jueves, 9 de junio de 2011

CISTITIS Y PEACE






Tengo frecuentes cistitis y quiero saber la causa emocional que las provoca, –me preguntas– La causa emocional que ocasiona las infecciones de orina llamadas cistitis, es un conflicto de “marranada”. Se puede explicar con el sentimiento de ¡Vaya marranada que me han hecho!. Mi pareja, mi familia, mis amigos, en el trabajo, etc. Es un sentimiento de haber sido agredido sin razón en un asunto en el que tú no has tenido apenas participación. Tus compañeros se han unido, sin contar contigo, para cambiar unos horarios que a ti te perjudican. Tu familia te ha dejado al margen de una decisión importante para todos, incluso para ti. Te han despedido del trabajo, por cuestiones ajenas a ti, en el momento menos oportuno de tu vida…Entonces te sientes absolutamente impotente porque la cosa no tiene vuelta atrás y te vas a quedar fuera, sí o sí. Te dan ganas de llorar, de escupir, de arañar y de matar. Y ese sentimiento te ahoga y no te deja dormir. Es un monotema que puede que transmitas a los demás para que se solidaricen contigo y para que vean lo mucho que estás sufriendo. Todo el mundo necesita contar las cosas aunque no sirva para nada. Consuela bastante. Pero no evita la cistitis. La solución estriba en tener el sentimiento, lo contrario no sería humano, sufrir el ratito de acumulación de adrenalina y dejar que se disipe el calentón poco a poco, intentando pensar en otras cosas, o, definitivamente, viviendo el momento ocupándote de tus tareas.

Es lo de siempre; el pensamiento de la nueva era; la panacea para ser feliz y no enfermar: Vivir el momento totalmente. Lo importante no es tener el conflicto de marranada, lo fundamental es gestionar ese sentimiento y ese conflicto. Y, como te he dicho, lo transcendente para tu vida no es la causa del conflicto: Te han echado del trabajo. Lo importante es tu reacción ante el conflicto. Esa es la que enseña o provoca el conflicto generador de la enfermedad. Es fundamental gestionar la emoción, ponerte en el justo punto de transcendencia, estudiarla y decidir.

Hay una técnica muy efectiva, preconizada por Lou Marinoff, filósofo práctico, a la que él llama proceso PEACE. Y como el número de las letras que lo componen comprende cinco pasos:

1.- P de Problema. Con la identificación del mismo, que la mayoría de las veces es fácil: El problema es el despido, la humillación, el desprecio, etc.

2.- E de Emoción. En este punto es imprescindible tener la percepción de la reacción emocional ante el problema; de lo que hemos sentido verdaderamente: Falta de autoestima, desprecio, desvalorización, abuso…Y si no tenemos la percepción, que es poco fácil, hay que trabajar mínimamente para descubrir la verdadera reacción.

3.- A de Análisis. Se refiere al análisis de las posibles soluciones. Este punto no tiene dificultad, y si encuentras alguna imposibilidad o bloqueo, pide asesoramiento de una persona de la que te fíes. Si existen soluciones, se acabó el problema. Si existen soluciones, pero dependen de los demás, una vez planteada la reivindicación, esperar pacientemente a su resolución. Si no existen soluciones, se acabó igualmente el problema. Una buena medida es ubicarte en la primera fila de un teatro y, despojado de toda crítica, verte con tu problema.

4.- C de Contemplación. Se refiere a la contemplación global del hecho desde la perspectiva filosófica. Quizá sea importante revisar el término “Filosofía”, para tener un punto de referencia exacto. La filosofía es el conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano. También es la fortaleza o serenidad de ánimo para soportar las vicisitudes de la vida. Y por último una manera de pensar o de ver las cosas. Todas estas definiciones de la filosofía se engloban en una correcta manera de pensar en las cosas de la vida, para una mayor efectividad y bienestar. Una posible contemplación filosófica de un problema es pensar, no en el hecho en sí, sino en las posibles consecuencias positivas que se pueden derivar de él. En realidad existen, aunque no las podamos ver en un primer momento. Y, en realidad, todo lo que te pasa en la vida tiene una razón de ser y un por qué. Con la lejanía del tiempo comprendemos los motivos de aquel problema que nos dejó sin habla y que luego fue una bendición.

5.- E de Equilibrio. Comprendiendo la esencia del problema, se está preparado para llevar a cabo la solución y se puede afrontar el cambio que conlleva. El equilibrio es la situación en la que los pros y los contras de una situación, hacen que el fiel de la balanza se quede colocado en el justo centro de la escala. El equilibrio se consigue cuando se despoja uno de todo tipo de victimismo absurdo, se encara el problema sin culpabilizar a nadie, sin juzgarlo y sin criticarlo, y se afrontar el nuevo camino de cambio que supone.

