viernes, 2 de noviembre de 2012

PRIMUN VIVERE, DEINDE PHILOSOPHARI






¡Maldita gata! ¡Qué bien vive!. Es que no piensa...

 

 
Primum vivere deinde philosophari (aunque no se use la coma, léase con cesura: Primum vivere, deinde philosophari), es una cita latina que significa "primero vivir, después filosofar". Advierte contra los que se dedican a teorizar, sin tener los pies en el suelo. Se suele atribuir la frase a Hobbes, aunque parece que ya se había utilizado con anterioridad. Al menos ya se utiliza una expresión similar (opuesta) en El Quijote, en el «Diálogo entre Babieca y Rocinante»: el corcel del Cid Campeador dice:

–Metafísico estáis.

–Es que no como –responde el escuálido caballo de Don Quijote, Rocinante.

 También es similar el refrán: Primero la obligación, después la devoción.

 1 Existen formulaciones alternativas del tópico: Primum manducare, deinde philosophari, o Primum panem, deinde philosophari.2 Incluso, en este mismo diccionario en portugués, aparece: Primum bibere, deinde philosophare. ("Primero beber, después filosofar".)

Aunque la primera parte del tópico cambie de forma, siendo las más corrientes "panem, manducare, vivere", la segunda parte gramaticalmente no puede cambiar: philosophari no puede substituirse por philosophare, ya que por obvias questiones gramaticales, el infinitivo pasivo tiene un valor activo al ser "philosophor" un verbo deponente.

 Todo el anterior parlamente en cursiva, se refiere a la locución latina, una de las muchas que están equivocadas, pero que han creado opinión y carta de naturaleza entre el vulgo. La gente cree realmente lo que dicen estas frases sentenciosas, por el mero hecho de ser antiguas, escritas en latín y atribuidas a un pensador, filósofo como Hobbes*.

 *Thomas Hobbes (5 de abril de 1588 – 4 de diciembre de 1679), fue un filósofo inglés, cuya obra Leviatán (1651) colaboró de manera importante en el desarrollo de la filosofía política occidental. Es el teórico por excelencia del absolutismo político.

 Se apoya con contundencia en el materialismo absolutista de la época, queriendo –una vez más– despreciar el poder de la mente. Obviamente la mente, como otras muchas facultades racionales del ser humano, se sustenta en ideas filosóficas y religiosas, que la hacen más tranquila, más elástica, más tolerante y más feliz. Primero, entonces, es la idea y en segundo término ubico al cuerpo, el vivir y el mantenerse en la tierra.

 Luego, primero filosofar, y como consecuencia de esta filosofía, vivir y, si se puede, mantener los pies en el suelo, aunque esta postura no me parezca en absoluto práctica ni tendente a hacer a nadie feliz. Hablo de mantener los pies en el suelo, cosa que dista mucho de proporcionar al ser humano ni un ápice de felicidad, ni de tranquilidad, ni de paz, ni de sosiego. Porque ¿Cuál es la verdad? ¿Cuál la realidad? ¿Cuál la previsión? ¿Es bueno y conveniente actuar conforme a unos parámetros de vida, establecidos previamente para dotar al hombre de miedo, precaución e instintos de supervivencia? Mantener los pies en el suelo es aferrarse a todo lo problemático, a cualquier posibilidad de fracaso, a la esperanza que siempre lleva implícita la posibilidad de que se produzca el milagro, o no.

 Yo pretendo filosofar, para luego vivir como me gusta: Al segundo, despreocupado y haciendo mi futuro momento a momento, llenando cada uno de felicidad y humor. El poner los pies en el suelo no va con mi carácter. Es demasiado serio, demasiado circunspecto y carente de chispa y amor. Sin sorpresas, o con las menos posibles.

lunes, 29 de octubre de 2012

EL CULTO AL CUERPO






 Reloj de sol en la Huerta de Guadián. Palencia.

Actualmente mucha gente –no diré importante por no ponerme de su lado– consideran a Messi como un ‘referente’ deportivo. Le aman, le veneran, se miran en su espejo y, si pudieran, le chuparían los mocos y querrían tener un hijo suyo…Pero, voy a repetir mi manera de pensar al respecto, bajo ningún concepto considero la parte física de una persona como un posible referente. La cáscara, el envoltorio del espíritu humano, aquel soporte material que ha escogido para tener experiencias en esta vida, no vale nada; se aja, se marchita y, a la vuelta de la esquina, envejece y del esplendor de la juventud ya no queda ni siquiera el recuerdo. Sin embargo permite que el ser humano, ajeno a consideraciones espirituales, promocione en esta vida.

