miércoles, 11 de abril de 2012

SAWABONA




–Sobre estar solo–.

(Flavio Gikovate, médico terapeuta)

No es sólo el avance tecnológico lo que marcó el inicio de este milenio, las relaciones afectivas también están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto del amor. Lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos que corren, en la que exista individualidad, respeto, alegría y placer por estar juntos, no una relación de dependencia, en la que uno responsabiliza al otro de su bienestar.
La idea de que alguien sea el remedio de nuestra felicidad nació con el romanticismo y está llamada a desaparecer en este inicio de siglo. El amor romántico nace de la premisa de que somos una parte y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos.

Muchas veces ocurre hasta un proceso de despersonalización que, históricamente, ha alcanzado en mayor medida a la mujer. Ella abandona sus características para amalgamarse al proyecto masculino. La teoría del amor entre opuestos también viene de esta raíz; el otro tiene que saber hacer lo que yo no sé. Si soy manso, ella debe ser agresiva, y así con todo lo demás. Una idea práctica de supervivencia pero poco romántica para más señas.
La palabra de orden para este siglo es asociación. Estamos cambiando el amor de necesidad, por el amor de deseo. Me gustas y deseo tu compañía, pero no la necesito, lo que es muy diferente. En el avance tecnológico, que exige más tiempo individual, las personas están perdiendo el miedo a la soledad, y aprendiendo a vivir mejor consigo mismas. Están empezando a darse cuenta de que se sienten parte, pero son enteras en sí mismas. El otro, con el que se establece un vínculo, también se siente una parte, no es el príncipe o el salvador de nadie, es solamente un compañero en el camino.

El hombre es un animal que va cambiando el mundo y después tiene que ir reciclándose para adaptarse a los cambios que ha producido en el mundo que fabricó. Entramos en la era de la individualidad, que no tiene nada que ver con el egoísmo. El egoísta no tiene energía propia, se nutre de la energía de los demás, ya sea financiera o moral. La nueva forma de amor, o más amor, tiene un nuevo aspecto y significado. Apunta a la aproximación de dos enteros y no a la unión de dos mitades, y ello sólo es posible para aquellos que consiguieron trabajar su individualidad. Cuanto más sea capaz el individuo de vivir solo, más preparado estará para una buena relación afectiva.
La soledad es buena, estar solo no es vergonzoso, al contrario, da dignidad a la persona.  La buenas relaciones afectivas, son muy parecidas a estar solo, nadie exige nada a nadie y ambos crecen. Las Relaciones de dominación y de concesiones exageradas son cosas del siglo pasado. Cada cerebro es único. Nuestro modo de pensar y de actuar no sirve de referencia para evaluar a nadie. Muchas veces pensamos que el otro es nuestra alma gemela y en verdad lo que hacemos es inventarlo a nuestro gusto. Todas las personas deberían estar solas de vez en cuando, para establecer un diálogo interno y descubrir su fuerza personal. En la soledad el individuo entiende que la armonía y la paz de espíritu sólo se pueden encontrar dentro de uno mismo, y no a partir de los demás. Al percibir esto, el individuo se vuelve menos crítico y  más comprensivo con las diferencias, respetando la forma de ser de cada uno. El amor de dos personas enteras es el bien más preciado. En este tipo de unión está el abrigo, el placer de la compañía y el respeto por el ser amado.

No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces hay que aprender a perdonarse a sí mismo…
PD. Si tienes curiosidad por saber el significado de SAWABONA, se trata de un saludo utilizado en el sur de África y significa:

«TE RESPETO, TE VALORO Y ERES IMPORTANTE PARA MÍ»

Como respuesta las personas contestan:

«ENTONCES, EXISTO PARA TI»
LU4E

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...