jueves, 10 de abril de 2014

¿...?




Hay poetas natos, hay bailarines natos. De hecho, todo el mundo ha nacido para algo: Las personas que por algún motivo descubren su talento son las personas más felices del mundo. Pero aquellas que van por caminos que no les corresponden son las más infelices.

El político pertenece a un tipo determinado. Es el mismo que el de los delincuentes. Un delincuente es alguien que no ha conseguido ser político. Ambos buscan el poder, ambos están dominados por el ansia de poder. El político busca el poder dentro de la legalidad y la Constitución y, una vez que está en sus manos, manipula la ley, la Constitución y todo lo demás de mil y una formas. Una vez que consigue el poder puede corromperlo todo y prostituirlo todo. Pero en tanto lo consigue se mueve dentro de la legalidad, la constitucionalidad, la moralidad.

El delincuente también busca el poder, pero no sabe hacerlo legalmente, constitucionalmente, moralmente. Es más salvaje, no está tan domesticado como el político; es más inculto, no sabe valerse de la cultura para conseguir sus propósitos como hace el político. No es tan elocuente como el político. La capacidad principal de los políticos es la elocuencia, saben traducir tus esperanzas y convertirlas en promesas. Son tan elocuentes que saben descubrir tus sueños y esperanzas, conscientes e inconscientes, y convertirlas en promesas de futuro: dicen que si les das poder cumplirán todos tus sueños. Es un acuerdo engañoso: tú les das el poder y ellos te darán la tierra prometida.

Pero una vez que le has entregado el poder con tus votos, se olvida de ti. El hombre –político– que te estaba haciendo promesas no tenía poder todavía. Pero ahora es un hombre nuevo y poderoso con tu apoyo. Llevo toda mi vida repitiendo una frase de lord Acton: «El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente». Lord Acton no estaba filosofando, hablaba por experiencia. Había conocido el poder y sabía cuánto puede corromper, y debido a su capacidad de corrupción había abandonado.




Una vez que ‘detentas’ el poder, todas las fuerzas corruptas que tenías escondidas en tu inconsciente empiezan a asomar la cabeza. ¿Qué te importan los demás? Tus promesas no fueron hechas con una intención honesta, sino sabiendo perfectamente que no ibas a cumplirlas. Sólo era una forma de conseguir el poder, y lo has conseguido. Ahora tienes tus propios deseos inconscientes que cumplir.
Un político puede volverse un delincuente en cualquier momento. Vemos que ha ocurrido a lo largo de la historia, pero seguimos mirando para otro lado. Joseph Stalin antes de llegar al poder no era un criminal. No había matado a nadie; no era un asesino. ¿Y qué ocurrió cuando llegó al poder? Lo primero que hizo fue destruir absolutamente el comité de doce miembros que gobernaba el partido comunista, los líderes más importantes. Los mató uno a uno.

Los políticos básicamente son delincuentes. Buscan el poder con métodos legales; esa es la única diferencia. A un delincuente no le interesan los métodos legales, y por eso lo detienen. Sin embargo a los políticos nunca los pillan; sólo pasa una que otra vez, como a Nixon en el caso Watergate. ¿Sabéis lo que dijo Mao Tse Tung cuando pillaron a Nixon?: « ¿Qué está ocurriendo? Tanto alboroto para nada. ¡Todos los políticos lo hacemos!». En realidad es verdad, todos los políticos lo hacen. Nixon no fue una excepción con el caso Watergate. Sucede en todo el mundo, todos los políticos que están en el poder hacen el mismo tipo de cosas, pero no los pillan. Nixon tuvo mala suerte y lo pillaron.
La mente criminal necesita el poder porque sin él no se puede hacer nada. Del  mismo modo que el pintor necesita pinturas y el poeta necesita poseer un extenso y rico vocabulario, dominar el lenguaje, conocer el sentido de las palabras y la variedad de sus matices, la corriente sutil que encierra cada palabra, el político, en el fondo, también sabe por qué busca el poder. Si no pretendes pintar pero acumulas tubos de pintura, es porque están loco. Si no tienes intención de tocar música pero acumulas todo tipo de instrumentos, es porque estás loco.
¿Y por qué el poder? En la política, cuando has conseguido el poder al que has llegado con el apoyo de toda esa gente, tienes que cumplir sus deseos. Uno te ha apoyado para que le des esa licencia, otro te ha apoyado para abrir una empresa, otro para que le des prebendas económicas y comerciales, y otro por otros motivos, siempre interesados. Ahora tienes que satisfacer sus deseos. De lo contrario pueden moverse mientras estás subido a sus hombros. En cierto sentido el que está en la cima es muy débil; por encima no hay nada a donde asirse. Por debajo hay gente que no perderá la ocasión de echarle para auparse a la cima. Para impedirlo tendrá que cometer toda serie de actos criminales.
Esto es la democracia. Estos son los demócratas. Estos son los que se ocupan de las necesidades de la gente. Da igual que sean de derechas, de centro o de izquierdas. Esta es la democracia que ha sido descrita como: «Del pueblo, por y para el pueblo». Yo no sé quién es ese ‘pueblo’, desde luego no soy yo ni muchos como yo.

Tomado de "El peligro de la verdad" (OSHO)
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