martes, 6 de julio de 2010

MI VIAJE A MADRID





Me temo que va a ser difícil que yo logre subir nada al blog en esta semana. Estoy en casa de mi hermana, no me he traído mi portátil, estoy utilizando el suyo. Es Apple y desconozco su tecnología. El tratamiento de textos es radicalmente distinto, y hasta para poner un acento hay que saber cómo. Estas razones van a ser suficientes para justificar un silencio hasta el próximo lunes.

Por otra parte me he percatado de que en los link de música que coloco al principio de cada artículo, me han metido publicidad no deseada por mí. Y como no sé cómo protestar, la única forma que se me ocurre  es dejar de incluir música, y es lo que voy a hacer, de momento, hasta que  aclare el entuerto.

Anoche cené en una pizzería con ella, aquí en Majadahonda. Se llama “El almacén de Pizzas”, y uno de sus alicientes, aparte de su género, es su ubicación. Domina el “bosque del Pilar” con sus pinos centenarios y su gran extensión de más de 24 hectáreas. Una auténtica maravilla. Además en su terraza, y por la parte inferior de sus enormes sombrilla, tiene un sistema de pulverización de agua fresca micronizada parecido al que hay en las pescaderías. Tienes complejo de ‘pescao’, pero refresca el ambiente de una manera excepcional. Siempre charlamos de cosas interesantes, y anoche no podía ser menos. Nos acompañó una amiga íntima que está en las mismas condiciones de soledad emocional que ella. Ambas suspiran por compartir su vida con un hombre. Vano intento de perder la libertad y comenzar, nuevamente con sevicias, fiscalizaciones y explicaciones.

Quieren sentirse amadas, necesitadas y mimadas por el hombre que las elija o que elijan. Esa es su única obsesión: compartir su vida con un hombre. Pero, más vale sola que mal acompañada. Y a ciertas edades, la relación pasa de ser pasional a interesada y conflictiva. El ansia de sentirse amada es ciencia ficción. A partir de los 20 años –y digo 20, pero podía, igualmente, decir 15 ó 12, no es necesario.  Durante la niñez, sí es vital el amor de la gente que te rodea; el amor estabiliza la psique del niño y madura su cerebro y su intelecto. A partir de cierta edad, ya no importante que te quieran. Puedes vivir perfectamente sin que la gente te ame. Lo que es imprescindible es amar a los demás. Amar desinteresadamente, lo que no quiere decir que estés obligado a aguantar malos tratos por aquello de “Si te dan una bofetada, presenta la otra mejilla a tu agresor”. Nadie te obliga a aguantar a un maltratador, pero nadie te autoriza a devolverle sus malos tratos. Y siempre es preferible vivir solo.

No pueden entender que no sea necesario sentirse amado, y menos que se pueda soportar convivir con una persona, amándola incondicionalmente, y sin ser correspondido. Se puede, doy fe de ello. Pero hay que plantearse la vida, por una vez, de manera diferente a cómo se concibe hasta ahora. Y, entre otras consideraciones, tampoco ha servido para mucho en estos varios miles de años de historia del ser humano en el planeta Tierra.

Permitirme que insista sobre una parte importante de este comentario. Y lo voy a hacer con una pregunta. ¿De verdad sabes lo que es el amor verdadero? ¿Alguna vez lo has sentido? ¿Te has planteado lo que significa  ‘amor incondicional’? Mucho me temo que nadie sabe si se ha casado por amor, por rutina, por aburrimiento, por conveniencia, o pensando que sería capaz de cambiar a la persona amada. En cualquier caso, nadie. Perdón. Casi nadie se ha casado por amor incondicional, y luego surgen los problemas de intolerancia, desencanto, apatía y, por último odio intenso y ruptura traumática.

En una  entrega anterior, he hablado de la rutina; de hacer las cosas siempre de la misma manera  sistemática que siempre. Y eso es lo que hay que cambiar. Por una vez comamos un día con la mano izquierda. A lo mejor valoramos, a partir de ese momento, lo bien que se come con la derecha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...