jueves, 26 de enero de 2017

DEDICADO A LA CLASE ENFERMERA DE ESPAÑA

En un artículo de facebook cuenta una enfermera hospitalaria la bronca de una médica geriatra sin ningún motivo.

Desde mi punto de vista médico, no tiene nada que ver el culo con las témporas, Un médico no tiene ningún derecho a hablar alto y desabridamente a una enfermera que, entre otras cosas, le está sacando las castañas del fuego todos los días. Es cuestión de educación, pero es también el hecho de que las enfermeras no os ponéis en vuestro sitio y no ponéis a mis queridos colegas en el suyo. Las frustraciones de la gente no se vomitan en el trabajo, para eso hay psiquiatras.
Todo el mundo comete equivocaciones y con la presión del trabajo, promovida por estos mamones que mandan y por los mandos intermedios que les hacen la ola, hay veces que los errores están más que justificados. Pero no sólo en enfermería, sino en medicina.

Yo, durante 40 años de ejercicio profesional y de visitas diarias a mil quirófanos de todas las especialidades, sé, fehacientemente que todos los días se cometen errores por parte de los cirujanos: Somos humanos, y unos más que otros, y nuestros errores provocan muchos más problemas que los de las enfermeras. Así que un poquito de humildad, colegas.

Las enfermeras son nuestras ayudantes y colaboradoras, sin las cuales no podríamos abarcar ni el 25 por ciento de nuestras obligaciones, Pero eso no nos da derecho a tratarlas como esclavas. Un ¡viva! por la profesión de enfermería, por su dedicación, por su valor y sobre todo por el aguante que están demostrando en estos tiempos de hijos de puta ilustrados que van a convertir la sanidad en un estercolero infumable.

Lo que no piensan estos sandios es que va a llegar un día en el que tendrán que abandonarse en manos de una enfermera, posiblemente aquella a la que abroncaron hace algunos años, y que está gran mujer que da su vida por los pacientes tendrá la obligación de ser impecable en su trabajo, a pesar de que el pacient@ fueron unos hijos de puta con la sufrida e imprescindible persona que ahora le está limpiando los mocos, le está dando de comer, le está poniendo la cuña o le está consolando en su mal momento.


Reivindico un trato impecable, un sueldo digno y unos turnos decentes para la enfermería, que está sacando adelante la sanidad hospitalaria a pesar de los mamones que se la quieren cargar. ¡He dicho!



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