sábado, 25 de febrero de 2012

Nunca Caminaras Solo Subtitulado (Ingles)

No he tenido más remedio que poner el vídeo de la 'hinchada' del Liverpul, cantando la canción a coro. Miles de almas en la misma vibración, en la misma sintonía. ¡Qué pasión! ¡Qué maravilla!

PARA MI SOBRI ELENA

Todo lo que escribo lo hago para personas que, como tú, sienten que les falta algo; que debieran de haber alcanzado una meta; una; la que sea, pero, una. Que están insatisfechas con lo que hacen, con lo que dicen y con lo que piensan; que tienen el listón excesivamente alto y, a su juicio, no lo van a poder saltar nunca. Escribo para que una sola de las personas que me leen, algún día, en algún rincón ignorado de la América Hispana, de España, de Europa o, incluso de Canadá, reflexione sobre lo que escribo, sobre mis intenciones entre líneas y, sólo por curiosidad, se esfuerce en hacer lo que yo escribo.

Querida sobri, queridos todos: En este mundo no hay ninguna meta que alcanzar, no existe la edad para la realización, no hay que correr desesperadamente hacia algo intangible, que no sé sabe qué es, ni dónde está, ni cuánto tiempo tardaremos en llegar. Todos nos aferramos a la absurda idea de que algo hemos de hacer, de que tenemos que tener, por fuerza de no sé qué mandato, un propósito en la vida, y tras él corremos exhaustos, y, a veces, fenecemos en el intento.

Y el propósito para nuestra vida es –te vas a mondar de risa– ¡vivir feliz!. Sólo eso. Así de simple: Vivir feliz. ¿Y eso cómo se come, con cuchara, con tenedor o con cuchillo de pescado? Pues se come ejerciendo la panacea que yo grito a voces y nadie me escucha, aunque muchos me oyen: Vivir el momento, vivir el proceso sin intención de llegar a un final, a ninguna parte. No existe el fin. Lo importante no es la meta, lo importante es el camino. Lo importante no es el camino, es cómo vives el camino, cómo lo andas, la intención que pones en cada paso, en cada piedra, en cada matojo, en cada hormiga, en cada lagartija, en cada caminante que se cruza con tus pasos y por breves momentos anda la senda a tu lado.

No hay meta, no hay edad, no hay final. Todos son principios, todo es presente continuo. Un largo instante que debemos de vivir metidos entre dos pensamientos: El instante santo; el momento presente. Ese es el propósito del hombre en la tierra. Alabar la obra de Dios en cada instante. Vivir el momento constantemente sin pensar en el pasado y mucho menos en el futuro. Y en el instante presente desarrollar toda nuestra capacidad de amar, todo nuestro potencial espiritual, toda nuestra impecabilidad, todas las capacidades que Dios ha puesto en nosotros y que nosotros –estúpidos humanos de mierda– no sabemos aprovechar.

Mira los árboles, ellos no participan en los acontecimientos. Tienen una gran dignidad, se dedican a contemplar lo que pasa a su alrededor en cada momento, sin juzgar, sin criticar, sin decantarse por ningún concepto en especial. Simplemente VIVEN. Ese es su propósito en la vida. Y nosotros, con nuestro caótico intelecto pensamos que somos mejor que ellos, que hemos inventado la pólvora y que hemos alunizado…¡Mentecatos! No valemos ni lo que una hoja de encina, pequeña, festoneada, picuda, hermosa, que junto con las demás forman un todo de armonía perfecta.

No sientas que es tarde, porque no tienes que llegar a tiempo a nada. Sólo tienes que vivir tu vida a tope. Explotar de felicidad en cada momento, en cada instante. Sólo eso. Vivir feliz con la felicidad que tienes ínsita en tu naturaleza; que no tienes que buscar en ningún lugar fuera de ti. No en el dinero, no en la fama, no en la pareja, no. Dentro de ti, en tu hermoso interior que Dios colmó de cualidades para que fuésemos felices y nosotros, sandios, no sabemos aprovechar. Todos estamos en el mismo proceso, y ese proceso no tiene final. La finalidad es vivir el proceso abriéndonos al amor infinito que consigue resultados infinitos. Amén.





When you walk through a storm,

Cuando camines atravesando una tormenta

Hold your head up high,

Mantén bien alta la cabeza

And don’t be afraid of the dark.

Y no te preocupes por la oscuridad

At the end of a storm,

Al final de la tormenta

There’s a golden sky,

Hay un cielo dorado

And the sweet silver song of a lark.

Y el dulce y argentino canto de una alondra

Walk on through the wind, Walk on through the rain,

Camina a través del viento, camina a través de la lluvia

Though your dreams be tossed and blown..

