jueves, 29 de diciembre de 2011

PROPÓSITOS PARA EL AÑO QUE VIENE




Te preguntas frecuentemente cuál es tu propósito en la vida, para qué estás aquí, qué debes de hacer. Las puertas están cerradas para la mayoría de los mortales hasta que, un día inopinadamente, se te abren de par en par y te invitan a cambiar.

Si quieres abrir las puertas, desapégate del ego y practica las cuatro nobles virtudes de Lao Tsé.

1.- Venera todos los estados de la vida. Que se traduce en: Respeta a todos y a todo.

2.- Practica la Sinceridad. Que se traduce en Franqueza.

3.- Practica la Dulzura. Que se traduce en Bondad.

4.- Practica el Apoyo. Que se traduce en el Servicio a los demás.

Y todas estas virtudes practícalas sin pedir nada a cambio. Jamás el Sol, a pesar de darle la vida, le dijo a la Tierra: “Estás en deuda conmigo”.

Trata de concentrarte en ayudar a los demás y estarás cumpliendo con tu propósito.

Jesús de Nazaret dice en el Evangelio: «Si quieres ser como yo, te ayudaré. Si quieres continuar siendo diferente a mí, esperaré hasta que cambies de opinión…y cambiarás de opinión…Es cuestión de tiempo.

sábado, 24 de diciembre de 2011

REPARTID AMOR




Hoy vengo a deciros que cualquier cosa material que se reparte, merma inmediatamente el capital del repartidor. Es obvio, si yo tengo cuatro libros y reparto tres entre mis amigos, me quedo solamente con uno. Si tengo un millón de pesetas y reparto seiscientas mil entre mis parientes, me quedo sólo con cuatrocientas mil. Pero hay una cosa en el peculio de cualquier ser humano que no merma su reparto, ni su donación, el amor. Si tú das el amor que llevas dentro, muy lejos de mermar tu capital, se multiplica por mil. Si yo te doy mi amor, nunca decrece el que me resta, siempre se acrecienta, siempre se multiplica y aumenta y aumenta en cantidad y en calidad. Es como si el amor necesitase repartirse para refinarse en su calidad y aumentar su cantidad, hasta el punto de que es imprescindible darlo frecuentemente para que no estalle dentro del pecho.

Hay personas que temen dar su amor para no sentirse defraudados en sus expectativas. ¡Tantas veces se han sentido no correspondidos, que reservan su amor para sí mismos! Craso error, la verdadera expectativa de dar es, eso, dar. Y dar crea un estado de ánimo comparable con la felicidad en todos sus extremos. Es mucho más gratificante dar que recibir, ofrecer que ser receptor. La verdadera felicidad es amar a los demás…pero de forma incondicional: yo te amo y tú has con mi amor lo que quieras. Nunca te voy a exigir pago por ello, ni siquiera agradecimiento. Me conformo con dar y hacerte feliz.

¿Quiere esto decir que hay que amar a los enemigos o a aquellos que nos agravian, nos humillan o nos hieren? Nadie dijo semejante cosa. No estamos obligados a amarlos, pero tampoco a odiarlos. Es un matiz muy sutil que demarca con una línea muy precisa dos parcelas del mismo concepto: amor y odio; un extremo de un sentimiento y el opuesto.

No odiéis a los enemigos, pero no estáis obligados a amarlos. Apartarse de ellos para evitar la contaminación, pero no les hagáis mal, ni les critiquéis, ni les ofendáis voluntariamente. Simplemente volver la espalda y marchad en paz. Tampoco dijo nunca, nadie, que esto fuese fácil de hacer. Pero es la ley.

¡Feliz Nochebuena!

viernes, 23 de diciembre de 2011




Un regalo de Navidad para todos. Quizá os enternezca como a mí; quizá os deje indiferentes. De cualquier manera escuchazlo, por favor.

REGALOS DE NAVIDAD





No os sintáis obligados por las circunstancias, porque todo el mundo hace lo mismo, porque todos se sientan obligados a ser solidarios, generosos y amorosos. No hagáis nada que no os salga directamente del corazón; es más meritorio hacer una sola cosa con amor, que cien por rutina, o porque uno se vea obligado a ello, o por el ‘qué dirán’

Había una vez un soberano que se sentía mal por tener tanto y los demás tan poco. Abrumado por el peso de la culpa se sintió obligado a imponerse una penitencia; un castigo por lo mucho que tenía. Tomó el anillo de oro y diamantes que le había dejado en herencia su padre, se encaminó al acantilado y lo arrojó al mar. Muy apesadumbrado por la pérdida volvió a palacio satisfecho con su acto de reparación.

Poco después se celebró un banquete real al que asistieron todos los cortesanos. El menú era abundante en manjares. Pescados asados con guarniciones de lo más exóticas llenaban la mesa para cien invitados, corderos, pulardas y faisanes mostraban sus bellas plumas como adorno de sus orondos cuerpos cocinados y humeantes.

Al rey le sirvieron el primer bocado, el más suculento, el mejor cocinado. Al empezar a comerlo, muy próximo a la ventresca palpó un objeto duro y brillante. Con el corazón palpitante y encogido por la ansiedad lo limpió y ¡oh sorpresa! era el anillo del que se había querido desprender en desagravio de tanta abundancia. Aquel mismo día sufrió una invasión de un reino vecino, lo tomaron prisionero y lo torturaron hasta la muerte.

Ese era el castigo que le tenía reservado el destino y no el que él mismo quiso depararse.

Vivid el momento, dad todo el amor que podáis, ya que el amor es la única posesión que, dándola, se multiplica por millares, y haced las cosas de corazón, no por castigo, por obligación ajena o por lo que puedan pensar los demás.

Una sonrisa, un abrazo, una lisonja, son bienes preciosos muy superiores en valor a las joyas y los regalos costosos. Y los tenemos todos en nuestro interior: sonrisas, abrazos y lisonjas. No nos quedemos con ellos, regalemos educación, buenas maneras, buenas palabras y buenos pensamientos.

sábado, 17 de diciembre de 2011



Una de las más bellas composiciones de Brahms.


SERVICIO

Están muy de moda las series de televisión con vocación de servicio. Son aquellas en las que se cuenta la relación de los señores con la servidumbre, en las mansiones y castillos ingleses de la época victoriana. Hace tiempo se puso de actualidad el asunto gracias a la serie “Arriba y abajo”, que contaba las peripecias de la servidumbre –que vivía en la parte baja de la mansión– y los nobles, que ocupaban la parte alta.

Las doncellas accedían al servicio gracias a sus credenciales y recomendaciones, y escalaban puestos de responsabilidad con su dedicación, destreza y fidelidad contrastadas. Un ayudante de cámara podía llegar a mayordomo al cabo del tiempo, con la experiencia, habilidad y vocación de servicio, y una doncella podía llegar a ama de llaves, por los mismos conductos. Siempre demostrando la inteligencia, habilidad y dotes para el oficio.

Los gremios se nutrían de aprendices, que entraban en los talleres y obradores con muy corta edad e iban aprendiendo con paciencia y dedicación el oficio del que se tratase. Muchos de ellos ponían un taller al cabo del tiempo, y era clásico que los hijos siguiesen el negocio y oficio de los padres.

Pero todo esto se apoyaba en un solo concepto: El servicio. La gente tenía vocación de servicio. Sabía que la sociedad estaba estructurada de tal forma que la pirámide del poder estaba muy clara, y cada ciudadano, o tenía vocación de servicio, o no cabía en la sociedad. Había incluso un gran orgullo de servir a determinado clan, a determinado amo o a determinado jefe.

Hoy en día han desaparecido el concepto. Todo el mundo hace lo que puede por escalar peldaños sociales sin importar cómo o con qué procedimientos, la mayoría de las veces espurios, interesados y arribistas. Y la excelencia ha dado paso a la mediocridad, que no necesita acrisolarse con el tiempo, ni cocerse lentamente. Cualquiera que tenga habilidad política o amigos, puede hacer una gran fortuna sin saber hacer la o con un canuto.

Ya no existen los aprendices. La formación profesional es una bazofia infumable que no crea más que mediocres, al servicio de otros mediocres que les preceden por los mismos procedimientos fáciles y oportunistas. Desapareció hace mucho tiempo la vocación de servicio reemplazada por un inútil orgullo que proporciona el dinero ganado mediante usura, contubernio, estafa o sobrevaloración de lo que se vende. ¡Qué le vamos a hacer! Tendremos que acostumbrarnos a este orden de cosas, hasta que llegue la sensatez y la honradez necesarias para darle la vuelta a la tortilla.

Yo he tenido toda la vida, debido a mi profesión, vocación de servicio. Mis mayores y mis sucesivos jefes me enseñaron lo que era la dedicación y la entrega. Siempre hemos visitado a los enfermos que teníamos ingresados, los festivos, incluidas Navidad y Año Nuevo, sin importarnos nada más, ni siquiera nuestra conveniencia o la de nuestras familias.

¡Corren otros tiempos, que necesariamente tendrán que cambiar, o moriremos todos ahogados en la mierda!

martes, 29 de noviembre de 2011

ECONOMÍA DE SUBSISTENCIA





Siempre he creído en la teoría de la conspiración como explicación de los fenómenos sociales, que no podemos explicar con nuestra escasez de medios. Es evidente que algo pasa. Y lo importante no es saber quién tiene la culpa. Lo importante es sobrellevar la situación de la mejor manera posible y esperar a que amaine el temporal.

Hay muchas maneras de vivir, y, a mi juicio ninguna es mejor que otras. ¿Es mejor tener un chalet en una urbanización de lujo, dos automóviles de alta gama, personal de servicio, cuenta saneadas en varios bancos –por aquello de no meter todos los huevos en una sola cesta–, hijos estudiando en universidades extranjeras, esposa de Pilates y step…? Pues para algunos, sí, y para otros, no ¿Es peor que eso vivir en un piso de 70 metros, con el edificio de enfrente a 12 metros, vecinos ruidosos a tiempo parcial, ascensor renqueante, automóvil de los años 90, trabajo incómodo, lejano y estresante? Para unos, sí, y para otros, no.

