sábado, 24 de diciembre de 2011

REPARTID AMOR




Hoy vengo a deciros que cualquier cosa material que se reparte, merma inmediatamente el capital del repartidor. Es obvio, si yo tengo cuatro libros y reparto tres entre mis amigos, me quedo solamente con uno. Si tengo un millón de pesetas y reparto seiscientas mil entre mis parientes, me quedo sólo con cuatrocientas mil. Pero hay una cosa en el peculio de cualquier ser humano que no merma su reparto, ni su donación, el amor. Si tú das el amor que llevas dentro, muy lejos de mermar tu capital, se multiplica por mil. Si yo te doy mi amor, nunca decrece el que me resta, siempre se acrecienta, siempre se multiplica y aumenta y aumenta en cantidad y en calidad. Es como si el amor necesitase repartirse para refinarse en su calidad y aumentar su cantidad, hasta el punto de que es imprescindible darlo frecuentemente para que no estalle dentro del pecho.

Hay personas que temen dar su amor para no sentirse defraudados en sus expectativas. ¡Tantas veces se han sentido no correspondidos, que reservan su amor para sí mismos! Craso error, la verdadera expectativa de dar es, eso, dar. Y dar crea un estado de ánimo comparable con la felicidad en todos sus extremos. Es mucho más gratificante dar que recibir, ofrecer que ser receptor. La verdadera felicidad es amar a los demás…pero de forma incondicional: yo te amo y tú has con mi amor lo que quieras. Nunca te voy a exigir pago por ello, ni siquiera agradecimiento. Me conformo con dar y hacerte feliz.

¿Quiere esto decir que hay que amar a los enemigos o a aquellos que nos agravian, nos humillan o nos hieren? Nadie dijo semejante cosa. No estamos obligados a amarlos, pero tampoco a odiarlos. Es un matiz muy sutil que demarca con una línea muy precisa dos parcelas del mismo concepto: amor y odio; un extremo de un sentimiento y el opuesto.

No odiéis a los enemigos, pero no estáis obligados a amarlos. Apartarse de ellos para evitar la contaminación, pero no les hagáis mal, ni les critiquéis, ni les ofendáis voluntariamente. Simplemente volver la espalda y marchad en paz. Tampoco dijo nunca, nadie, que esto fuese fácil de hacer. Pero es la ley.

¡Feliz Nochebuena!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...