Problema, emociones que causa, análisis global, contemplación bajo el punto de vista filosófico y equilibrio.

Si lo ves despojado de prejuicios es fácil y muy factible. A mí me ha sacado de muchos problemas y me ha evitado muchas cistitis. Un abrazo.

miércoles, 8 de junio de 2011

NECESARIAS ACLARACIONES






Quizá más veces de las necesarias doy por sabidas cosas que, a lo mejor, son fundamentales para la comprensión del texto. Ayer pasé por encima la historia del paciente que tienen la manía de subirse al trampolín de las piscinas y mearse desde allí viendo cómo cae el chorrito hasta el agua. Tantos son los problemas que le ocasiona y tantas las preocupaciones que decide ir al psiquiatra. Al cabo de los meses se encuentra a un amigo que le pregunta: «¿Qué tal te fue tu visita al loquero?» «Pues me sigo meando desde el trampolín de las piscinas, pero ya no me importa» –contesta el paciente cargado de razón y de tranquilidad.

Profundizar en el asunto de ayer es inútil sin receptores del mensaje, porque ¿A quién puede interesar el texto sino al que va dirigido? Habitualmente el público en general no quiere ni oír hablar de la posibilidad remota de padecer una enfermedad grave. Y más vale no abrir la caja de los truenos de una persona que está aparentemente bien.

Durante mis cursos de “Regresiones” con Joaquín Grau, necesariamente había que hacer prácticas, y como no teníamos pacientes que se brindaran a ello, las hacíamos entre nosotros. Tocábamos aspectos escabrosos de la personalidad de cada cual y apretábamos los tornillos, busca que te busca, con objeto de tener bases para emplearlas con nuestros pacientes en un futuro. Todos y cada uno de nosotros llegamos a la conclusión de que la cosa es mucho más seria de lo que parece, y que forzar la apertura de la caja de los truenos de cada cual es craso error. A la persona que tiene problemas, no hay más remedio que entrar a fondo. Para aquel que no los tiene es peligroso forzar la situación.

Posteriormente, cuando practicaba regresiones con mis pacientes, nunca tuve ningún problema. Sin embargo siempre me negué a hacer una sesión a una persona sana, en plan folclórico, simplemente con la pretensión de saber si había sido Cleopatra en la vida anterior. Me bastó con la experiencia de la época de prácticas.

Sin embargo, de vez en cuando, incluso a gente sana de cuerpo, le es interesante saber los mecanismos íntimos de la enfermedad y qué se puede hacer para evitarla, o una vez contraída, sanarla.

Una reflexión: En el artículo “Multiverso” hablé de que únicamente se podría definir el Universo con fórmulas matemáticas. Esto quiere decir, inequívocamente, que todo el Multiverso se rige por leyes matemáticas y puede definirse con ecuaciones. Pero, curiosamente, los médicos tienen acuñada una frase, que incluso yo he empelado en mi época de empirismo, en la que nunca he podido demostrar mis conocimientos sino por la experiencia, que decía simplemente. «La medicina no son matemáticas». Esta frase cubría todos los fallos que encontrábamos en el curso de nuestro ejercicio profesional. Unos casos iban bien y otros mal. Unos casos se curaban y otros no. Y esto se veía justificado por la famosa frase, y todos nos quedábamos tan satisfechos, incluso los sabios por excelencia. Pero, si todo el Universo (Multiverso) se rige por leyes matemáticas ¿Por qué la medicina es la única disciplina que se aparta de la norma? La medicina, más que cualquiera otra disciplina, es matemática pura, en su nacimiento, en su desarrollo, en sus antecedentes y en sus consecuentes. Y de este extremo estoy actualmente absolutamente convencido. De manera que hay una correlación exacta y concreta entre las enfermedades, el lugar orgánico que afectan, su reflejo en un sitio determinado del cerebro, y el conflicto emocional que ha desencadenado todo el proceso morboso. Y esta ecuación, así de simple, así de sencilla, constituye toda la base de la medicina. Y mientras los poderes que se lucran del dolor humano no consientan la investigación franca de estos extremos, la humanidad seguirá sufriendo mucho más de lo que debiera.

Vosotros, mientras tanto, pensad seriamente en este concepto –naturalmente si queréis; sólo si queréis– El 98% de las enfermedades que padece el ser humano, tienen su origen en conflictos emocionales. Y dependiendo de la intensidad con estos se vivan, las enfermedades serán más o menos graves. Punto.