Aunque tus sueños se vean sacudidos y golpeados

Walk on, walk on, with hope in your heart,

Sigue caminando, sigue caminando, con esperanza en el corazón

And you’ll never walk alone…….

Y jamás caminarás solo….

You’ll never walk alone.

Nunca caminarás solo.

Walk on, walk on, with hope in your heart,

Sigue caminando, sigue caminando, con esperanza en el corazón

And you’ll never walk alone…….

Y jamás caminarás solo….

You’ll never walk alone.

Nunca caminarás solo.

jueves, 23 de febrero de 2012

GAYATRI MANTRA




GAYATRI MANTRA

En mis épocas complicadas, durante mis crisis de angustia provocadas por mis acontecimientos y circunstancias no muy deseadas, he tenido que recurrir a algunas muletas que me ayudasen a andar el camino, porque yo solo no era capaz de dar ni un paso. En una de aquellas ocasiones –de infausto recuerdo– tuve que ir a Madrid a hacer una sesión de Rebirthing con María Eugenia –la pareja de Adolfo Domínguez Martínez– y no era capaz. Tenía una crisis de angustia que me encadenaba a la cama como un poderoso imán atrae a una pequeñísima brizna de hierro.

En esas ocasiones no te acuerdas de nada y habitualmente te dejas llevar por la corriente de la dejadez y el marasmo físico y mental que no te dejan mover ni un dedo, sumergido en la desesperación y pensando en cada momento en levantarte a tomar una pastilla de cualquier ansiolítico para acabar con el tormento, aun sabiendo que te puede agarrar por los huevos para siempre jamás.

Javier Díez, un amigo –o al menos eso creo, contaminado por tantos que te han vuelto la espalda a lo largo de la vida, o simplemente no se vuelven a acordar de ti en absoluto y en ninguna ocasión–, profesor en su día de Meditación Transcendental, a la vuelta de unos de sus viajes a India, me trajo, junto con varios kilos de incienso Goloka, un opúsculo con un pequeño “catecismo” sobre el significado, la potencia y todos los atributos de un “mantra” recitado o cantado, llamado Gayatri Mantra. Me acompañó el presente con un cedé del mismo Gayatri, cantado por un avatar actual llamado Sri Sathya Sai Baba (Fallecido recientemente). Me interesó, lo leí entero recordando mi época de catecismo de la Doctrina Católica, oí el cedé y me engancho. Desde ese momento no paré hasta que me lo aprendí de memoria y pude recitarlo con soltura, solo o acompañado.

Aquel aciago día, por encanto divino, un vuelo de ángel me trajo en su estela un aroma de Gayatri Mantra. Lo recogí, lo empecé a cantar y, a partir de ese momento –por supuesto con el rebufo de la depresión martilleándome la nuca–, me levanté, me vestí, bajé al garaje, cogí el coche y llegué a Madrid. “Respiré” y volví a Palencia.

A poco que te empeñes acabarás aprendiéndolo de memoria. Entonces, recítalo con cierta frecuencia y notarás sus efectos.

OM
BHUR BHUVA SVAHA
TAT SAVITUR VARENYAM
BHARGO DEVASYA DHEEMAHI
DHIYO YONAH PRACHODAYAT

Fonética :

Ommm…Bur – Bubá - Subajhá…Tat – Sabitúr - Varenia Mmmmmm… Bargó – Divasia - Dimahjí…Diyó – Yonaf - Prachodayát.

Contemplamos la gloria de la luz
que ilumina los tres mundos:
Denso, sutil y causal.
Soy ese que vivifica energía,
amor, iluminación radiante
y tolerancia divina
de la inteligencia universal.
Rogamos para que la luz divina
ilumine nuestras mentes.
¡Oh divina madre!
Nuestros corazones están llenos de oscuridad.
Aleja esta oscuridad de nosotros,
e ilumina con la refulgencia
de tu gracia, nuestro ser interno.

miércoles, 22 de febrero de 2012

LA FIDELIDAD





Ancestralmente la fidelidad no existía. Nuestros lejanos antepasados tenían conceptos que nada tenían que ver con la fidelidad, ni con la pareja. El principio que regía la buena marcha de la comunidad era: Un guerrero, diez mujeres = diez hijos; Diez guerreros, una mujer = un hijo. Y como el principio de número, mano de obra, caza y defensa, se hacía fundamental en la tribu, nada tenía de importante que un guerrero fuera polígamo por propia necesidad de la comunidad.

