miércoles, 25 de enero de 2012

ELECCIÓN





Es un placer recibir saludos y comunicados a través de los e-mails. No hablo de la propaganda, me refiero a los amigos que te tienen presente y te manda amor junto con una presentación PP, o un pensamiento, o un cariñoso recuerdo. Los que tenemos Internet como un complemento de nuestra actividad, sabemos lo adictivo que puede ser colgarte a los correos y decepcionarte cuando no llegan, o cuando no recibes los que tú querrías recibir. Esperas contestaciones y, cuando no llegan, te sientes mal, como en cierto modo despreciado, como si la persona que te tiene que contestar no tuviese otra cosa que hacer.

Cuando escribo un artículo en mi blogg, albergo la esperanza de recibir comentarios, aunque sean negativos; los acepto de igual manera porque demuestran que, en un sentido u otro, lo que yo he escrito no les ha dejado indiferentes. Es como un diálogo, un contraste de pensamientos y de pareceres, que a veces es imposible mantener en persona.

Recibes cosas que te hacen recordar conceptos que han sido tuyos en un tiempo, pero que, por las circunstancias de la vida, has olvidado para engancharte en otros más modernos. A lo mejor no son mejores, pero son los últimos. Uno de ellos ha sido una presentación PP que habla de la decisión del ser humano. En él aparece un personaje sublime llamado Pepe, que se dedica a elegir, desde que se levanta, cosas positivas. Elige estar de buen humor en vez de estar enfadado; elige ser víctima de las situaciones negativas que se presentan o aprender de ellas. Cuando alguien le cuenta un problema, elige compadecerle o señalarle en lado positivo del problema.

Todo es acerca de elecciones. Cuando das la cara a un problema y quitas todo lo que le rodea, al final te queda sólo una elección: Encararlo positiva o negativamente; aprender de ello o hacerte la víctima, llorar y buscar cómplices. En suma, tú decides vivir la vida felizmente, a pesar de las circunstancias, o ser un desgraciado doliente y quejumbroso.

Cuando te duele o tienes un malestar orgánico, existe en el hecho un factor importante que agrava el proceso, el sentimiento de enfermedad, la incertidumbre de si será grave, y el deseo de que se disipe cuanto antes. La elección debe ser, en cualquier caso conservar la calma y estar en lo que se celebra. Como veis me ha encantado la frase: “Estar en lo que se celebra”. Es una chusca manera de decir que se debe estar constantemente en la tarea del momento, sin pensar en otra cosa. Es decir, estar en lo que se celebra. Vivir intensamente el momento. Carpe diem, o cualquiera otra frase que declare taxativamente la imperiosa necesidad de vivir el momento.

Y esto es la panacea. Todos los que hemos prestado algún servicio en hospitales, sabemos la importancia decisiva del estado de ánimo del paciente ante su problema. Pero no hacemos nada por remediarlo. No se nos ocurre acudir a la habitación del paciente con intención de estar un rato, no de visita, sino de charla. No con cara de médico, sino con el rostro sonriente y positivo. Al final todo son elecciones. Elijo dar un servicio al prójimo o hacer las cosas que me obligan sin pensar en el factor humano.

Elige en cualquier momento estar feliz y positivo. Redunda en beneficio tuyo y de todo el que te rodea. En este momento decido amarte con la fuerza del Universo.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Cristo era –perdón– la hostia. Anteponer la felicidad del prójimo a la nuestra es la ley, pero ten en cuenta que, de momento, estamos en el suelo. Cuando ocupemos otros niveles quizá podremos despreciar nuestra felicidad. Hay otro factor que hay que tener en cuenta, Dios quiere que seamos felices y está en nosotros serlo. Si el amor de dos personas no puede subsistir hay que hacerlo todo, si es verdadero amor, luchar, sacrificarse y no cejar en el empeño, y al mismo tiempo dejar que llueva porque el sol siempre sale.

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