¿Quiere esto decir que desestimemos toda ayuda médica? Categóricamente, no. Entended que la medicina actual se sustenta en tres pilares: La cirugía, ante la que no tengo nada que objetar y en presencia de la cual me inclino genuflexo y me quito el sombrero. El diagnóstico por imagen, en el que toda la tecnología mundial se aúna para dar respuesta a las preguntas más intrincadas del organismo. Alabo la mente de los que han contribuido a su desarrollo, y la aplaudo. Y La medicina interna y la terapéutica. Ambas unidas íntimamente por mor de las investigaciones farmacológicas, y que, como desprecian absolutamente el inmenso poder de la mente en la génesis de las enfermedades, siguen tratando a mil pacientes de úlcera de gástrica con la misma pastilla, desestimando las puntuales circunstancias de cada individuo. La cirugía viene a enderezar los entuertos de la medicina interna.

Si se destinase una décima parte de lo que gasta la industria farmacéutica en I+D, a investigar estos extremos, que juegan un papel primordial en la formación de las enfermedades, posiblemente el gasto en farmacia disminuiría un 90%, la salud de la población aumentaría un 100% y los magnates de la Multinacional, tendrían que invertir en otro negocio.

martes, 7 de junio de 2011

DEFINITIVAMENTE LOS ENFERMOS NO SON IDIOTAS




(Dedicado a mi amigo Alfonso)

La gente es muy intuitiva; cada día más. Pero de vez en cuando necesita que le reafirmen sus percepciones. Por ejemplo, cualquier enfermo siente en su fuero interno cuál ha sido la causa de su enfermedad: Hablo de enfermedades graves, tipo cáncer y así. Una gripe pasa sin pena ni gloria por la cabeza del enfermo. Sin embargo cuando una persona padece una enfermedad de las llamadas graves; por otras personas llamadas terminales, les funciona el coco en plan monstruo, e intuyen la causa de su padecimiento. «De esto ha tenido la culpa el sufrimiento que me ha hecho pasar mi pareja». «Que no, mujer. Qué mal pensada eres. ¡Qué va a tener la culpa Roberto de tu rollo!» –contesta la amiga mu cargada de razones– Y la enferma tenía razón, pero es un extremo que no le va a confirmar la medicina oficial. No tienen argumentos para afirmar que la causa de su carcinoma de mama es un grave conflicto de pareja, muy intenso y vivido en soledad; como suelen vivirse estas cosas. Y para colmo uno de esos días la practican una tiroidectomía parcial. ¡Qué mala suerte! Ahora otro problema –pensará todo el mundo a su alrededor– Pero en el asunto no interviene la suerte. Cuando un paciente recibe un diagnóstico de carcinoma, junto con el papelito aclaratorio, o el parlamento del médico, lleva implícito un nuevo conflicto que dará como consecuencia otra enfermedad, que bien podría ser otro carcinoma, y que la medicina justificaría hablando de ‘metástasis’.

Cuando un paciente se entera de que se va a morir le pasan por la cabeza miles de conflictos emocionales por minuto, que dan al traste con toda idea de estabilidad, equilibrio, lucha, toma de decisiones…Ante la idea de la muerte inminente, el primer sentimiento –yo afortunadamente no lo he pasado– debe ser un miedo atroz al momento final, al dolor, al morbo de la situación, a la familia, a los amigos, al hospital, a la deshumanización, al momento supremo en el que te enfrentarás con una realidad desconocida. Y para esto la medicina oficial no tiene respuestas, ni planteamientos, ni terapias. Se limitan a mandarte al psicólogo para que intente crearte un estado en el que, como el chiste, te sigas meando desde el trampolín de la piscina, después de haber visitado al psiquiatra cuarenta veces, pero ya no te importe. Mucho me temo que aparte de la quimioterapia, la cirugía y la radioterapia, no te pueden ofrecer mucho más, ni te pueden apoyar mucho más, ni pueden hacer mucho más por ti.

¡Con lo sencillo que sería cantarle la gallina al paciente, confesándole la verdadera causa de su padecimiento!. Sería fantástico saberlo para poder cambiar el chip y la emoción que lo han provocado. A mí me consolaría muchísimo saber el conflicto emocional que me ha causado una enfermedad grave. Y mucho más que las ‘metástasis’ son nuevos conflictos emocionales añadidos y provocados por el diagnóstico principal.

Entre otras cosas, las palabras de los médicos con respecto a la lucha que proponen al paciente, tendrían algún sentido. Al menos sabríamos contra quién tendríamos que luchar y con qué armas. Aparte de la quimio, tendríamos nuestra mente poderosa que nos provocó la enfermedad y que, por el mismo mecanismo, podría curarnos.

