que tú vuelas por los aires.” Verdaderamente las gozaron como enanos y se siguieron viendo. Antes de cada encuentro convenían quién llevaría aquel día la iniciativa. Y, así, nunca tuvieron que hacer ni un solo reproche.
Naturalmente esto sirve para parejas formadas y aburridas de llevar la voz cantante o de dejarse llevar. A veces mi manera, es diferente de tu manera. En el amor y en todos los órdenes de la vida. ¡La guerra es otra cosa!

Y aquí tenéis la letra de la canción, en inglés; y su traducción al castellano.


A MI MANERA (Canción de Frank Sinatra)

AND NOW, THE END IS HERE,
AND SO I FACE THE FINAL CURTAIN.
MY FRIEND, I´LL SAY IT CLEAR,
I´LL STATE MY CASE, OF WHICH I´M CERTAIN.
I´VE LIVED A LIFE THAT´S FULL,
I TRAVELLED EACH AND EVERY HIGHWAY.
AND MORE, MUCH MORE THAN THIS,
I DID IT MY WAY.

REGRETS, I´VE HAD A FEW
BUT THEN AGAIN, TOO FEW TO MENTION.
I DID WHAT I HAD TO DO
AND SAW IT THROUGH WITHOUT EXEMPTION.
I PLANNED EACH CHARTED COURSE,
EACH CAREFUL STEP ALONG THE BYWAY.
AND MORE, MUCH MORE THAN THIS,
I DID IT MY WAY.

YES, THERE WERE TIMES,
I´M SURE YOU KNEW,
WHEN I BIT OFF
MORE THAN I COULD CHEW.
BUT THROUGH IT ALL,
WHEN THERE WAS DOUBT,
I ATE IT UP AND SPIT IT OUT.
I FACED IT ALL AND I STOOD TALL,
AND DID IT MY WAY.

I´VE LOVED, I´VE LAUGHED AND CRIED.
I´VE HAD MY FILL, MY SHARE OF LOSING.
AND NOW, AS TEARS SUBSIDE,
I FIND IT ALL SO AMUSING
TO THINK I DID ALL THAT.
AND MAY I SAY, NOT IN A SHY WAY,
´OH, NO, OH, NO, NOT ME, I DID IT MY WAY´.

FOR WHAT IS A MAN, WHAT HAS HE GOT?
IF NOT HIMSELF, THEN HE HAS NAUGHT.
TO SAY THE THINGS HE TRULY FEELS
AND NOT THE WORDS OF ONE WHO KNEELS.
THE RECORD SHOWS I TOOK THE BLOWS
AND DID IT MY WAY.

YES, IT WAS MY WAY.


Y AHORA, EL FINAL ESTÁ AQUÍ,
Y ENTONCES ENFRENTO EL TELÓN FINAL.
MI AMIGO, LO DIRÉ SIN RODEOS,
HABLARÉ DE MI CASO, DEL CUAL ESTOY SEGURO.
HE VIVIDO UNA VIDA PLENA,
VIAJÉ POR TODOS Y CADA UNO DE LOS CAMINOS.
Y MÁS, MUCHO MÁS QUE ESTO,
LO HICE A MI MANERA.

ARREPENTIMIENTOS, HE TENIDO UNOS POCOS
PERO IGUALMENTE, MUY POCOS COMO PARA MENCIONARLOS.
HICE LO QUE DEBÍA HACER
Y LO HICE SIN EXENCIONES.
PLANÉE CADA PROGRAMA DE ACCIÓN,
CADA PASO CUIDADOSO A LO LARGO DEL CAMINO.
Y MÁS, MUCHO MÁS QUE ESTO,
LO HICE A MI MANERA.

SÍ, HUBO OPORTUNIDADES,
ESTOY SEGURO QUE LO SABÍAN,
CUANDO MORDÍ
MÁS DE LO QUE PODÍA MASTICAR.
PERO AL FINAL,
CUANDO HUBO DUDA,
ME LO TRAGUÉ TODO Y LUEGO LO DIJE SIN MIEDO.
LO ENFRENTÉ TODO Y ESTUVE ORGULLOSO,
Y LO HICE A MI MANERA.