“En este mundo traidor, nada es verdad, ni es mentira. Todo se ve del color del cristal con que se mira”. Y no es menos cierto que: “Es rico el que se conforma con lo que tiene” (Thora). ¿Es complicado descender de categoría a cualquier nivel? Sí, pero, ante lo inevitable haré todo lo posible por adaptarme. Esa es la clave, el poder de adaptación al medio. Durante millones de años los animales de todas las escalas zoológicas, se han adaptado a los medios en los que habitan, pero ellos llevan una vida natural en connivencia con el resto de animales y plantas de su hábitat. El ser humano es el único animal que no utiliza su poder de adaptación al medio, lo ha aletargado para adaptar el medio a sus necesidades. Pero el medio no es natural, él se ha encargado de desnaturalizarlo. Y el medio siempre tenderá a volver a su natural inicial. De esta manera, en cuanto cambian las condiciones y el hombre se encuentra incapaz de estabilizarlas, se deprime y sucumbe.

En esta época en la que nos ha tocado vivir, como dije en otro artículo, se impone la ‘economía de subsistencia’. Se entiende como economía de subsistencia aquella que se basa en la agricultura o la ganadería con explotaciones, generalmente familiares, que sólo alcanza para la alimentación y el vestido de la propia familia o grupo social y en la que no se producen excedentes que permitan el comercio o, en caso de que se produzcan, estos son escasos y se destinan de forma inmediata al trueque con otras familias o grupos sociales.

En Madrid la escasez de trabajo agudiza la mente de los afectados. Y las granjas de venta de animales hace su agosto con la venta de conejos, que compran las familias para el consumo propio (Economía de subsistencia).

Una de las características más importantes del conejo, es la de su extraordinaria fecundidad y capacidad para reproducirse. De modo que se ha calculado que la descendencia de una sola pareja, que no tenga interferencias negativas para su desarrollo, puede alcanzar la increíble cifra de 1.848 individuos (W. G. Foster, 1972).

El celo tiene lugar a lo largo de todo el año, aun cuando estos periodos se solapa con los de máxima abundancia de alimento, de modo que la disponibilidad de comida es lo que va a condicionar la reproducción del animal. Pero como el alimento está garantizado en régimen de cautividad, nunca aparecen picos negativos en este sentido.

La gestación dura de 28 a 33 días. Son posibles de 5 a 7 partos al año, excepcionalmente hasta 11, siendo lo habitual 2 ó 4 camadas al año que se producen dentro de las conejeras. Cada parto es de 3 a 9 crías por camada, normalmente 4 ó 5, que pesan al nacer unos 40- 50 gramos y que nacen con los ojos cerrados, los que mantienen así hasta el décimo día.

A partir de estas consideraciones, se puede suponer que sólo es necesario un poco de paciencia y visitas periódicas a la zona de campo más próxima al domicilio familiar, para tener una cantidad de conejos muy superior a lo que puede consumir una familia de 4 ó 5 miembros.

Y esto es sólo una economía de subsistencia en base a los lepóridos. Pensemos que puede haber otras mil especies con un ciclo reproductivo parecido y con una alimentación fácil. Y a partir de ahí puede estar montada la cadena que nos libere de nuestras ataduras y que haga tambalear a las sociedades financieras mundiales, que, sin ninguna duda, son las responsables de la crisis europea.

jueves, 17 de noviembre de 2011

LAS CUATRO LEYES DE LA ESPIRITUALIDAD

De vez en cuando mi amiga Amalia me manda algunas perlas dignas de mención. Una de ellas es este pequeño e-mail, fácil de leer, pero muy difícil de entender, que representa la mejor forma de vivir sin estar encadenado al pasado y al futuro. Simplemente se impone vivir el presente con la confianza que se desprende de estas cuatro leyes.

“La persona que llega, es la persona correcta”. Nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean; que interactúan con nosotros, están ahí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

“Lo que sucedió es la única cosa que podía haber sucedido”. Nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas pudo haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “Si hubiera hecho tal cosa…hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan a aceptarlo.

“El momento en el que comienza cualquier hecho, es el momento correcto”. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, en ese momento comenzará.

“Cuando algo termina, indefectiblemente, termina”. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución. Por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

Si este texto llega a vosotros hoy; es porque estáis preparados para entender que ningún copo de nieve cae nunca en el lugar equivocado!



lunes, 14 de noviembre de 2011

EL PERFUME




Jean Baptiste Grenouille es, debido a su prodigioso sentido del olfato, el mejor ‘nariz’ y creador de perfumes del mundo. Sin embargo es un ser grotesco, deforme y repulsivo a los ojos de las mujeres. Como venganza a tanta ofensa sufrida a causa de su aspecto físico, su lengua estropajosa y sus pocas luces mentales, elabora un raro perfume que subyuga la voluntad del que lo huele. Con esta añagaza consigue el favor de las damas y el dominio de los poderosos. Existe, sin embargo, un pequeño problema: para conseguir el principio elemental de la arrebatadora fragancia, son necesarios los fluidos vaginales de jovencitas vírgenes. Y para ello el perfumista no duda en convertirse en un obsesivo, cruel y despiadado asesino.

Al igual que este extraño personaje, existen en la actualidad individuos famosos por una sola de sus cualidades, pero cojean de todas las demás. Han elaborado, no obstante, un extraño perfume que enloquece al que lo aspira. Y, como la novela, las gentes se rinden a su influjo. Carecen de cualquier mérito, no tienen otro, pero lo que hacen, aunque sólo proporcione sensaciones al público, son, al parecer tan intensas, que resultan afrodisíacas. Pero no se olvide que, igual que Jean Baptiste, estos individuos monotemáticos, y absolutamente polarizados por sus habilidades físicas, pueden encerrar en su interior grandes asesinos sociales, ya que enfrentan, hasta el aniquilamiento, a sus seguidores acérrimos contra aquellos que no ven en ellos más que puro músculo sin un ápice de sentido mental.

Me apetecen más los hombres del renacimiento, aquellos personajes del siglo XV – XVI, que revolucionaron las artes y las ciencias y que fueron la punta de lanza de grandes logros para la humanidad y para su desarrollo. Nada que ver con estos deportistas que deben su fama y su muy cuantiosa fortuna a sus poderosos músculos y a su inteligencia para burlar a los contrarios y para fingir afrentas que castiguen a sus oponentes.

Abramos los ojos a realidad de los hechos. El futbol mueve pasiones, pero las pasiones generan conflictos, odios y enfrentamientos. ¿Por qué no adoramos, simplemente, en vez de dar la vida y luchar por ellos? ¿Merece la pena? ¿Quién es el responsable de esta manera de querer y de actuar? Sencillamente la caída en picado de la escala de valores, del interés por la obra bien hecha, de la búsqueda de la excelencia, de la disciplina espartana, de la educación, del bien hablar, del bien hacer y del bien pensar.

Tirando del hilo posiblemente se encontrasen las causas últimas del desaguisado. No quiero saberlas; respeto el propósito del que ha muñido este estado de cosas, y de su tempo. Entre otras consideraciones me lo he creado yo, y, naturalmente ustedes, que tan amablemente me están leyendo.



sábado, 5 de noviembre de 2011




«Pobre es el hombre cuyo amor y placer dependen del permiso de otros»


Verdaderamente he sentido una gran emoción al leer esta frase en el video de Madonna que encabeza este comentario. Me lo ha descubierto una persona muy especial, a quien debo gran parte de lo que soy y de lo que siento actualmente. Es mi mentor, mi maestro y mi guía.

Esta frase se trata de la historia de la humanidad, escrita a base de complejos, dictámenes sociales, mandatos religiosos y leyes políticas. Siempre ha habido gente que se empeña en mandar a los demás y decirles lo que tienen que pensar, hacer, decir o sentir. Y siempre hay personas que se pliegan a estos mandatos por mor de una incierta seguridad.

En vez de enseñar a los hombres, desde su más tierna infancia, la mejor manera de ser felices, se empecinan –naturalmente con fines espurios– a dificultar el crecimiento, la madurez, la seguridad, la comprensión, la compasión, la paciencia, junto con el amor, la libertad y los deseos de amar.

Para ello ensayan cualquier método represivo; cualquier anclaje que fomente el complejo de culpa; cualquier amenaza, para que el ser humano viva temeroso de su futuro, de su presente, de sus actos, de sus sentimientos, de su placer y del amor que siente. Han recurrido a tópicos de todos los pelajes, para someter a la gente y obligarles a acatar unas normas que, muchas veces, van en contra de la realización del individuo, de su crecimiento, de su salud mental y de su salud física.

Cercenan el amor desbordante, y amenazan con los mayores castigos durante la vida y después de la muerte. Se han empeñado en que el amor se viva dentro de los cauces que ellos indican con respecto a unas normas de edad y condición, que todo el mundo ve lógicas y naturales, cuando en realidad no lo son en absoluto. ¿Por qué una mujer mayor no se puede enamorar perdidamente de un adolescente? ¿Por qué un hombre maduro no se puede enamorar con toda su alma de una mujer en  plena juventud? ¿Por qué la Duquesa de Alba no se puede chiflar por un hombre mucho más joven que ella? ¿Por qué poner límites al amor? ¿Por qué considerarlo perverso en cuanto se sale de unas normas de edad? ¿Por qué un Conde no se puede casar con una corista? ¿Por qué poner al amor normas de condición social?

¿No subyace un sentimiento de envidia rampante? ¿No estarán elaborados estos parámetros para que sufran los feos, los adolescentes y lo mayores? Dios, dame, por favor, la capacidad de amar intensamente y fuera de cualquier norma social, religiosa y política.



viernes, 4 de noviembre de 2011

EL GOBIERNO DEL PUEBLO, POR EL PUEBLO Y PARA EL PUEBLO




«Nunca nadie hizo tanto daño a España en tan poco tiempo» Es una frase atribuida a José María Aznar, que define exactamente lo que sentimos la mayoría de los españoles, excepto aquellos –quizá muy respetables– que votan con el mondongo en vez de con la cabeza y no pensando en sus hijos y sus nietos.


He dicho hasta la saciedad, que la gente hace lo que le dejan hacer, y en este caso el gobierno de Zapatero ha hecho lo que le ha dejado hacer la oposición revestida de no sé muy bien qué sentimiento de compadreo, permisividad, ocultación, frialdad, etc. Pero claro, nadie sabe lo que hubiera pasado si Aznar lleva –como era su obligación después de la legitimación del pueblo entero en el caso del desgraciado Miguel Ángel Blanco– la brigada Brunete a Vitoria. O si Rajoy –Don Mariano– hubiera forzado un voto de censura después de la T-4. O si se hubiera definido y forzado la investigación después del atentado del 11-M. Nunca lo sabremos.


