En cierta ocasión leí un artículo en el que, el autor, agradecía los e-mail que recibía. Cada mañana abría su bandeja de entrada con la esperanza de encontrar a la gente que se acordaba de él, materializados en sus envíos. Lo agradecía tanto, que el hecho de encender el ordenador cada mañana para leer lo que le enviaban, le había hecho adictivo. Llegó un momento en que dormía abriendo correos y leyendo misivas. Hacía entender a sus comunicantes –muchas veces desconocidos- el bien que hacían a gente que, como él, solamente tenía esa ventana de ordenador a través de la cual podía ver el mundo que había más allá de sus paredes. Y ellos le hacían viajar y soñar, y reír y llorar. En una palabra, le hacían “vivir”.
Una seguidora de mi blog me confiesa que cada mañana abre el ordenador con la esperanza de leer mi artículo diario. Y que cuando me retraso, se enfada y se pregunta qué puñetas pasa conmigo que casi tengo la obligación de suministrarle la dosis diaria de optimismo, filosofía y pasión. Y no me extraña lo más mínimo, ni la culpo en absoluta. Lo comprendo y lo comparto. No sólo eso, asumo también la responsabilidad de cumplir con los cientos de visitantes que cada mañana hacen lo mismo, visitar mi blog para ver si ese loco de médico extraño y demente, ha escrito algo para mí.
Confieso que a mí me pasa lo mismo. También enciendo el ordenador, todos los días muy temprano, para ver los comunicados de mis amigos. Y si un día me fallan, tengo que retomar el momento para no pensar en los posibles motivos de su ausencia.
Ahora me he hecho internacional. Me comunico con Celeste, que vive en Argentina, y que, aparte de ser una mujer culta y muy interesante, amplía mis posibilidades en muchos aspectos. Cada vez que recibo un comunicado suyo, para mí es una fuente de inspiración, como lo son muchos de mis amigos de quienes sé, o me imagino, sus problemas, sus cuitas, sus alegrías y sus penas. Celeste tiene dos blog en los que vierte su enorme sensibilidad y sabiduría. Tengo referenciado uno de ellos en el mío: El Arca de las Palabras. Y dentro de ese, podéis entrar en Alma de Diamante, que es una verdadera preciosidad.
Seguro que algún amigo de España se va a poner celoso. Pero otro día pondré pistas sobre sus blogs de una manera explícita, aunque de algunos de ellos ya he puesto links en el mío.
(Óleos de Josep Baqué)
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