HE AMADO, HE REÍDO Y LLORADO.
TUVE MALAS EXPERIENCIAS, ME TOCÓ PERDER.
Y AHORA, QUE LAS LÁGRIMAS CEDEN,
ENCUENTRO TAN DIVERTIDO
PENSAR QUE HICE TODO ESO.
Y PERMÍTANME DECIR, SIN TIMIDEZ,
´OH, NO, OH, NO, A MÍ NO, YO SÍ LO HICE A MI MANERA´.

PUES QUE ES UN HOMBRE, ¿QUÉ ES LO QUE HA CONSEGUIDO?
SI NO ES A SÍ MISMO, ENTONCES NO TIENE NADA.
DECIR LAS COSAS QUE REALMENTE SIENTE
Y NO LAS PALABRAS DE ALGUIEN QUE SE ARRODILLA.
MI HISTORIA MUESTRA QUE ASUMÍ LOS GOLPES
Y LO HICE A MI MANERA.

SÍ, FUE A MI MANERA.

domingo, 28 de marzo de 2010

HIJO, ERES UN 'LILA'

Pincha el play y, como siempre, oirás una música sublime mientras lees. Esta vez se trata de Nocturno de Borodin.





Este artículo también se lo debo a mi amiga Carmen Lupe. Desde luego, proveedora de ideas para mí. Va por ti, Carmen.

Su madre la decía que era un poco ‘lila’. Seguramente se refería a que se pasaba de buena, y, a eso, mucha gente lo llama ‘ser un lila’. “Tú eres un lila, hijo mío. A ver cuándo espabilas; que te las van a dar todas en el mismo carrillo”.
Busco en el diccionario RAE –uno de mis libros de cabecera- y leo: lila3. (De la onomat. lil, lel, del balbuceo). 1. adj. coloq. Tonto, fatuo. U. t. c. s.

En realidad, tonto y fatuo, no expresa, a mi manera de ver, el verdadero sentido de ‘lila’. Tonto y fatuo es mucho más despectivo, más hiriente, más agresivo. Lila es, eso, demasiado bueno. Pero no tonto de baba, simplemente tontorrón. Sin ofender, sin molestar. Casi en defensa del apelado. Para que espabile, como antes decía la madre: “A ver cuándo espabilas; que te las van a dar todas en el mismo carrillo.”

Pero el ser un lila no quiere decir nada despectivo. La gente no quiere que los de su entorno hagan el tonto, y, hacer el tonto, es ceder en sus derechos, no querer discutir, dar frecuentemente el brazo a torcer. Es decir, tener una calidad humana difícil de encontrar en esta época, en la que todo el mundo discute por un asiento en el autobús o por una plaza en la cola del super.





Según las últimas investigaciones del Departament of Psicologie del Smithsonian Institute de Washington, todos los individuos no tienden a la maldad y lo corrigen con la disciplina, la ética y la moral, no. Lo individuos están divididos en malos y buenos. Y los malos siempre tienden a la maldad y lo buenos siempre a la bondad. En el estudio, ponían a varios individuos del grupo muestra, en condiciones de poderse lucrar, mintiendo en un juego psicológico en el que, ellos mismos, tenían que evaluar sus propios resultados. Todos estaban seguros de que actuarían impunemente, al no existir órganos de control. Sin embargo, la mitad mentían en su beneficio, y la otra mitad, se mostraban sinceros a ultranza, aunque esto fuera en contra de sus intereses.

Y, a la larga ¿Los buenos salen perjudicados en todos los órdenes de la vida? Se podría considerar que en este mundo de comercio, tener lo mejor y lo más caro, auparse en la cima, pisar cabezas, mentir, etc. esto sería cierto. Pero hablamos de un entorno de bondad en el que prevalezca el ser por encima del tener; el dar por encima del recibir, y el amar de manera incondicional. En la sociedad de consumo puede que, a la larga, ganen los malos. En el mundo del que yo hablo: el planeta de los ‘lilas’, es mejor ser que tener; dar que recibir; amar que odiar. Y, a la corta es mejor ser un poco ‘lila’, que un ‘listillo’ pisa cabezas, boludo, toca pelotas. Es mejor utilizar la ética, la moral y los valores humanos, que la picaresca, la mentira, el chantaje, el adulterio y la agresión verbal o física.

Estoy rodeado de buena gente que, quizá, tenga complejo de tonta. Yo les digo que sigan siendo ‘lilas’, pero impecables. Yo quiero tener montones de ‘lilas’; me gustan mucho más que los ‘cardos’. Aunque estos, en definitiva, también son hijos de Dios.



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