Lo que sí es seguro es que eta (no se merece las mayúsculas) está en las instituciones de las Provincias Vascongadas, que el PNV (Nacionalismo y pro independentismo vasco) ofrece complacido su apoyo al gobierno con tal de que el plan de independencia siga los pasos previstos, y que CiU (Pro independentismo catalán) sigue apoyando al psoe (tampoco se merece las mayúsculas) mientras siga dándoles prebendas, dinero y cuotas de poder para hacer y deshacer en contra de España, de sus tradiciones, de su idioma y de su identidad.


Y con este panorama, –surgido de la ley electoral, en la que un candidato puede gobernar en minoría, contando con los votos espurios de los independentistas–, que va a seguir igual que antes, el pueblo va a seguir votando. Y no se dan cuenta de que los políticos, decreto a decreto, ley a ley, han conseguido montar una partitocracia en la que no existen ideas, ni colores, ni nación –que para algunos es un término discutido y discutible–, ni patria, ni pan, ni justicia. Sólo existe un afán de poder, que significa dinero, que significa sexo.


Hoy día no existen ideas políticas de izquierda, ni de derecha –el centro político es un término maquiavélico que pretende rapiñar votos de un extremo y del otro–, sólo existe la idea fija de gobernar durante el mayor tiempo posible, y durante ese periodo rapiñar el dinero que pertenece al pueblo, con la connivencia del sistema bancario. Somos esclavos en manos de los políticos. Nos manejan a su antojo, y sólo trabajan para idear modos, maneras, eslogans, campañas publicitarias o masacres que puedan decantar el voto a un lado o a otro.


Desde hoy hasta el 11-N –que hay que tener jeta para montarse ese juego de siglas– no vamos a oír y ver más que mentiras tendentes a conseguir que la gente vote, y que vote según la conveniencia de los partidos. Todo mentira. Todo falacia. Y lo más curioso es que, colateralmente, en los foros de opinión están de acuerdo en que todo es una comedia, un mimo de gestos y actitudes de cordero, cuando son lobos que, una vez en el poder, morderán la yugular del contribuyente con la ayuda de los bancos.


¿Y tú vas a votar para que siga la comedia? Yo, no. ¿Y qué pasaría si los ‘Indignados’ consiguieran que el 90% de la gente no fuera a votar? Nada. Absolutamente, nada. Igual que va a pasar, se aúpen y detenten el poder dimanado del pueblo para que los políticos velen por su seguridad y bienestar, unos o los otros.


Cambien la ley electoral, hagan listas abiertas, muestren sus verdaderos valores, hagan auténticos programas comprometidos con el pueblo, nacionalicen la banca, monten organismos de control de gasto público, depuren responsabilidades de ladrones, supriman las autonomías, bájense el sueldo, eliminen las pensiones políticas, regulen el acceso a los cargos públicos y a los empleos públicos de la administración del Estado, mejoren la enseñanza y la Universidad, eduquen al pueblo en los valores de siempre, fomenten la buena educación, el buen hablar y el bien pensar…Sólo así podremos empezar a hablar en castellano.


El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. “Abraham Lincoln”

 

miércoles, 2 de noviembre de 2011

QUERER VERSUS AMAR





Ambos conceptos constituyen un grado de una sola cosa: La atracción que se siente hacia algo, materia o inmaterial, o hacia alguien. El cariño es la inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo, o la manifestación de dicho sentimiento. Lo asimilamos a la querencia; al querer algo o a alguien; simplemente al querer de forma genérica e impersonal. De manera que querer a una persona se queda simplemente en tener una inclinación hacia ella.

El amor es un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser para sentirse completo. Es, sin duda, la compleción de la persona en este plano. No sé en los superiores.

El amor es un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos, crecer y crear.

El amor es una suerte de estado alterado de conciencia que nos hace estar polarizados sólo hacia una persona, vivir por ella, respirar por ella, actuar por ella y, sin duda, morir por ella. Es una especie de obnubilación que nos hace enfocar nuestros sentidos hacia la persona amada, sin considerar las consecuencias, el dolor o las colaterales que se pueden derivar de ese estado.

El amor es un regalo del cielo, que se siente en el alma y que arrebata los sentidos, y que, si es compartido, constituye una explosión de endorfinas que impregnan todo el organismo haciéndote creer que eso es lo único a lo que deberías de haber tendido toda tu vida.

Pero el amor no es una cosa que se pueda fabricar a voluntad, no es barato, ni alcanzable cuando se pretende. Sólo los afortunados, los elegidos, son acreedores a tener ese sentimiento ¿En orden a qué? No lo sé. Sólo sé que no todo el mundo lo puede sentir, y que, cuando lo sientes, nunca lo olvidas, por muchos siglos que pasen y por muchas experiencias que puedas tener a lo largo de las muchas vidas que te toca vivir.

El amor es la ausencia total de odio o de cualquier otro sentimiento negativo que pueda albergar el ser humano. El amor es respeto, libertad, entrega, dignidad, deseos de felicidad y apoyo total para el ser amado. Es vivir para el otro, de tal manera, que no temas su pérdida, su desvío o su rechazo. Es absolutamente contrario a los celos.

Donde hay amor no puede haber celos. No puede existir ese sentimiento de la cosa perdida o robada. Yo albergo tu amor y eso permanece durante toda la vida conmigo. Si yo te amo y te doy todo mi amor, no lo pierdo, se multiplica por millones. Si yo reparto contigo lo que tengo de material, me quedo con el resto. Si comparto mi amor contigo, no lo reparto, al compartir se multiplica exponencialmente, de forma que cada vez tendré más para ofrecer, para regalar.

Te amo, y al hacerlo, me libero y te libero de ataduras. Haz lo que quieras con mi amor, yo lo he repartido contigo, y nunca te voy a exigir que me lo devuelvas. Contigo estaré feliz. Sin ti, estaré feliz. Tu amor permanecerá dentro de mí estés o no estés conmigo. En la rueda de la vida estaremos juntos nuevamente cuando menos lo esperemos. Es la ley.

martes, 1 de noviembre de 2011

NO MOLESTÉIS A LOS MUERTOS. ELLOS YACEN TRANQUILOS.



Mis abuelos murieron en la guerra civil. Uno pertenecía al ejército, era coronel del bando Republicano. El otro se decantó por el Alzamiento y militó, hasta su muerte, en el bando Nacional. Independiente de las ideas políticas y culpabilidades, ambos bandos estaban integrados por personas convencidas de lo que hacían, de lo que decían y de lo que pensaban. Nadie les había forzado a su adscripción política. Ellos habían decidido sus ideales y se habían unido a quien creían que mejor los representaba.

Eran dos grupos humanos con sus valores, más o menos éticos y morales; más o menos humanos, más o menos encomiables. Sólo se trataba de dos grupos respetables en su propósito de conducir a España a la gloria a través de dos ideas diferentes. No por ello una peor que la otra. No por ello vituperables. He escrito deliberadamente, por estos motivos, Republicano y Nacional con letra mayúscula en su inicio. Los grupos los forman los hombres y los hombres son respetables en su propósito.

Mis abuelos murieron por unos ideales, quizá diferentes, pero eran los suyos. En todo caso, repito, respetables. Ninguno de los dos tiene una lápida con su nombre y dos fechas. Carecen de cruz o de cualquier otro símbolo que las defina. Sencillamente nadie sabe dónde descansan. A mí, como su nieto, me importa una higa dónde estén para honrar sus huesos. Tampoco me importa un bledo quién de los dos tenía razón. Y menos aún quién los mató, los asesinó, los masacró o los sometió a tormento. Lo único que me importa es que he aprendido a respetar sus propósitos y su tiempo.

Si yo me dedicase a averiguar dónde se encuentran, y se me ocurriese la peregrina idea de desenterrar sus restos, en absoluto lo haría por ellos. Los muertos dejaron su cáscara en la tierra y elevaron su alma hacia Dios para seguir cumpliendo su propósito, en este mundo o en cualquier otro de los millones que pueblan el Universo –a ellos sí que les importan un pepino nuestras maquinaciones políticas y maniqueas– Lo haría por otras razones espurias e inconfesables de corte político. Quizá revanchista, quizá arribista, quizá por un acto de soberbia mal entendido.

Si yo me dedicase a averiguar dónde se encuentran, y se me ocurriese la peregrina idea de desenterrar sus restos, sopesaría las consecuencias y los daños colaterales. Estudiaría el coste económico de semejante despropósito con la que está cayendo, y vería los afectados por semejante tropelía. Da pena ver un parque infantil con sus juegos, sus columpios, sus toboganes, su suelo de goma para evitar accidentes fortuitos, patas arriba, lleno de agujeros y de montañas de tierra removida por unos insensatos.

Al pasar por la Carcavilla, y precisamente por el antiguo cementerio que hoy da nombre al parque, solaz y paseo de los palentinos. En su ángulo inferior derecho, pegado a tres maravillosas Secuoyas, han acotado un terreno que ahora padece las secuelas de un bombardeo. El suelo de goma yace arrugado encima de los montículos de tierra. Los trozos de columpios se balancean, ahora, en la cima de uno de ellos. Los árboles que todavía viven, se han quedado con sus raíces al aire como consecuencia de las labores de desentierro. No sé si ellos serán las primeras víctimas propiciatorias del desaguisado.

En todo cementerio había un osario para conservar aquellos huesos que por su edad carecían de descendientes vivos conocidos. Mire usted a ver si no estarán desenterrando los huesos de lo que lucharon en la guerra de los Vacceos. Y para averiguarlo, las pruebas de carbono 14 –que se emplean para la datación de especímenes orgánicos– y las de ADN –para dar nombres y apellidos a los restos–, son tan costosas, tan desorbitadamente caras, que no creo que justifiquen ningún propósito.

Respeto los propósitos y el tempo de todos aquellos que obran para su crecimiento espiritual. Respeto sus propósitos, pero me falta una vuelta para comprender el sentido de esos propósitos. Simplemente me consuela pensar que yo nunca lo hubiera hecho, a pesar de que mis abuelos yacen ignorados en cualquier campo de esta España tan grande y tan cainita, engendrada por siete leches de las que, una, debía de ser muy mala.



