jueves, 14 de abril de 2011

APEGOS




¡Ahí es nada, la pomada! Reparad en que Al di y Jhon pulsan las cuerdas con pua; Paco con sus dedos, cosa que entraña mucha más dificultad.


Todavía tengo dificultades idiomáticas. Es curioso pero nunca dejas de aprender cosas nuevas del idioma castellano, con sus mil acepciones y sus mil matices. Y no hablo de palabras de escasa utilización sólo empleadas por escritores consumados, como ‘delicuescente’ (Dicho principalmente de una costumbre o de un estilo literario o artístico: Inconsistente, sin vigor, decadente. 2. adj. Quím. Que tiene la propiedad de atraer la humedad del aire y disolverse lentamente), pongo por caso, sino de una mucho más común: “apego”. La he empleado muchas veces cuando me refiero a las enseñanzas de Buda, cuando se refiere a la causa del dolor en el mundo y dice: «La causa del dolor en el mundo son los deseos; eliminamos los deseos y desaparece el dolor». Alguien reparó en la imposibilidad de eliminar los deseos, que constantemente nos hacen crecer y movernos en todas direcciones, con el cuerpo y con el pensamiento, y cambió la palabra ‘deseo’ por la más adecuada ‘apego’. Y ¿qué es el apego? Es el deseo sin el cual yo no puedo ser feliz. Todo esto es fácilmente comprensible: Eliminas el apego y eliminas el deseo. Veamos el significado de la palabra ‘apego’: Afición o inclinación hacia alguien o algo. Parece que está bien claro. Yo así lo creo. Pero El apego, concepto que debemos a la etología (Estudio científico del carácter y modos de comportamiento del hombre), se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección. No se trata de un sentimiento inmaterial, sino de conductas observables que comienzan de manera refleja. John Bowlby (1907-1990 fue el primer psicólogo en desarrollar una "Teoría del apego".




Al parecer la Psicología se ha adueñado de la palabra y la ha definido exclusivamente para el contacto íntimo que se establece entre madre e hijo, y que desaparece a lo largo de la vida. Yo la he empleado coloquialmente y quiero creer que mucha gente también, sacándola de su encierro psicológico. Pero durante una explicación de mis teorías a una psicóloga clínica, me sacó de mi error, aclarándome el concepto que figuraba en los tratados de psicología. La verdad es que me dejó chocado y recurrí a la sinceridad para salir del paso, preguntándola qué palabra utilizaría ella. Después de unos momentos de duda, escogió la palabra ‘vínculo’ como la adecuada. Vínculo, según la RAE es ‘La unión o atadura de una persona o cosa con otra. U. m. en sent. fig.. Parece que la palabra ‘atadura’ corresponde más al sentido del hecho de sufrir por los deseos sin los cuales yo no puedo ser feliz. Diferencias semánticas y de utilización que, a veces, te juegan malas pasadas.

Sin embargo ‘Vínculo’ se emplea más en el lenguaje coloquial para definir la unión imperecedera, que dura lo que dura la vida. Se refiere al matrimonio; y dentro de él al eclesiástico. Nada que ver con el deseo sin el cual yo no puedo ser feliz, que se puede disolver en el momento en el que comprendamos que si fundamos nuestra felicidad en una persona o en un objeto, desaparecido el sostén de esta, caerá eternamente privándonos perpetuamente del gozo y del placer. Me quedo definitivamente con ‘apego’. Tengo un cierto apego por la palabra ‘apego’. Pero si no me hace feliz, tendré que cambiarla por ‘vínculo’. De momento no es el caso.

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