sábado, 7 de abril de 2012

ECLECTICISMO




ECLECTICISMO
(De ecléctico).

1. m. Modo de juzgar u obrar que adopta una postura intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas.
2. m. Escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas.

No existe una Iglesia, una filosofía, una doctrina, un proceder humano, que esté concebido para toda la humanidad en bloque. Todas tienen sus improntas, sus determinantes, sus libros Sagrados, sus partes iluminadas, sus partes oscuras y sus partes incomprensibles y para las que hay que poner en marcha una fe rotunda e incontrovertible.
Este concepto se extiende incluso a las técnicas. Los procedimientos, las maneras de hacer las cosas para su mejor elaboración y aprovechamiento, se han concebido según el arte del que las inventó, pero esto no quiere decir que no haya otras mil maneras de hacer las cosas, más rápidas y mejor, son una forma más o menos práctica de llevar a cabo una acción.

Cada ser humano tiene un cerebro que, en un principio, es una central de datos y un puesto de mando desde el que se rige el funcionamiento orgánico, mediante un programa definido por la experiencia, por la manera de pensar y por el nivel de lo aprendido. Pero el funcionamiento del cerebro, y por tanto de todos los órganos, está determinado por el programa con el que opera esta central de datos: el pensamiento, que es la consecuencia de la existencia de la mente. La secuencia es lógica, cada individuo tiene una mente y por tanto una manera de pensamiento diferente, con lo que es fácil deducir que cada ser humano tendrá una capacidad de razonamiento, unas veces lógico y otras extraviado.
Cada entidad biológica acepta las cosas de una manera diferente y cada uno archiva en su cerebro las ideas que ha ido adoptando, proporcionadas por su cultura, su educación, su entorno y su experiencia. Pero esta aceptación de las cosas, podría variar si el cerebro de esa entidad biológica captara unas ideas diferentes, unas técnicas distintas, una doctrina diversa, venida de una filosofía o de una religión extraña a su cuna. Y cada persona archivaría aquello que más le complace, o que está más acorde con sus especiales vibraciones.

¿Existe una religión, una filosofía, una manera de pensar, un grupo de técnicas universales, que sean únicas, singulares, sin parangón, y que nunca puedan ser reemplazadas por otras?. No. Categóricamente no existen, como no existe un individuo igual a otro, con ambas  mentes clónicas, exactas y con los mismos circuitos neuronales.
¿Qué quiere decir esta reflexión? Que la mejor manera de pensar, la mejor filosofía, la mejor religión, las mejores técnicas son las que nacen del eclecticismo, de esa escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas. Yo soy sincretista y ecléctico y me he convencido, a lo largo de los muchos años de mi existencia, de que es la mejor filosofía. Cuando voy a un templo cristiano me santiguo y alabo al de dos cristianos. Cuando voy a un templo hindú, respeto sus ritos y alabo al Dios de los hindúes. Cuando voy a una mezquita me descalzo y me postro para adorar al Dios de los Mahometanos. Respeto cualquier creencia porque de cada una tengo algo que me ayuda. Y sus respectivos dioses se concentran en Uno: El Dios único y verdadero con diferentes trajes.

LU4E.


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