HALLOWEEN




Recuerdo que anoche, hace ya mucho tiempo –en la época en la que los hombres besaban la mano a las señoras a guisa de saludo, las dejaban la parte interior las aceras cuando paseaban con ellas, las abrían la puerta del automóvil y las dejaban la preferencia de paso por puertas y accesos. Igualmente esperaban a llevar el primer bocado a su boca a que ella lo hiciera antes y las amaban caballerosamente– mi madre colocaba en una fuente con agua, tantas velillas como parientes habían fallecido próxima o lejanamente. Era un ritual que yo contemplaba absorto en lo que hacía y cómo lo hacía. Encendía, una a una, las candelillas y las iba colocando en la superficie del agua mientras rezaba una oración por cada difunto y les dedicaba un recuerdo moroso y el deseo ferviente de que se encontraran en el sitio adecuado con el sentimiento preciso.

Yo aguzaba el oído, todavía virgen de contaminaciones, y alcanzaba a entender algo de lo que musitaba. Por cada fallecido, su nombre, el parentesco que nos unía, un padrenuestro, un avemaría y un gloria. Yo, de hito en hito, seguía sus frases. Me miraba y me cedía una de las candelillas para que las colocara en su lugar, flotando en el agua. Me sentía privilegiado ayudando en sus recuerdos.

Hoy, día de Todos los Santos, a media mañana, cogíamos el tranvía que nos llevaba hasta las inmediaciones del cementerio de La Almudena. Allí nos uníamos al gentío y, caminando entre puestos de hortensias, de claveles y de gladiolos, llegábamos a las lápidas de nuestros precedentes en esta movida de la vida y de la muerte. Mi madre limpiaba las losas con una escoba, las lavaba con agua que cogía con un cubo de playa en la primera fuente, y después colocaba amorosamente las flores en su lugar. Nos arrodillábamos respetuosamente y rezábamos.

A la vuelta parábamos en la plaza de Oriente y nos tomábamos un vaso de agua de cebada o una leche merengada en uno de los kioscos que allí había para calmar la sed de los Isidros. Mayor arriba hasta la puerta del Sol, Carretas y Huertas hasta el número dieciséis.

Siempre sacaba de un cajón un álbum de fotos y hacíamos honor a nuestros muertos viendo cómo eran y rememorando algunos pasajes de su vida.

Eso era Halloween para nosotros. Nada que ver con el ‘jolgorio’ que se organiza hoy en día con las calabazas y con la ‘madre que te parió’ ¡Mecagüen!, cómo ha cambiado la vida en tantos aspectos. Cómo se han plegado los humanos al comercio, a la pasta y a las chorradas importadas. Cómo se va perdiendo el respeto a tantas tradiciones, a tanto amor y consideración que se tenía a muchos personajes de nuestra vida. Sobre todo a los que nos habían precedido en el viaje a otra dimensión.





viernes, 28 de octubre de 2011

SEÑALES




Vivimos inmersos en una desconfianza extrema. No sabemos a veces qué hacer, cómo actuar, ni que decisiones tomar. ¿Y si no sale bien? ¿Y si la cosa se tuerce? ¿Y si pasa algo? Siempre zarandeados por la indecisión. Y lo curioso es que cuando tomamos una decisión no lo hacemos desde la más profunda reflexión, desde los pros y los contras, lo hacemos desde un pálpito: He tenido un presentimiento; en ese momento, algo me decidió; no sé por qué, cuando tuve que tomar la decisión, sin pensar en nada más, moví en peón hacia el escaque correcto.

Siempre el eterno dilema en el que nos movemos, vivimos, actuamos y tropezamos. Pero todos tenemos dentro un reloj, tanto biológico, como físico e intelectual. En realidad sabemos todas las respuestas, lo que nos pasa es que ignoramos que las sabemos y siempre dudamos. ¿Por qué esta situación? Porque hemos perdido la confianza en nosotros mismos, porque vivimos fuera de nosotros y porque no vivimos el momento, puro y duro.

En ocasiones estamos muy atentos a las señales que nos rodean. El cazador aguza sus sentidos, y hasta el más leve crujir de unas hojas, que pasaría desapercibido para el resto de los mortales, le da la convicción de que allí está la pieza. Ha estado tantas veces en esas situaciones, que ha aprendido a alertar todo su cuerpo para detectar al animal. Y vaya que si lo localiza, con una probabilidad de un 99% ¡Ya lo creo!

En la vida normal también hay que entrenarse en las señales que nos rodean y en aquellas que vienen de otras fuentes desconocidas, y que son las más efectivas. En realidad estamos recibiendo información constantemente, pero si no tenemos los receptores adecuados pasarán desapercibidas. Pero el caso es que tenemos los receptores, pero obsoletos por falta de uso.

Yo tengo en mi vida multitud de situaciones en las que tengo que decidir. En otros tiempos lo pensaba concienzudamente; a veces de mi decisión dependía el éxito de una intervención quirúrgica. Luego, cuando me di cuenta de que tenía dentro de mí las respuestas, utilicé la técnica de relajarme y dejar que mis manos se movieran en el sentido correcto. Igual que un masajista deja actuar a sus manos cuando están en contacto con la piel del paciente. Y nunca se equivocan; siempre saben en dónde detenerse, dónde presionar, y dónde amasar. Dejaba moverse a mis dedos con toda la libertad de que era capaz y ellos hacían el trabajo. Todo consistía en vivir intensamente el momento, fundirse con el campo operatorio y sus elementos, y hacerse uno con él.

En la vida cotidiana, cuando tengo un dilema, lo primero que hago es relajarme, hacer una meditación y dejar fluir. Habitualmente cuando salgo de la meditación, sé la decisión que voy a tomar, y a partir de ese momento la adopto, la mantengo y soy firme en mi propuesta.

La mayoría de las trabas que encontramos en las decisiones son debidas al miedo. Siempre está el miedo en la retranca de cualquier decisión, agazapado, al acecho. Y es el que nos anquilosa y nos hace ser incapaces de tomar medidas que, sabiendo correctas, tememos sus consecuencias. Pero todo es como debe de ser, y todo pasa cuando tiene que pasar, y, a veces, eso que tiene que pasar, se retrasa por culpa de nuestra decisión. A veces nos privamos de un momento de felicidad temiendo sus consecuencias. La solución para todo es vivir el momento; tener la mente y el cuerpo enfocados en lo que estamos haciendo, sin pensar en el pasado y sin reparar en el futuro. Ambos conceptos son irreales. Lo únicoreal que tenemos es el momento presente. Vivámoslo.



martes, 25 de octubre de 2011

LA TIRANÍA DEL SER HUMANO





En la no muy lejana época de la esclavitud, un hombre se erigía, por derecho divino, en propietario de otro hombre; de otro ser humano con los mismos componentes físicos y emocionales; un ser humano que sentía y padecía, que sufría dolores y cuyo corazón ardía de amor; que tenía, en suma, calidad de único e indivisible, hecho a imagen y semejanza de su Creador.

Muchos piensan que afortunadamente pasó aquel periodo, pero están equivocados en su apreciación. Cualquier forma de tiranía sobre la mente y sobre el cuerpo de un ser humano es esclavitud velada, aceptada por la sociedad de la mayoría de los países del orbe. El contrato matrimonial, oficial o tácito, confiere a la pareja una suerte de patente de corso para ejercer opresión, abuso o imposición sobre el hombre o mujer con el que comparten su vida. La esposa o el marido se creen con derecho a esclavizar al otro miembro de la pareja. Decidir lo que deben pensar, hacer o decir, con quién debe hablar, o a quién debe amar.

No existe ninguna justificación para este comportamiento. Ningún hombre tiene derecho a sojuzgar a otro hombre independientemente de su sexo, raza o condición. Ni siquiera intentando tapar su barbarie con la capa del estado alterado de conciencia y la enajenación mental que pueden provocar los celos, que se trata de una forma de complejo de inferioridad y de una muy baja autoestima, que fuerza a uno de los miembros de la pareja a querer evitar a toda costa que su cónyuge establezca ningún tipo de relación con seres humanos de su entorno, con o sin ninguna intención de llegar a un contacto carnal, simplemente con la intención ensanchar su círculo de relaciones para aprender, o crecer humana o espiritualmente.

No pueden aguantar la idea de que una relación suponga un agravio comparativo con su forma de actuar humana o sexual.

Nadie tiene derecho a obligar a nadie a decir, hacer o pensar lo que él, con arreglo a su educación social, religiosa o política, cree que la gente debe pensar, hacer o decir. Y menos aún tiene derecho a someter al prójimo a sus indagaciones, pesquisas o control.

“Lo hago por tu bien”, es una frase célebre que intenta justificar el maltrato físico o psíquico hacia una persona con la que se convive. Nace de la prepotencia del que ejerce el control y de la creencia de que los demás son idiotas o unos pardillos. Ya no hablo de menores de edad a su cargo, sino de parejas establecidas. Pero aunque ejerzas el mayor control sobre tu pareja, nunca podrás evitar que haga lo que ha venido a hacer, y que no te siga queriendo como antes de sufrir tus números, tus celos y tus frases grotescas, que casi nunca se acercan a la realidad.

Los actos coercitivos, excluyentes y conminatorios, endurecen el alma del que los recibe, secan su corazón y agotan su amor.

Luego mucha gente se pregunta ¿Por qué mi marido se quiere separar de mí? ¿Por qué mi esposa ya no quiere hacer el amor conmigo? ¿Por qué mi pareja se muestra esquiva y agresiva? Se agostó el amor que algún día sintió por ti a base de sevicias, acosos y broncas sin sentido. Y, créeme, ese amor que se mustió, se ajó y se secó, nunca más va a volver a florecer. Y si te empeñas en que sea de otra manera, además de no conseguirlo, la situación empeorará muy peligrosamente. Esta es mi triste experiencia. Dixit.

sábado, 1 de octubre de 2011

ACUARIO

Me abordas en la calle con la pretensión de que te dé una cita, con el objeto de que te enseñe algo esotérico para crecer. Evidentemente has llegado a tu momento de espabilar y abrirte a otra realidad más acorde con nuestro propósito en este mundo.

Al parecer te han ofrecido un curso intensivo de Reiky y me preguntas, de sopetón, si debes hacerlo. En realidad puedes hacer todo aquello que te propongas hacer y que resuene en tu corazón. Luego verás, al final, si te ha servido para algo y si te ha hecho crecer aunque sea un centímetro.