El hombre, como consecuencia, es polígamo por filogenética. Sólo la evolución de ciertas sociedades le ha obligado a ser monógamo, a convivir con una sola mujer desde el momento de la unión hasta que la muerte los separa. Los mandatos sociales y religiosos, han marcado la marcha de la unión entre un hombre y una mujer, en las culturas religiosas en las que se considera reprobable el adulterio.

¿Qué impulsa al hombre, a pesar de todo, a establecer una unión temporal con otra mujer diferente a la que le fue asignada en el momento de la unión? Tengo una teoría sobre este extremo. En general, para que un matrimonio permanezca fiel, en ambos miembros, y llegue hasta la consecución física de uno de los dos cuerpos, se necesita una mezcla ponderada de madurez y amor verdadero. Y yo creo que en ausencia de madurez, es muy posible que se llegue a saber, jamás, lo que es el amor verdadero.

Y cuando existe verdadero amor, cuando una persona es capaz de dar su vida por la persona amada, cuando uno desprecia su propia comodidad para regalársela a la pareja, cuando uno añora constantemente el contacto con su verdadera mitad, es imposible que se pueda cometer adulterio.

La atracción que uno siente por el sexo opuesto, viene dada por la necesidad subconsciente de encontrar en el placer sexual un sucedáneo del amor verdadero, cuando este no existe. El sexo sin amor está vacío de contenido. Se podrá sentir placer, pero nunca se podrá experimentar el vuelo sin motor del sexo por amor. Es más, las endorfinas que genera el amor verdadero son suficientes para equilibrar las hormonas que, de vez en cuando, impulsan, incluso a la mujer, a compensar su superávit, echando una canita al aire. Es más, la satisfacción del contacto de dos cuerpos que se aman, no necesita la culminación del orgasmo. El orgasmo no es imprescindible en la pareja verdadera, aunque sí conveniente.

martes, 21 de febrero de 2012

COCINADO POR CONCENTRACIÓN Y POR EXPANSIÓN.




No sé de cocina como Martín Berasategui, pero me gusta el asunto y estoy constantemente leyendo y revisando libros. Hace tiempo, di con unos conceptos muy interesantes sobre el cocinado de los alimentos. Es bueno saber los entresijos de las cosas y sus porqués.

COCINADO POR CONCENTRACIÓN: Cocinar los géneros desde caliente, para que los elementos nutritivos (jugos) de la pieza queden en el interior sin mezclarse, en lo posible, con el medio que se está utilizando. Esto quiere decir que esperaremos a introducir las viandas en la olla cuando el agua esté hirviendo.

COCINADO POR EXPANSIÓN: Cocinar los géneros desde frío, para que los elementos nutritivos (jugos) de la pieza, salgan al exterior y se mezclen, en lo posible, con el medio que se está utilizando. Esto significa que introduciremos las viandas en la olla con el agua fría.

COCINADO MIXTO: Consiste en cocinar los géneros utilizando los dos métodos de cocinado: concentración y expansión.

Es fácil de entender para qué se deben emplear ambos métodos. Se cocinará por concentración –desde caliente–: Verduras, carnes, pescados y toda aquella vianda que pretendemos cocinar sin que expela sus jugos al caldo que lo contiene. Se cocinará por expansión –desde frío– las legumbres a las que se añadan carnes, pescados, verduras y hierbas aromáticas.

La forma mixta: sería el caso del braseado, en el que se le da un golpe de calor al producto sin dejar que tome demasiado color y posteriormente se introduce en un líquido donde continuará la cocción. Un ejemplo de este tipo de cocción mixta es el estofado, que es un método de cocinado por elementos húmedos, previo dorado en grasa, por lo que se considera una técnica de cocción mixta, contracción al rehogar en materia la grasa caliente y expansión al verter a continuación el líquido de cocción. Otro método es el braseado: método de cocinado mixto en el que interviene la cocción por concentración en grasa caliente impidiendo así la pérdida de jugos naturales, seguida de una cocción por concentración dentro de otro liquido

lunes, 20 de febrero de 2012

POEMA INDÚ



POEMA INDÚ

¿Por qué te preocupas sin motivo?
¿A quién temes sin razón?
¿Quién te podría matar?
El alma no nace, ni muere.
Cualquier cosa que pase,
pasará por tu bien;
lo que esté sucediendo,
está sucediendo para bien;
lo que vaya a pasar,
también pasará para bien.

No debes lamentarte por el pasado.
No debes preocuparte por el futuro.
El presente está sucediendo...
¿Qué pérdida te hace llorar?
¿Qué has traído contigo,
¿Qué crees que has perdido?

