viernes, 29 de junio de 2012

LAS OFENSAS EN BARBECHO




Es verdaderamente complicado, pero hasta que no lleguemos a dominarlos, hasta que no lleguemos a sentirlos en todas las células de nuestro cuerpo, no podremos decir que hemos conseguido nada en esta vida. Son los conceptos que nos revolucionan el cuerpo sólo con oírlos, que nos desasosiegan y nos ponen de mal talante. Son los conceptos que nos ayudan a ser felices.

Con el primero de ellos: “Hemos de vivir el momento presente sin ocuparnos en absoluto del pasado  –el pasado ya pasó, no me puede afectar–, y mucho menos el futuro. Vivir el momento con intensidad, no dejar que vuele el pensamiento a ningún otro lugar que en el que estamos trabajando, viviendo, gozando o sufriendo” todo el mundo está de acuerdo, y cuando lo verbalizas, los asentimientos con la cabeza son profundos y los: “Es verdad”, siempre están presentes. Pero lo verdaderamente duro es conservar el momento presente.

Con el segundo: “El género humano sufre porque los que le rodean no se atienen a su voluntad: No dicen, hacen o piensan lo que ellos quieren”, se comulga menos. En un primer momento la gente arruga el morro y hace como que no entienden. Sólo después de aclararles el concepto varias veces llegan a la conclusión de que es así como la gente siente.

Con el tercero: “Existe una notable diferencia entre ‘Daño’ y ‘Ofensa’. En el daño no participamos: Andamos despreocupadamente por la calle, viene un ciclista por detrás y nos arrolla produciéndonos lesiones de poca entidad. Esto es un ‘Daño’ en el que nadie participa. En la ‘Ofensa’ tú participas en un 50% porque te das por ofendido”. Y, como reza el dicho popular: “No ofende quien quiere, sino quien puede”. Y todo depende de a quién vaya dirigida la ofensa. Yo rifo la ofensa y unos se dan por ofendidos y otros no. Y se da por ofendido el que menos debía de caer, por sus características, en la trampa de la ofensa.

Los juzgados de todo el mundo están colapsados con juicios de faltas por ‘ofensas’. Y lo más cómodo, lo sensato y lo práctico es no darse nunca  por ofendido. Las palabras son aire y se van al aire. ¿Qué quieres tener razón? ¿Salirte con la tuya? ¿Demostrar que la ofensa que te han dirigido no es cierta? Son bobadas. No compres las ofensas. Al que quiera ofenderte no le des el privilegio de darte por ofendido. Y bajo ningún concepto le devuelvas la ofensa, porque entonces comenzaría la batalla.

Considera la categoría del que te quiere ofender ¿Es alguien al que tienes en gran estima, al que debes algo importante, que te cuida y que quiere sólo el bien para ti? Entonces, no te des por ofendido, pero pregúntale por qué te quiere ofender; posiblemente saques consecuencias positivas de su respuesta. Si es, por el contrario, un desgarra mantas, un sandio, o un bobo, no consideres su ofensa.
LU4E

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