Lo importante no es lo que hagas, sino el propósito ¿Para qué lo haces? La gente hace cosas, pero no saben para qué. Tienen una ligera intuición que no acerca, ni de lejos, al verdadero propósito de lo que se hace.

En esta vida hay algunas claves fundamentales y un propósito primordial. El propósito es hacer las cosas conscientemente y las claves son: Vivir el momento, y respetar el propósito de los demás y su tempo. Y para esto es para lo que hay que entrenarse con cualquier técnica que nos haga vivir el momento, no pesar y aprender a respetar a los demás, es decir, amarlos incondicionalmente. No pensar porque el pensamiento es creativo. Quieras o no, lo creas o no, tu pensamiento es creativo: Si piensas bien, vives bien; si piensas mal, vives mal. Y esto es lo que hay que aprender, a controlar el pensamiento con cualquier técnica. Con la que a ti te resuene, pero que te enseñe a no pensar, a controlar el pensamiento y a respetar ideas, actitudes y propósitos.

Si quieres, yo te digo lo que he hecho. Luego, tú decides. Para controlar mi pensamiento, lo primero que he tenido que hace es ser consciente de que la mayoría de mis pensamientos me perjudicaban, e incluso que me producían las enfermedades que padecía. Una vez conseguida la primera parte: Pienso mal y eso me perjudica, por lo tanto debo de controlar mis malos pensamientos; viene el entrenamiento. La técnica que yo he utilizado es la MT (Meditación Transcendental) que te ayuda a darte cuenta, en cada instante, de aquellos pensamientos que te perjudican y volver a sumergirte en tu tarea del momento con tus cinco sentidos para no pensar. Aunque ya he explicado la técnica, no tengo inconveniente alguno en repetirla si tú me lo pides.

Otra técnica que me ayuda a estar en lo que estoy, es El Chi Kung y el Tai Chi. Ambos son disciplinas que mueven mucha energía, que sanan multitud de padecimientos mentales y físicos, y que te hacen vivir el momento. También he dicho multitud de veces en qué consisten y he cantado sus excelencias. Tampoco tengo problema en volver a repetirlo, siempre que tú me lo pidas. Pídemelo y accederé a ello de buen grado.

Ya pasó el momento de las prédicas, de los sermones y de las reconvenciones. Entramos en otra era diferente, Acuario. Y esta va a ser la era de la individualidad; de dejar que cada cual cumpla su propósito sin trabas; de dejar que todo fluya. Ahí estamos. Pedid y se os dará.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Dos horas y media de conferencia. Tomar el tiempo necesario para verla completa. No importa que la veáis en pertes, pero verla completa, por favor. Mejor un par de veces que una sóla.





Después de verla es necesario integrarla, aunque es imprescindible olvidar los conceptos que emite durante un par de días. Después puede ser importante volverla a ver y adaptar –si es posible– nuestra forma de pensar a estos nuevos conceptos. Hoy una cosita, mañana otra. Poco a poco. Un abrazo para todos. Respeto profundamente vuestro proceso.

viernes, 2 de septiembre de 2011

LA REVANCHA





Aquí el que más y el que menos ha venido para lavar karma. Para que se entienda: para reparar los malos actos del pasado o para penar sus malas acciones. Pero eso quiere decir que hay mucha gente que durante su anterior periplo en este mundo, no ha pagado con la justicia que le correspondía sus cabronadas, y tiene que volver para padecer en su propia carne las heridas que causó en el prójimo. Y esto entronca con el hecho de que mucha gente no se puede tomar la revancha en esta vida, porque ha venido para no satisfacerla.

Adolf Hitler provocó con su política que muchos de sus colaboradores fueran responsables del exterminio de miles de judíos en sus campos de concentración. Pero, al final, él eligió marcharse de aquí por la vía rápida y no padecer en su cuerpo los dolores que había causado a tantas personas inocentes. Y los que estaban esperando; los que estaban seguros de que no se iría de aquí impune, se quedaron con las ganas inmensas de una, tal vez, merecida revancha.

Es lo que trae como consecuencia el ‘ego’ que hemos fabricado, como un muñeco virtual, que gobierna nuestros actos desde nuestro alumbramiento. Ese ‘ego’ que nos protege constantemente de todo lo que nos rodea; que nos hace defendernos constantemente de nuestros semejantes, interpretando, a veces, como un ataque, lo que no es, ni mucho menos, una actitud belicosa. Ese ‘ego’ que exige una pronta reparación y compensación de las ofensas. Queremos que el que nos ha infringido vituperio, lo pague, no en la misma medida, si puede ser, mayor. Pretendemos que el ofensor, no sólo se dé cuenta de la gravedad de su afrenta, sino que padezca en su persona la pena que causó, premeditada o fortuitamente.

Para consolarse, el vulgo acuña frases que determinan las consecuencias de los malos actos. «El que la hace, la paga», «El criminal siempre pierde», «Ya lo pagará», son algunas frases que no son infalibles, porque hay muchos crímenes que quedan impunes. Hay muchos actos vandálicos que no tienen su castigo, Hay personajes nefastos para la historia de la humanidad, que, sin embargo, han fallecido en su lecho, rodeados de sus deudos, y, aparentemente, en olor de santidad.

Y, es verdad, hay muchos personajes siniestros que viven opíparamente a pesar de sus tropelías, y, encima, se jubilan con una pastizarra de pensión hasta que se mueren. Pero yo no estaría dispuesto a pensar que todo en su vida son regalos del Universo. El dinero, la fama, el poder, el sexo, ya sabemos que no dan la felicidad, aunque a decir de muchos: “No dan la felicidad, pero ayudan a conseguirla” No, efectivamente no dan la felicidad, ni ayudan a alcanzarla. Nadie sabe lo que pasa por la mente, ni las torturas que padecen por parte de sus ‘egos’ aquellos que nadan en la abundancia y viven en olor de multitud.

Nada es lo que parece. El juicio es una de las manías menos lucrativas para el cuerpo y para el espíritu, y la revancha es una actitud muy normal en el género humano, pero que actúa como un bumerán, que, acabado su recorrido –habitualmente corto– se vuelve en contra del que lo lanzó. No desees el mal a nadie, porque lo mismo que deseas lo padecerás en tus propias carnes, tarde o temprano.



martes, 30 de agosto de 2011

LIBRE INTERPRETACIÓN


Todo aserto, todo escrito, toda doctrina, se somete, inmediatamente después de ser emitida, a la libre interpretación del que lo lee. Y cada cual pone en su interpretación una gran parte de sus ideas y de su conveniencia personal. Hay que ser muy cuidadoso cuando se escribe algo porque puede ser mal interpretado, produciendo un efecto contrario al deseado.

Un ‘justo’ soñó que iba a estar envuelto en una gran inundación y que Dios lo iba a salvar. Al día siguiente se encontró en el tejado de su casa, a salvo, de momento de las aguas que subían lentamente. Acudió una zodiac a su rescate, pero él lo rechazó arguyendo su futuro salvamento por el mismísimo Dios. Poco más tarde le lanzaron una cuerda desde un helicóptero, pero de la misma forma y con el mismo argumento también la desestimó. Al final acudió a la presencia de Dios después de ahogarse indefectiblemente, y le dijo que había defraudado sus expectativas. El hombre creía que iba a ser rescatado por Dios. Naturalmente El Sumo Hacedor se disculpó diciendo que ya le había mandado a sus ángeles, primero en una zodiac y luego en un helicóptero…

«Una posibilidad es que lo que haya practicado Zapatero no haya sido exactamente el optimismo, sino una disciplina importada de Estados Unidos y conocida como ‘pensamiento positivo’. Consiste en convencerse a uno mismo de que las cosas van bien y de que en un futuro irán aún mejor…, el pensamiento positivo obliga a creer que si nos mostramos verdaderamente optimistas y positivos conseguiremos que las cosas salgan bien. Como expresa Bárbara Ehrenreich en ‘Sonríe o muere’ (Ed. Turner) la tesis es que “si uno espera que el futuro le sonría, le sonreirá”.» (De ‘Cuando el optimismo se convierte en enfermedad’ Silvia Nieto. Magazine de El Mundo. 28.8.2011)

Pero hay un refrán castellano que encierra toda la sabiduría del mundo: “A Dios rogando, y con el mazo dando”. Efectivamente el pensamiento es creativo. Vives como piensas: Si piensas bien, vives bien, si piensas mal, vives mal. Pero este postulado la única intención que tiene es que no pienses mal. ¿Por qué? Porque el pensamiento negativo crea un estado emocional que puede provocar una grave enfermedad orgánica. Pero de ahí, a que si yo creo que me va a tocar la lotería, me toque, va un mundo. El Secreto (Rhonda Byrne) Está equivocado de medio a medio. Su intención es buena, pero errada en un concepto fundamental: El pensamiento sólo produce efectos inmediatos cuando es negativo. Los pensamientos positivos sólo evitan la enfermedad…¡Qué ya es mucho! Y, a la larga producen la felicidad.

Según mi teoría de la conspiración actual, la única manera de vivir es instalarte en el momento presente y no pensar en el pasado, ni en el futuro, ya que ambos conceptos son irreales. Lo único real que puedo manejar es el momento presente. Y éste momento presento lo tengo que vivir impecablemente. Y eso quiere decir: haciendo lo debido con respecto a la ética, la moral y la sabiduría ancestral, y la adquirida con estudio y dedicación.



jueves, 25 de agosto de 2011

INSATISFACCIÓN






Hasta que no sientes determinada sensación, de la que se habla frecuentemente, no te haces verdaderamente a la idea del alcance del fenómeno. He escrito mucho sobre la felicidad, sobre el estrés y sobre la necesidad de vivir el momento. Pero, una vez que relacionas los tres términos no te das cuenta de lo complicado que es desatarlos.

Una situación de vida puede ser todo lo desagradable que quieras, todo depende de tu poder para soportarla. El otro día hablaba con un compañero neurólogo, que se mostraba de acuerdo en la teoría del estrés como causa del cáncer. Pero concluía que la dificultad para demostrar la relación estriba en que no existe un aparato que pueda medir la cantidad de estrés que genera cada individuo y la relación de esa medida con la intensidad de la enfermedad.