¿Qué has producido?
¿Qué piensas que se ha destruido?
No has dado nada,
no has traído nada contigo,
cualquier cosa que poseas, la has recibido aquí.
Cualquier cosa que hayas tomado, la tomaste de Dios.
Lo que sea que hayas dado, se lo has dado a Él.
Llegaste con las manos vacías,
y regresarás con las manos vacías.

Cualquier cosa que poseas hoy,
pertenecía a otra persona el día de ayer, y
pertenecerá a otra el día de mañana.
Erróneamente has disfrutado de la idea
de que eso te pertenece.
Es esta falsa felicidad
la causa de tus penas.

El cambio es la ley del universo.
Lo que consideras como muerte,
es en realidad la vida.
En cualquier momento puedes
ser un millonario,
y en el siguiente puedes
caer en pobreza.


Tuyo y mío, grande y pequeño
borra esas ideas de tu mente.
Entonces todo te pertenecerá y
serás dueño de todo.
Este cuerpo no te pertenece,
tampoco eres de ese cuerpo.
El cuerpo está hecho de fuego, agua, aire, tierra y
éter, y retornará en estos elementos.
Pero el alma es permanente – así que
¿Quien eres tú?

Dedica tu ser a Dios.
Él es el único en el que debes confiar.
Quienes conocen esta verdad son para siempre
libres de temor, preocupación y dolor.

Hagas lo que hagas,
hazlo como una ofrenda a Dios.
Esto te llevará
a experimentar de
la alegría, la libertad y la vida por siempre.



GRACIAS POR LA LECTURA,

INTENTA

HONESTAMENTE

APLICARLO

EN TU VIDA DIARIA.

LAS CARETAS




Todavía no he leído ninguna entrevista en la que el entrevistado no conteste que lo que más aprecia en los demás es la sinceridad. Pero qué difícil es ejercer de sincero por el mundo, de ser tú mismo y actuar como tú mismo. Nos enseñan desde la cuna a mentir como bellacos y aprendemos sin problemas. Yo me tuve siempre por un tipo sincero, aunque tenía pliegues que no enseñaba a nadie. Pero, en general, quería ser transparente y, a fe mía que no lo lograba, porque quería quedar bien siempre y en todas las ocasiones, y eso es imposible. Ser tú mismo y decir siempre lo que piensas, sobre todo, no, es incompatible con una buena opinión sobre ti de los demás.

Pero en mi trabajo de sinceridad, la primera vez que me fumé un pitillo, sentí dentro de mí la imperiosa necesidad de contárselo a mi padre. ¡Pobre! ¡Tan buena gente! ¡Al que yo amaba en la misma proporción que a mi madre! Pero hay cosas que sólo se le pueden contar a un padre. Y ahí me lancé yo con tembleque de piernas.

- «Papá –le dije con la voz entrecortada por la emoción–, te tengo que contar una cosa muy importante».
- «Pues tú me dirás –me contestó mientras aspiraba el humo de un “caldo de gallina blanco”– Estoy impaciente».
- «Pues la cosa es que yo no quería, pero me dijeron que si no lo hacía no era un hombre y…».
- «¿Y, qué? ¡Vamos, acaba!»
- «Nada…que me he fumado un cigarro»

Apagó el ‘caldo’ en el cenicero de hierro fundido con forma de guerrero griego. Se frotó la mano en la pechera de la chaqueta, me miró fijamente y me arreó una bofetada que me hizo escupir la saliva que tenía en la boca por la comisura contraria.

Me llevé la mano al carrillo y salí de allí corriendo entre gemidos y lágrimas de indignación. Estaba furioso y contrariado. Aquel era el pago que me daba una de las personas que yo más quería en el mundo, por haber sido sincero; por haber tenido la valentía de haber confesado lo que yo creía que era una culpa grave. Desde ese momento me propuse solemnemente no volver a confesar mis culpas, más que a los curas en el sacramento de la confesión. Y eso porque habiendo una puerta de por medio y la solemnidad del templo, no era, ni mucho menos probable, que me soltara un sopapo. Un rosario, lo máximo. Y eso era asumible.

Me coloqué la careta desde aquel día y ofrecí a los demás parte de mi personalidad. La otra parte estaba oculta, unos días por el parche de pirata, otros por el turbante de maharajá, otros por el gorro de cocinero, otros por papá pitufo, otros por el más guay del barrio, y otros por el traje a rayas de presidiario. Lo bueno de la hipocresía y el cinismo es que se pueden utilizar muchos disfraces según el momento y dependiendo de cómo te hayas levantado ese día.

Te aseguro que lo intento; ser sincero digo. A veces lo consigo y a veces no. Nada de lo humano me es ajeno.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...