lunes, 23 de enero de 2012

PERIQUITOS, AGAPORNIS, LORIS, LORITOS, ETC.





Traigo una historia fresca y sorprendente del viaje a Madrid de este último fin de semana. Mi hermana está empeñada en llenar unas enormes pajareras con toda clase de aves de la familia de los periquitos, loris, loritos, ninfas, etc. Con esa idea ha ido comprando periquitos, inseparables, rosellas, ninfas, arco iris, y los ha ido agrupando en dos enormes jaulas con todo tipo de comodidades y juegos para las aves.

No sé si habéis tenido pájaros de este tipo en casa. Yo sí, y os puedo decir que son difícilmente soportables. Uno las contempla, ve sus juegos, sus arrumacos y evoluciones y se queda fascinado, pero tienen una parte harto desagradable que son sus chillidos, chirridos, silbidos y toda otra una serie de sonidos que a veces se hacen insoportables y se acaba tapándoles con una tela o desprendiéndose de ellos. Y esto es una historia de los simples periquitos.

No sabéis lo molesto que pueden ser convivir en un salón con cuarenta loritos, cada cual de su padre y de su puñetera madre, todos chillando a la vez sin descanso. Sobre todo hay una pareja de arco iris, que son simpáticos, atractivos e hipnóticos. Te acercas y van rápidamente a morderte los dedos. Entras en la jaula a limpiar y ya tienes a uno mordiéndote el pelo o haciéndote cosquillas en la espalda o en las orejas. Pero cuando chillan, chillan de una manera que no se puede mantener una conversación en el salón, ni se puede ver la televisión, ni nada de nada.

Mi hermana, absolutamente lega en la metería, ha acudido a unos expertos para intentar conocer algunos aspectos importantes relacionados con este tipo de aves. La dicen, como primera providencia, que hay especies que son incompatibles y si se mezclan se estresan, se enferman y pueden morir. Ella ha mezclado, por desconocimiento, especies incompatibles con el resultado que no esperaba.

Pero lo bueno es que estos expertos se dedican a criar aves socializadas. Los indios mesoamericanos, socializaban algunas especies de aves para que actuaran como mascotas, vigilantes y avisadores de amenazas. De ellas extraían las plumas que empleaban en sus tocados y con las que hacían ceremonias.

El método que empleaban para socializar a las aves era que una vez que eclosionaban los pollitos le pedían permiso a la madre para ‘papillarlos’. Obtenido el beneplácito, alimentaban a los pollos tantas veces como lo hacía la madre en condiciones naturales y convivían constantemente con ellos de forma que las aves no extrañaban a los humanos y actuaban de la manera que antes he comentado.

Ellos hacen igual y transforman a las aves, habitualmente recelosas, en cariñosas mascotas. Dicen, además, que los loros son más inteligentes que los perros, más cariñosos y más serviciales. Naturalmente mi hermana se quedó prendada de una cacatúa socializada, que desde que entró en la tienda la adoptó como su protectora y amiga. No sé si en vez de arreglar el problema de las estridencias de los loros, habrá aumentado el problema…De momento no sabe cómo se portan las cacatúas cuando se cabrean.

Por cierto, la palabra agapornis (inseparables), viene de las raíces griegas ágape (amor) y ornis (pájaro)

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