Gran parte del estrés está determinado por el grado de insatisfacción que generamos. Y esta insatisfacción impulsa al ser humano a vivir en el futuro; a creer que en un momento del futuro podremos conseguir la plena satisfacción que ahora no tenemos. Mañana será mejor, me tocará la lotería y el dinero me proporcionará la felicidad y la paz de la que ahora carezco. Mañana encontraré la pareja ideal que me haga feliz; o el trabajo que me saque de esta situación. Siempre mañana.

Hoy me he levantado con esa extraña sensación de insatisfacción que te hace buscar tu felicidad en los más extraños y oscuros objetos de deseo. En estas ocasiones comprendo perfectamente el estado de ‘mono’ que tienen frecuentemente los adictos, y que les impulsan a consumir aquella sustancia que necesitan para sentirse completos, o a reproducir las actitudes que les proporcionan una efímera sensación de placer. Es poco recomendable ésta sensación que te lleva a cometer excesos si no encuentras a tiempo un antídoto.

No es dinero lo que necesito. Ni amor, que ya he convenido con vosotros en que a partir de cierta edad ya no es necesario. Ni placer sexual, efímero e insatisfactorio. Lo que necesito es sacar de dentro de mí el mejor regalo que Dios nos dio para nuestro paso por este plano: La felicidad. Y esa no se encuentra en el futuro, ni en el dinero, ni en la fama, ni en el amor. Sólo se encuentra dentro de nosotros. Ahí está, no lo dudes. Sólo hay que sacarla de dentro y ponértela enfrente de los ojos. Ahora ha llenado este momento. Aquí y ahora. Es lo único que existe. No hay futuro. Sólo este momento.

Una vez comprendido y refrescado en mi memoria, he sacado mi mejor sonrisa. Me he puesto a meditar en silencio durante treinta minutos. Como para que no se me olvide, y para fijarlo en mi pensamiento, lo he expresado en este artículo. Ahora ya no necesito que llegue el futuro. El presente es mi mejor don.



domingo, 21 de agosto de 2011

¿ES GENÉTICO EL CRITERIO ANTE LO DESCONOCIDO?





¿Dios existe? ¿És, en toda su majestad? La respuesta es una cuestión de fe. Y Fe es creer lo que no vemos; en suma, en lo desconocido; en concreto, en Dios, en sus ángeles y en sus santos. ¿Ha existido o existe una demostración científica de la existencia de Dios? No, que yo sepa hasta las 7:46 del día de hoy, Lunes, 22 de agosto de 2011.

¿Por qué entonces existen creyentes y ateos? ¿Por qué extraña razón existe esa rivalidad absoluta, con una convicción atroz, sobre un extremo que, de momento, es indemostrable? ¿Por qué unos son del Madrid club de futbol, y otros –aproximadamente la mitad– del Barҫa, que es Mes que un club? ¿Por qué la mitad son pro y la otra mitad anti americanos?

¿Existe alguna explicación convincente sobre la diferencia de criterio en asuntos tan peregrinos, infantiles y aleatorios como la existencia de Dios o el sexo de los ángeles de su corte celestial? No, no existe. Todo nace del criterio de cada persona. Y el criterio de cada ser humano depende de miles de factores entre los que se encuentran: Las sensaciones recibidas desde el útero materno, que producen una impregnación celular positiva o negativa. Las incidencias en el momento del parto. Los primeros días de vida. Las enseñanzas paternas, familiares, sociales, religiosas y políticas, y su calidad, parcialidad y cantidad. Las alegrías y las penas en determinados periodos de la vida, muy proclives a grabar a sangre y fuego los acontecimientos, etc.

Aprendemos por imitación o por rechazo de lo que oímos, vemos o sentimos. De esta manera, una enseñanza podrá ser integrada o rechazada inmediatamente, con respecto a un criterio ínsito en nosotros. ¿Pero, éste, de dónde viene? ¿Qué nos impulsa a aprehender o rechazar determinado concepto? ¿Las vivencias de otras etapas del alma? ¿Las impregnaciones celulares? Imagino, con buen criterio, y poniendo en marcha mi sincretismo mental, que habrá de todo un poco; una cosita de acá y otra cosita de allá, para formar el puzle –aparentemente caótico e inexplicable– de nuestro criterio actual, sobre esas cuestiones absolutamente inexplicables que, sin embargo, mueven a millones de seres humanos, derrocan gobiernos, asolan territorios, dejan en la miseria a muchos pueblos y asesinan a millones.

Cada ser humano, desde su más tierna infancia, busca cómplices de sus fechorías, compañeros de fatigas, colegas de aficiones, amigos del alma, prosélitos de sus ideas, y encubridores de sus desmanes. Y les importa poco si sus actos son punibles. Si no lo son buscan afines, si lo son, cómplices. Pero siempre busca la compañía y la complacencia de las gentes que les rodean. El caso es tener alguien que asienta a tus comentarios como si fueran salidos de la misma boca del Oráculo de Delfos, o unirte tú a los suyos para formar coro.

Las grandes batallas de la humanidad no han tenido sentido; sólo una diferencia de criterio sobre cuestiones religiosas, políticas o sociales. Solamente e eso. Y, eso, ha provocado muertes, hambrunas, enfermedades, mutilaciones y desahucios mentales, que han perdurado en el tiempo hasta nuestros días.

Está muy extendido el criterio que nos hace apostar a ‘caballo ganador’. Ciertamente insatisfactorio a poco que nos paremos a pensar en que es un criterio egoísta, oportunista y pancista. Pero no es el caso de la existencia de Dios, en la que hay un muy aproximado 50% de creyentes, a los que se oponen el otro 50% de ateos. El caso es que nunca ha habido –y probablemente no habrá– una unanimidad de criterio para cuestiones de fe. O la tienes –50% de personas–, o no la tienes –el resto de humanos–.

¿A qué conclusiones llegamos? Un día, el malogrado en la flor de su vida, Santiago Amón, me corroboró un aserto durante una conversación que mantuvimos por radio. Yo le hablaba en aquella ocasión, de la impresión que me había producido en el alma uno de los capítulos de Caballo de Troya I, de J.J. Benítez. Se refería en él a las horas inmediatas a la Pasión y Cruz de Jesús de Nazaret, narradas en vivo y en directo por un personaje que había sido teletransportado a aquella época; en aquellos precisos momentos.

Al leerlo –le conté– me sentí como transportado a aquel momento y lloré profusamente. Con cada línea se me encogía el alma, y me sentía como si ya hubiera vivido la situación en aquella misma época, refugiándome en el anonimato para que no me reconocieran. Sentí la verdad dentro de mi corazón. Y creo firmemente que cuando siento de esa manera, alguien, premeditadamente, me acerca a ella. «Es cierto, amigo. – respondió– Aquello que nos sobrecoge el ánimo, ten por cierto que, si no es la verdad absoluta, se acerca mucho».

Es un sentimiento del alma que no se puede aprender en ningún libro, que nadie te puede enseñar. O lo sientes, y crees, o te pasas la vida luchando en contra de los que creen. ¿Es un privilegio? En modo alguno. Frecuentemente, a los que creen no les salen las cosas muy bien en este plano. A veces hubieran deseado no creer y pasar más desapercibidos para el vulgo en general, y no someterse a la inquina de las facciones contrarias.

Independientemente de religiones, tendencias y modas, me declaro creyente. Creo en Dios, creo que es mi padre y que constantemente vela por mí, sugiriéndome actuaciones que yo puedo adoptar o no. Es mi criterio, por encima del Suyo, el que prevalece. No en vano me ha dado el libre albedrio para que yo maneje mi aguja de marear y aprenda a capear temporales, y a refugiarme de galernas y marejadas. Es un sentimiento del alma. Nadie, en este mundo me puede demostrar nada concerniente a la existencia de Dios. Sé en lo más profundo de mi corazón que Él existe. Yo tampoco puedo demostrar su existencia a nadie. Creo y respeto.





sábado, 20 de agosto de 2011



Y ahora cantada por sordomudos. Me ha emocionado hasta el llanto.




Imagine


Imagine there's no heaven
It's easy if you try
No hell below us
Above us only sky
Imagine all the people
Living for today...
Imagine there's no countries
It isn't hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace...
You may say I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will be as one
Imagine no possessions
I wonder if you can
No need for greed or hunger
A brotherhood of man
Imagine all the people
Sharing all the world...
You may say I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will live as one

Imagínate


Imagina que no existe el Cielo
es fácil si lo intentas
sin el Infierno debajo nuestro
arriba nuestro, solo el cielo
Imagina a toda la gente
viviendo el hoy...
Imagina que no hay países
no es difícil de hacer
nadie por quien matar o morir
ni tampoco religión
imagina a toda la gente
viviendo la vida en paz...
Puedes decir que soy un soñador
pero no soy el único
espero que algún día te unas a nosotros
y el mundo vivirá como uno
Imagina que no hay posesiones
quisiera saber si puedes
sin necesidad de gula o hambre
una hermandad de hombres
imagínate a toda la gente
compartiendo el mundo

Puedes decir que soy un soñador
pero no soy el único
espero que algún día te unas a nosotros
y el mundo vivirá como uno







miércoles, 17 de agosto de 2011

LA TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN





Se trata de la elaboración de una serie de argumentos, mediante los cuales se intenta explicar la causa del estado de cosas de un periodo determinado, de un hecho aislado muy relevante, o del triunfo de determinada facción política. Para ello, los ‘conspiradores’ aducen una serie de argumentos de elaboración propia y de muy difícil demostración, con los que intentan culpabilizar a ‘alguien’ o a ‘algo’ como muñidores de la situación, del hecho o del triunfo. Pero tampoco saben decir, a ciencia cierta, quién o quiénes son los culpables de la conspiración. Aunque siempre dicen que ‘lo tienen muy claro’.

Con el alunizaje del Apolo XI y el hecho de pisar la superficie lunar dos de sus cuatro tripulantes, se desató la teoría de la conspiración, que imaginaba que todo el montaje había sido un truco cinematográfico, para mostrar al mundo el triunfo de los EEUU en la carrera espacial.

A partir de ese momento de la historia, quizá por las condiciones favorables de tipo político y de corrupción, que favorecen la tendencia, la teoría de la conspiración está presente en todos los círculos sociales, políticos, económicos e incluso deportivos.