Darle un verdadero motivo de esperanza al paciente terminal, es una obligación del médico. Y si no saben cómo, que lo aprendan, pero que no anden con vaguedades y propuestas absurdas, que pueden agravar, aún más, el curso de la enfermedad. No se merecen los pacientes médicos que les mientan o que envuelvan la situación con un papel de celofán y un lacito. Aceptarían mejor un médico que les dijera que no tiene ni zorra idea de qué es el cáncer, ni cómo curarlo, que otro que les dé esperanzas fundadas en la quimioterapia, casi como único recurso. Quizá, lo más sensato sería elaborar una mezclita de quimioterapia y reforzamiento de la mente positiva. A lo mejor sería conveniente hablar al paciente dulcemente y evitando frases desgarradoras. Puede que fuese interesante tratar al paciente como si fuera tu hijo, en vez de una persona que te está creando conflictos y un estrés que te cagas. A vuestra disposición para aclararos mis teorías al respecto, fundadas en 40 años de ejercicio profesional.

lunes, 6 de junio de 2011

MULTIVERSO






Max Tagmark, científico y cosmólogo, nacido en España, habla de una manera muy creativa del Universo. Y no lo hace en singular, sino en plural. Habla de un Multiverso. De una serie de universos paralelos en los que podría haber otro lector como tú vestido de una determinada manera, y en otro multiverso estarías vestido de otra diferente, y otro de otra. Y en esos multiversos podría haber condiciones físicas diferentes y posibilidades diversas. El agua en una botella se podría considerar como una materia liquida con una temperatura acorde con la del medio exterior: Pero esto sería para un individuo que no hubiera visto nunca el hielo, o el vapor de agua, o la niebla de agua pulverizada.

Según la física cuántica, los átomos no tendrían solamente una posición en el espacio, sino varias simultáneas. De manera que tú podrías tener un duplicado de tus átomos, que formase una figura igual que la tuya, pero de la no tuvieras ni conocimiento, ni conciencia. Y así hasta un mundo de posibilidades. Pero todas contempladas bajo el punto de vista matemático. Son las matemáticas las que pueden explicar todo el Universo o Multiverso. Las matemáticas con leyes distintas en cada uno de los universos. De tal forma que habría que ir creando ecuaciones que se fueran adaptando a la estructura total del Multiverso.

Total, que en medio de toda esta complicación en la que una partícula se puede portar como tal o como una onda, de tal manera que cuando la observamos está quieta en forma de partícula, pero en cuanto apartamos la vista de ella empieza a ondular y se porta como una onda. En toda esta complicación en la que un rayo de luz compuesto de electrones, atravesando un cristal, refleja el foco en dos puntos diferentes, pero no porque unos electrones elija un destino y otros electrones elijan el otro; sino porque cuando llegan al punto de reflejo, los electrones se duplican y cada uno va a uno de los dos destinos. Pero, para complicar un poco más el asunto, no son dos electrones, sino el mismo que elige estar en dos sitios s la vez.

Verdaderamente estamos en pañales. No sabemos nada de nada de lo que nos rodea, y muchos listos se empeñan en dogmatizar. Ellos están satisfechos mintiendo o creyendo que lo que dicen es cierto. La humanidad tiene la extraña manía de considerarse en posesión de la verdad y constituirse en el centro del Universo. Al principio la Tierra era el centro matemático del Universo conocido, que era la Vía láctea. Luego se averiguó que el centro era el Sol, alrededor del cual giraban los planetas, entre ellos La Tierra. Por fin sabemos que el sistema solar no es centro de nada. Simplemente es un mínimo sistema que se encuentra en una de los brazos de nuestra galaxia, que es una de los millones que hay en el Universo. Nuestro gozo en un pozo. Y, encima, podemos tener duplicados en universos paralelos. Y una acción emprendida en éste y frustrada, puede completarse en otro universo paralelo. Me entra complejo de ignorante total con estas hipótesis de trabajo que no sabe nadie a dónde llegarán.

Al final lo mejor es no elucubrar y no discutir. Desde hace tiempo se ha inventado el sistema para no hacerlo: Vivir el momento totalmente. Sintiendo tu cuerpo, tu respiración, lo que oyes, lo que ves y lo que sientes en éste momento. Hacer todo lo posible por no vivir en el pensamiento y por no creer que somos nuestro pensamiento. Porque, en realidad, somos lo que pensamos y vivimos como pensamos. Es la única posibilidad de vivir feliz y romper el ego que vive en el pensamiento, que es un auténtico tirano en el que nos movemos, vivimos, sufrimos y lloramos. La única posibilidad es vivir constantemente el momento presente. Sin dejarte volar al pasado o al futuro donde vivimos sistemáticamente. Merece la pena el intento.

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