¿El cuerpo físico sirve para mejorar la evolución individual? ¿Consigue elevar de alguna manera al espíritu a mayores cotas de espiritualidad, comprensión, caridad, solidaridad, sabiduría, amor incondicional…? ¿El cuerpo físico ayuda a la progresión del alma a través de este piélago de abrojos y espinas como consideran a la Tierra mucha gente?

Me parece una actitud equivocada considerar al cuerpo físico como merecedor de un culto desmedido. El cuerpo es lo que es, un auténtico subordinado de la mente en todos los sentidos, y como tal, sometido a sus caprichos, mandatos y conflictos. El cuerpo es a la mente como los caballos al auriga; están constantemente sometidos a su mandato, y como tal, pueden caminar hacia senderos amables o despeñarse por el precipicio. Los caballos, sin alguien que los lleve por buen camino, no sabrán a donde ir aparte de a donde les lleve su instinto.

Quiero un mundo donde se rinda culto a la capacidad mental de los individuos, a la sabiduría, al buen sentido, a la capacidad para resolver problemas, para ayudar al prójimo, para lenificar lo malo y agrandar lo bueno. Quiero un mundo donde el amor incondicional, la entrega y la libertad sean mandamientos de un decálogo en el que, en lo más alto figure el respeto, la verdad y la sinceridad.

Nada de esto se considera en los deportistas, sólo su capacidad física y su habilidad para mantener en su poder una esfera  de mayor o menor tamaño, hasta colocarla allí donde se considera idóneo para los fines propios o de un equipo que se dedica –en este caso sí solidariamente– a la misma chorrada inútil y sólo positiva para los que ven en el juego algo sublime y digno de emulación y veneración.

Cuando me levante una mañana y vea en un diario una glosa a algún médico, a algún cirujano, a algún docente, a algún ciudadano que trabaja para los demás toda la noche, a alguien que piense en tu comodidad, en tu crecimiento y no en la deformación mental que supone estar noventa minutos seguidos, haciendo esfuerzos para contener la emisión de orina, para no perderse detalle de las cabriolas de Messi con una pelota, ese día daré gracias a Dios por algo más de lo que se las doy a diario.

Me entretiene el futbol en cuanto espectáculo. Y como tal, es engañoso, falaz y sometido a muchas presiones económicas. A veces, durante un recorrido por los canales de mi televisor, coincido con la retransmisión de un espectáculo estupefaciente: La lucha libre o Pressing cach, en la que dos individuos, como armarios de tres cuerpos, compiten para poner la espalda del otro durante tres segundos en contacto el suelo del ring. Es absolutamente cómico observar la mentira constante de los golpes, caídas, empellones, llaves, etc., a las que se someten sin resultar lastimados en absoluto.

Después de un combate, a no ser que, por mala fortuna, un luchador salga lesionado sin querer, no se les ve ni un leve enrojecimiento en el cuerpo a consecuencia de la pretendida dureza del deporte. El futbol es lo mismo: Todo fingido, todo mentira. Con la diferencia de que los futbolistas son unos panolis que se lo creen todo y no saben de los amaños de los estamentos a los que les interesa la intriga y la lucha, y que no dudan en amañar partidos, compra árbitros.

Si vemos el futbol como espectáculo de circo y no como un deporte noble y sincero, estaremos en el buen camino. Y si vemos a Messi como un malabarista, que juega con el balón mejor que otros, eliminaremos el fanatismo, siempre nefasto de nuestra cabeza.

Nunca he visto a un payaso de circo alabado por las masas, ni venerado por la gente, ni premiado con una nariz de oro…ni fotografiando besándola con arrobo

 

domingo, 28 de octubre de 2012

LA RUPTURA DEL SISTEMA



 

 No es mi intención, bajo ningún concepto, ser alarmista, derrotista o agorero. Conocéis mi manera de pensar positiva en cualquier circunstancia y podréis considerar que exhibo una total falta de coherencia. Nada parecido. Voy a hacer un ejercicio de considerar la realidad como yo la veo bajo el punto de vista humano, y después, comentaré mi punto de vista elevado, esotérico o divino de la muerte.