Todo parte de un desconocimiento total de la verdad. Queremos entonces compensar la: ‘Ni puta idea’, con un: ‘De esto tienen la culpa los masones, que me lo ha dicho a mí una persona muy enterada…’ El caso es que vivimos eternamente conspirando. Porque conspiramos por todo. Cada misterio desarrolla inmediatamente una teoría de la conspiración. Y nacen conspiradores para la existencia de Dios; para su no existencia; para el desastre económico; para la prosperidad y para la moda. Sólo, por tanto, se conspira sobre lo que no se sabe, porque, de otra manera, no habría motivo para conspirar. Todo está claro, luego huelga la conspiración.

Me juzgo como un conspirador nato, pero mis elucubraciones me parece a mí que van bien dirigidas. Como el negocio fabuloso que supuso el asunto de las vacunas de la gripe ‘A’ para todos los miembros de gobierno y para sus adláteres. Que me complace pensar que hubo comisiones multimillonarias de las que chuparon hasta el PP. Y si no chuparon unos y otros; si se limitaron a meter la pata sin llevarse ni un euro, entonces son gilipollas. De una manera o de otra: Tontos del culo o sinvergüenzas, se me cierra el círculo bastante bien, mire usted.

Sobre la medicina actual tengo varias conspiraciones, como sobre las multinacionales de la farmacia, como sobre la alimentación, como sobre la enseñanza, como sobre las entidades bancarias… De todas maneras no te hacen ni puto caso; nadie te lee, y el que lo hace te toma por iluminado de los dioses o por cachondo mental.

Mientras no tenga la completa seguridad sobre determinado aspecto que a mí me acucia, seguiré conspirando. Primero, para intentar hacer cómplices de mis elucubraciones, y segundo, para explicar lo inexplicable. No porque no tenga explicación, sino porque el verdadero meollo de la cuestión sólo lo saben los verdaderos conspiradores.





martes, 16 de agosto de 2011

martes, 26 de julio de 2011

DESCUBRIMIENTOS CULINARIOS




Hace tiempo que no hablaba de cocina, de alimentos y de gurmets. Hoy retomo el asunto y cuento cosas mías, cuanto menos apetecibles.
No he aguantado nunca el alcohol, sobre todo desde el día en que fuimos, Ricardo y yo, a recoger las notas de anatomía. Convinimos en que si aprobábamos, nos emborrachábamos para celebrarlo. Y si suspendíamos nos emborrachábamos para olvidar. Suspendimos y nos emborrachamos, hasta el extremo que me tuvieron que poner una endovenosa de Vitamina B1, que si bien, adelantada la carrera, me enteré de que no aceleran el metabolismo del alcohol, actúo en mí como un potentísimo placebo. Hasta entonces no me gustaba mucho el estado alterado de conciencia que producía el alcohol. A partir de ese momento, en el que eché hasta los calostros, nunca he vuelto a beber. Solamente cerveza, muy de tarde en tarde un riojita de toda la vida, y en Navidad champancito, a poder ser francés. No es por esnobismo, es que está buenísimo. Después, cuando salió al mercado la 0’0, la he bebido sistemáticamente, no sólo porque no tiene alcohol, sino porque no posee ese deje amargo de la cerveza normal.

Como estoy abierto a todo aquello que pueda constituir una nueva experiencia –excepto lo que manifiestamente me pueda perjudicar– el otro día mi sobrino Juan me ofreció una cerveza ‘Coronita’. Posiblemente porque él ha hecho toda la campaña de publicidad a nivel mundial y quizá porque es un sibarita y reconoce una cosa buena de lejos, accedí de buena gana. La sacó del congelador donde la tuvo un cuarto de hora, la descapsuló, troceó una lima e introdujo un gajito en la botella. Me recomendó que la bebiera a morro para que se mezclase constantemente el líquido con la lima al beberla, y para que se calentase menos que en un vaso. Me encantó la cosa y espero que a vosotros también.

Y metidos en recomendaciones, quiero compartir con vosotros tres cosas que hace tiempo que vengo degustando y que son una absoluta delicatesen. Espero que no tengáis demasiada dificultad en encontrarlas.

La primera es un producto que no tiene nada que ver con los enlatados. Se trata de anchoas en aceite de elaboración propia, de los supermercados del Corte Inglés. Qué duda cabe de que las encontraréis en mil sitios diferentes, pero me remito a contaros mi experiencia. Las venden a granel en el estand de encurtidos, aceitunas, etc. Y yo me las como encima de una rebanada fina de pan tostado. Y cualquier receta que requiera anchoas en aceite queda infinitamente mejor que elaborada con anchoas en lata.

El otro día apareció mi mujer con una mezcla horrible, de queso de cabra untado en una rebanada de pan tostado y endulzado con mermelada de tomate. No sonaba bien ni el planteamiento, pero se lo había recomendado encarecidamente un fulano que vende la mermelada y ella cayó en la añagaza. Una vez probado, confirmamos que la idea no es precisamente feliz, sobre todo si se tiene en cuenta que hay sofisticaciones en el mercado que están para hacer la ola. Indico solamente dos por no meteros una sobredosis de calidad y buen gusto.

La segunda es una mezcla de dos quesos cremosos italianos, Gorgonzola y Mascarpone.

El mascarpone es un queso del norte de Italia (Lombardía). Es un queso fresco obtenido por la elaboración de crema de leche, nata y ácido cítrico o ácido acético. Es cremoso, consistente, de color blanco-amarillento muy claro, con sabor dulce y altamente calórico. Aunque técnicamente hablando, el Mascarpone no es un queso, sino el resultado de añadir un cultivo de bacterias a la nata extraída de la leche que se usa en la fabricación del parmesano. Sin embargo, suele ser descrito como queso de cuajada, aunque se elabora de forma muy parecida al yogur. Después de agregar el cultivo de bacterias a la nata, se calienta suavemente, luego se deja que madure y espese. Es un producto muy delicado que debe ser consumido fresco porque se pone rancio rápidamente. Muy utilizado para el tiramisú (postre típico de la cocina italiana) y para acompañar el panetone.

El gorgonzola es también un queso italiano de mesa, de pasta cremosa y untuosa, hecho con leche entera pasteurizada de vaca que se presenta en dos variedades: dulce y picante. Era conocido este queso ya desde la edad media, aunque sólo en el siglo XI comenzó a tener el aspecto enmohecido que posee en la actualidad. Se emplea frecuentemente como ingrediente en diversos platos de la cocina italiana.

La mezcla de ambos es una delicadeza para untar. Es suave, cremosa, ligeramente picante y delicada. Es un placer para los sentidos. Nada comparable con lo que yo conocía de quesos para untar. Posiblemente la encontréis en muchos estand de charcutería y quesos de grandes superficies, o de establecimientos especializados, pero yo también lo compro en la charcutería del Corte Inglés. No me dan comisión, ni tengo ninguna afinidad con esa firma, pero reconozco que es uno de los supermercados con más calidad y variedad.

Recomiendo que se consuma al principio de la degustación por su delicado sabor, que posiblemente pudiera enmascararse después de un alimento más fuerte o picante. Como es un producto delicado se puede estropear incluso metido en la nevera, pero aguanta muy bien la congelación.

La tercera es otro untable para canapés, y sorprendente en su sabor y en la sencillez de su elaboración. Como de costumbre también compro sus dos ingredientes en el supermercado del Corte Inglés, pero estoy seguro de que podéis encontrarlo en cualquier tienda de comestibles.

En una rebanada de pan tostado, untar una capa generosa de Mi-cuit de pato.

El foie gras mi-cuit es una semiconserva que resulta de someter el hígado de pato o de oca a cocción a 75°, durante 75 minutos. El resultado es un producto de gran calidad apto para diversas presentaciones. Al ser una semi-conserva debe mantenerse refrigerado.

Después de tenerlo extendido en la rebanada de pan tostado, añadir una cucharada de postre de mermelada de higos. La hay de diferentes fabricantes, uno de ellos es: Charles Jacquin y el otro Les Confitures à l’Ancienne. Ambos franceses e importados por distribuidoras nacionales. No he encontrado nada similar de elaboración nacional. Si lo encuentro os diré.

El mi-cuit de hígado de pato también lo podéis congelar.

Y ya metidos en mermeladas, hay otra del mismo Charles Jacquin que está elaborada con jengibre y naranja. Untada en pan tostado, tiene un sabor que no podréis olvidar.













sábado, 23 de julio de 2011

ROBOTS EN LA FASA



Y cuando me voy

Yo sé que mi corazón puede quedarse
con mi amor
Se entiende
Esta en las manos de mi amor
Y mi amor me hace bien

Wo wo wo wo

Mi amor me hace bien
Y cuando en el armario vacío
Aun encuentre algo con mi amor
Se entiende
Que esta en todas partes con mi amor
Y mi amor me hace bien

Wo wo wo

Mi amor me hace bien
Wo wo te amo, oh, wo mi amor
Solo mi amor tiene la otra llave para mi
Oh mi amor, oh wo mi amor
Solo mi amor me hace bien

Wo wo wo wo wo wo

Mi amor me hace bien
No me preguntes nunca por que
Nunca diré adiós a mi amor
Se entiende
Que esta en todas partes con mi amor
Mi amor me hace bien

Wo wo wo wo

Mi amor me hace bien
Wo wo te amo, oh mi amor
Solo mi amor me hace bien

Wo wo wo wo


¿Qué? ¿Bonita, no? Bonita, no. Preciosa. Y la letra no tiene desperdicio. Para vosotros.


El sábado es un día dedicado, en la emisora de radio que yo oigo, al fomento de la salud a través del ejercicio físico. Conectan con varias autoridades de los patronatos y direcciones generales de deportes de toda España, y les hacen preguntas acerca de los programas que llevan a cabo para inculcar en los ciudadanos la conveniencia de hacer deporte. Están prácticamente toda la mañana en el mismo plan: Dale la matraca a que lo fundamental para la salud es hacer deporte. Que hay que moverse, que hay que andar, que hay que correr. En otras emisoras la toman con la alimentación como base de la salud, y le dan cien mil vueltas a los alimentos que hay que ingerir para conservar un peso adecuado. Incluso tienen problemas como ¿qué es preferible, estar delgado y enfermo, o gordo y sano?. Total, fundan la salud en el cuerpo físico y como consecuencia, apoyan su buen funcionamiento en el ejercicio y en la alimentación.

