domingo, 23 de mayo de 2010

EL GRAN TEATRO DEL MUNDO



Cada uno elige sus circunstancias, su entorno, su medio de vida y sus anécdotas. Todo el mundo, de una forma u otra, se queja, reniega y cuenta sus cuitas a los cuatro vientos. Cada quidam se afana por protestar, despotricar y lanzar dicterios a través de cualquier medio, escrito o hablado. Yo mismo, de vez en cuando, tengo la compulsión heredada, de meterme con los personajes que no me gustan y que creo que yo no me he fabricado. Craso error de principiante.





¿Qué pensarías si alguien te asegurase fehacientemente que eres tú, y solamente tú el que has elegido tus circunstancias, tu medio de vida y tu físico como forma de aprendizaje? ¿Cómo te quedarías si te proporcionaran la convicción de que estás viviendo tu propia película, y que, cada episodio, cada plano, responde a unos ensayos previos y a un guión perfectamente estructurado? ¿Y qué dirías si supieras que el guionista eres tú mismo? ¡Horror y desesperación! ¿Pero, qué me estás contando? ¡Yo alucino contigo, chico! ¿Pero cómo voy a escribir yo este papelón de novela romántica venida a menos, o este drama en tres actos, o esta comedia neorrealista? ¿Tú te crees que yo soy tonto? ¡Vamos, me pego patadas en el culo corriendo para huir de mi guión, chaval! ¡Que eres un ignorante!
Sí, pero, digas lo que digas, aunque te pongas haciendo el pino, aunque te desgarres las vestiduras y te meses los cabellos, eres tú el que has pactado todos tus gags y todos tus dramas. Tú eres el que entras en escena y tus papeles son los que tú has escrito previamente, con pelos y señales, puntos y comas. Es lo que hay ¿Qué quieres que te diga? Muy poco fácil de entender, pero es lo que hay.





Crees que controlas. Es más, intentas controlar en cada momento, pero tú no controlas nada. Tu experiencia te lleva donde quiere, sin oportunidad de oponerte. O, por mucho que pienses que te resistes, al final vas a llegar a vivir lo que tú querías. Y luego, por supuesto, te vas a quejar. Eres un quejumbroso. Tú frase favorita es : “Lo tuyo es una exageración; lo mío es insoportable!. Hay quién no aprende nunca y se cree que tiene mala suerte, o mala leche, o mal destino, o que le ha mirado un tuerto o que les han echado ‘mal de ojo’. Bueno, si eso les consuela…Pero tú no seas tonto y no te lo creas. Hasta a la ‘santera’ la creaste tú con tu afán de superación personal y tus ansias de conocimientos.




Déjate fluir, majete. No te resistas. Ya lo dice el Zen: Déjate doblegar como el junco ante la tempestad. Si te resistes te quebrará el vendaval. Entiéndeme, esto no quiere decir que te acuestes a dormir y no des ni golpe. Luego no te justifiques: Es que fulano me dijo… No seas cachondo. Yo no he dicho que te rasques la barriga, indolentemente, desde la mañana a la noche ¡Total, como todo va a pasar, quiera o no quiera…! Mira, has interpretado mal mi intención. Lo importante no es la meta, lo importante es el camino. Lo importante no es el camino, lo importante es cómo hagas el camino. De manera que, a la meta vas a llegar, te pongas cómo te pongas, pero habrás hecho un camino espléndido y relajado, o te habrás tropezado con cada piedra del sendero. Habrás estado alegre y confiado, o cabreado y alerta constante. Llegarás con multitud de amigos o con un zurrón de enemigos. Así que, levántate, mira al cielo y da gracias a Dios por lo que tienes y por lo que no tienes, y emprende el nuevo día abriendo el corazón a tus circunstancias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...