Los poderes económicos formados por banqueros, multinacionales, petroleros, traficantes de armas, de drogas y tratantes de blancas, han tocado a rebato y se han decidido a cambiar la faz de la tierra y la economía como actualmente la conocemos, para crear unas futuras generaciones de esclavos manejados con los hilos del trabajo duro a cambio de lo mínimo para la subsistencia.

Si cada vez hay más gente en el paro sin sueldo y sin recursos, cada vez habrá menos gente que pueda comprar alimentos, ropas, utensilios, joyas, casas…Si no existe el consumo, las fábricas que se nutren de la mano de obra del hombre, pararán y echarán a la calle a los obreros, que aumentarán exponencialmente el número de los que no pueden consumir, que cerrarán más fábricas por falta de demanda.

Así las cosas, habrá una gran masa humana sin recursos para subsistir, que harán cualquier cosa para dar de comer a sus hijos. Existen dos salidas para este estado de pobreza. Ambas exigen un cambio total de mentalidad y una absoluta convicción de que no van a volver los tiempos pasados, las casas hipotecadas, los automóviles, la comida abundante, el derroche y la falta de solidaridad.

La primera es darse cuenta de que uno de los recursos es volver a poblar el campo; volver a vivir de la tierra con el sudor de la frente de todos y recuperar el trueque: Cuando a mí me sobran judías, te las cambiaré por los garbanzos que me faltan. En vez de ir a la fábrica o a la oficina para ganar un sueldo que me sirva para comer, vestir y tener un reducto relativamente cómodo, donde vivir las pocas horas que me quedan después del trabajo y del sueño, me levantaré al alba para ordeñar a mi vaca, alimentar a las cabras, recoger los huevos de las gallinas y desbrozar el huerto.

Volveré a utilizar el viejo molino a orillas del río, para moler el trigo, que se transformará en la harina con que poder confeccionar el pan que nos va a alimentar.

Si he sido listo, me habré pertrechado de unos paneles solares para abastecerme de electricidad, agua caliente y calefacción, y, si no, de una estufa de leña y una cocina bilbaína. La gloria será enrojar el sistema de compartimentos, limitados por ladrillos refractarios, que dan asilo a la paja que, encendida, caliente el suelo del mayor número posible de habitaciones. Y para el frío unos marianos y una manta zamorana.

La mujer, en vez de realizarse en el trabajo administrativo o manual fuera de casa, asumirá la parte alícuota de trabajo que la corresponda, así como el cuidado y la educación de los hijos….etc.

La segunda posibilidad es hacerse esclavo voluntario del nuevo sistema económico que gobernarán unos señores feudales (¿Os suena?) que vivirán en la colina, en una vivienda amplia con multitud de trabajadores que eviten que el ‘dueño’ tenga las manos llenas de callos y pueda comer sin hacer la comida, lo que le permitirá holgar, jugar, tener ayuntamiento carnal y cazar por placer. Cada tiempo mandará a unos sicarios a cobrar impuestos en forma de productos del campo para llenar los silos del ‘señor’. Y a los que no puedan pagar los atarán a un palo y los pasearán por toda la comarca para escarmiento de los demás.

…Y vuelta a empezar…La historia se repite, unas veces en un punto y otras veces en otro, pero todas las civilizaciones han caído debido a la propia entropía del sistema. La nuestra no se va a perpetuar bajo ningún concepto. Para hacerlo habría sido fundamental que todos los ciudadanos estuvieran educados, fueran cultos, tuvieran criterio y valores humanos. El desastre de esta civilización, ha sido el virus de la ambición desmedida de los que no han tenido educación, principios, cultura ni escrúpulos. Y eso no puede volver atrás. A mi manera de ver, no hay nadie lo suficientemente honesto, ni lo suficientemente desprendido, que se merezca gobernar a las masas incultas, pervertidas y drogadas.

Mi punto de vista divino, es que todos hemos coincidido en este punto de ruptura social, conscientes de la que se nos venía encima. Todos hemos elegido este estado de cosas para crecer espiritualmente. Todos estamos aquí para aprender el desprendimiento, la solidaridad y el amor incondicional. Y, a fe, que el que no se dé cuenta de ello y no tenga la actitud necesaria, lo va a pasar francamente mal. Dixit.
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