El otro día fui a visitar las instalaciones de montaje de automóviles que la fábrica Renault tiene muy cerquita de mi ciudad, en Villamuriel de Cerrato. Es un prodigio de la técnica electrónica, mecánica y cibernética cómo se mueven los robots. Si entornas los ojos y te abstraes de lo que verdaderamente son, se diría que estás viendo un ballet, cuyos integrantes tejen posturas inverosímiles en el área en la que se mueven. Son capaces de hacer los más finos y delicados trabajos de montaje, incluyendo soldadura, pintura y ensamblado. El encargado de la planta con quien departí por unos breves momentos, me contestó a algunas preguntas cómo qué tardaban en hacer su trabajo, qué ventajas tenían sobre los operarios, qué disminución del gasto conllevaban, etc. Para contestar a la última pregunta que le formulé dudó unos instantes, me miró a los ojos y me dijo: «Pues efectivamente, tiene usted razón. Los robots están perfectamente engrasados y alimentados, pero si falla el programa informático que les hace trabajar, indefectiblemente se paran. Es el programa lo más importante de todo el entramado.

¡Claro, claro! Los robots necesitan imprescindiblemente un programa que determine su funcionamiento. Y cualquier fallo de este programa tiene como consecuencia un fallo en el funcionamiento de los brazos mecánicos, de su sincronía y de su salud mecánica. Por supuesto que los alimentan con la energía que precisan. Naturalmente que mantienen sus estructuras mecánicas con los aceites lubricantes oportunos. Pero esa es sólo una pequeña parte del programa de trabajo, porque no hay que olvidar que lo que ordena su funcionamiento es el programa informático.

Todos los intentos de las autoridades –que algo ganarán con ello– para que los ciudadanos se pongan en forma y coman adecuadamente, resultan estériles sin contar con la mente humana que es la que elabora los programas que hacen funcionar correctamente la humana fábrica. ¿El cuerpo hace ejercicio físico? Sí, señor ¿El cuerpo está bien alimentado? Sí, señor. Y a pesar de ello, enferma ¿Por qué? ¿Por qué si el individuo hace ejercicio y come adecuadamente también enferma? Pues, muy sencillo. Porque, al igual que los robots de la FASA se mueven gracias al programa informático, y un fallo de este, por muy bien alimentados y engrasados que estén, determina que hagan lo que no deben o que se paren. La humana fábrica, por muy bien ejercitada que esté en el plano físico, y por muy bien que se alimente, si falla su mente, fallará su cuerpo.

¿Es fundamental para el ser humano hacer ejercicio y alimentarse adecuadamente? Sí, señor. Pero no es definitivo para determinar su estado de salud. Desprecian el factor mental (programa) que hace al cuerpo humano estar sano. ¿Por qué? Lo ignoro, aunque a lo largo de los años he coleccionado unas cuantas pruebas que hacen a las autoridades despreciar este concepto tan sencillo.

Haz que los ciudadanos hagan ejercicio; haz que se alimenten adecuadamente, pero fundamentalmente, haz que aquieten su mente y que tengan en cuenta que vivimos como pensamos y que el 98% de las enfermedades tienen su origen en fallos mentales, provocados por conflictos emocionales.

Sí, es verdad, tienes razón, siempre estoy con lo mismo, pero es lo que hay ¿Será tan difícil, con la cantidad de pasta que roban, que destinaran una pequeña parte a investigar estos aspectos? No pueden con el gasto sanitario. No pueden con el gasto farmacéutico. Y ¿Quién impide que se experimente sobre este extremo? No lo sé, señor. Pero lo que sí sé es que si la gente supiera que el 98% de sus enfermedades se las provocan ellos mismos con sus conflictos emocionales, vivirían más felices y no estarían todo el día en los centros de salud y consumiendo medicinas, que tienen efectos secundarios y que, en un tanto por ciento muy elevado, son placebos. Estoy a tu disposición para aclararte tus dudas al respecto. Gracias.

martes, 19 de julio de 2011

VOLVEMOS DONDE SOLÍAMOS



VOLVEMOS DONDE SOLÍAMOS



…Y no ha pasado nada. He estado mucho tiempo sin ocuparme de mi blogg y no ha mejorado la economía, ni los políticos han mejorado sus conocimientos, ni se han vuelto más solidarios, ni más inteligentes, ni les ha nacido, como de la nada, un curriculum florido que les acredite como versados en alguna materia.

Siempre confío en que existan políticos que tengan conocimientos y ganas de hacer las cosas bien; me creo expectativas, y es una de las cosas que recomiendo que no se haga nunca. Pero mi confianza en la gente es infinita como las estrellas del cielo, y siempre caigo en la misma.

En nuevo equipo de gobierno del ayuntamiento de Palencia se está encontrando más agujeros en la economía del consistorio que un queso de Gruyere. Pero eso no es óbice para que no hagan las cosas bien. Se han encontrado con pasteles que no son de su agrado, pero eso va inherente al sueldo; al sueldo que se llevan todos los meses por rascarse la barriga y elucubrar todo lo que pueden para no llevar a cabo ninguna solución de la situación. Tienen un marrón bastante curioso con las licitaciones de obras del barrio del Carmen. Érase que se era una empleada del PSOE que hacía de su capa un sayo y exigía más de lo que debía, para hacer su santa voluntad de política de cuota. El caso es que no le sale de faldriquera cursar las licitaciones, para que la empresa que está rehabilitando el barrio cobre los dos meses que lleva trabajando duro para todos los vecinos. Ella va a ser, en su prepotencia de mujer poderosa, la única responsable de que se paralicen las obras, de que la empresa y los obreros se queden sin el dinero, que esta vez sí, se merecen por su trabajo. Se ha advertido al Sr Alcalde de los desafueros de la dama, y el alcalde, que no quiere líos –no sé si sabe lo que son líos–, por compadrear con la oposición –muy normal en todos los partidos políticos– no hace una cosa tan palmariamente sencilla como  quitarle a ésta señora las competencias de esa única parcela de su trabajo, para que lo solucione el departamento técnico del ayuntamiento. Pues, ni eso. Van a dejar que las cosas se pudran, van a enfrentarse con todo un barrio, van a dejar que se pierdan las subvenciones y que los vecinos se queden con los andamios puestos, a ver si llega el alcalde y los desmonta.

La inutilidad de los ineptos aumenta exponencialmente con las responsabilidades del cargo que ocupan. A mayor responsabilidad, mayor inutilidad. Se ve en todo. ¿Cómo se puede consentir que el máximo representante político de una ciudad como Palencia, se ponga una corbata verde. Lo bueno es que un edil, al verlo, le dijo: ¡Huy, Polanquito, que corbata verde más bonita te has puesto hoy! A lo que Polanquito contestó: ¡No es una corbata, ignorante, es un moco!

¡Vaya, he vuelto fino de mis vacaciones! No preocuparse que entraré en mí no tardando mucho. Pero hoy tenía ganas de zurrar a los que siguen siendo unos auténticos inútiles, los políticos.

lunes, 13 de junio de 2011

LAS COSAS DE LA VIDA






Si tuviera que plasmar en palabras lo que siento, no podría, tal es acúmulo de sensaciones extrañas y contradictorias que se suceden en mi vida en este momento. Unas veces quiero, otras no; hay días en los que me parece que todo puede mejorar, y otros en los que la situación me parece irreversible. Ya no hay vuelta atrás. Cuando algo termina, termina, sin más, y nos resistimos al nuevo estado por lo que tiene de nuevo y por el cambio de costumbres que supone. Que te cambien la cama y la almohada de la noche a la mañana, de una manera definitiva, no tiene explicación. Lo aguantas cuando te alojas momentáneamente en un hotel. ¡Va!, para dos noches aguantaremos con el cuello un poco tocado. Ya se me arreglará cuando recupere mi lecho. Cambiar de casa, a no ser porque te traslades a una mejor, es un trauma bastante gordo. Cambiar de ciudad, a no ser que no tengas más remedio, o que sea imprescindible para tu trabajo, no tienen ninguna gracia. Las mudanzas no son bien recibidas por los hombres, y solamente nos sostiene la esperanza en que el futuro será mejor. Pero ¿Si no hay futuro? ¿Si la situación, como he dicho es irreversible? ¿Qué pasa entonces? Que la gente enferma porque no sabe cómo gestionar la situación, ni lo que siente y se crea conflictos emocionales que tendría que identificar.

El cambio más traumático es perder de vista definitivamente a una persona; un abandono. Puede ser que tu mujer te cierre la puerta de su lecho; es posible que tu amante te abandone por otro más moderno y que fume porros; quizá una muerte repentina de un familiar. Cuando esto sucede y te quedas sólo, culpabilizas al que se ha ido porque te ha dejado plantado, de compañía, de charla, de rutina, de cama. Y esto no se puede perdonar. La mayoría de las personas no encajan el hecho de que sea el amigo, el amante, la mujer, o el pariente los que le abandonen. Que uno abandone al vecino tiene una explicación, pero lo contrario es una canallada.

Todo consiste en la cantidad de apegos que tenemos coleccionados en el cajón de nuestras preferencias. La ciudad, la casa, la cama, nuestro inodoro, nuestra familia, nuestros amigos, nuestra pareja, nuestro amante, nuestro coche, nuestros libros, nuestro ordenador, nuestros zapatos. Todos son apegos que algún día se traducirán en traumas cuando dejen de existir. Buda dijo que el dolor de la humanidad está causado por los deseos. Eliminamos los deseos y desaparece el sufrimiento. Pero es imposible vivir, andar, trabajar, amar, si no lo deseas. Traduciremos ‘deseo’ por apego, que es el deseo sin el cual yo puedo ser feliz. Pero no momentáneamente, sino nunca más de los jamases. En cuanto entendemos que este término no se sostiene y que es imposible que la pérdida de cualquier apego se lleve con ella nuestra completa y absoluta felicidad, entramos en la consideración de que los apegos son absurdos y que, tarde o temprano, nos proporcionarán una calentura, un llanto, un desasosiego, una enfermedad.

El apego viene dado por una mala interpretación del amor y de la posesión. Si comprendemos que en este mundo nada nos pertenece y que el único amor que cabe es el incondicional, y que venimos a este planeta solos y que nos vamos de él solos, tendríamos un tanto ganado. Después, completaría la labor vivir el momento completamente, sin pensar en el pasado ni en el futuro. ¡Cuidado que lo digo veces! Pues la mitad de los que lo leen, no se enteran, y la otra mitad lo critican y piensan que es una chorrada.
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