martes, 22 de diciembre de 2009

DESPUÉS DE LA TEMPESTAD

No me guía la envidia, ni la rivalidad, ni el forofismo. Hubiera preferido que el Barcelona club de futbol fuese un club español como el Sevilla o el Valencia; con una ausencia total de nacionalismo, con amor a España. Entonces quizá hubiera gozado de sus triunfos, como si los hubiera conseguido el Real Madrid.

No es bueno el endiosamiento. No es conveniente estar en la cima sin madurez y sin la humildad de los grandes. A eso me refería en mi comunicado anterior sobre el mundialito. El Barcelona club de futbol ha accedido a los seis títulos que ostenta, después de una serie de vicisitudes, casualidades y causalidades muy interesantes, y, sobre todo, aupado, mantenido y recreado por una afición que, no sólo adora al Barcelona club de futbol como a sus madres o como a un dios menor, sino que odia, con los cinco sentidos, a todo lo que no sea catalán y catalanista, fundamentalmente al representante del centralismo inventado por estos dementes que quieren hoy prohibir las corridas de toros en Cataluña, y mañana, como dije, se separarán de España fabricando un muro, ya no de la vergüenza, del sonrojo humano.

A partir de este momento, no sólo Messi será para ellos el más grande de todos los tiempos, sino que erigirán monumentos, esculpirán estatuas y construirán grandes edificios conmemorativos del año en que el Barcelona Club de Futbol consiguió –de una manera u otra- seis títulos (todos los posibles, ya no hay más), y que su ídolo mediático Leo Messi –le compadezco con todo mi ser- ganó el balón de oro y se le consideró como el mejor jugador de futbol de todos los tiempos, y al Barcelona Futbol Club, como el mejor club de futbol de la galaxia desde los tiempos de los egípcios.

¿Cómo acabará la cosa? Ya no hay rival, ni oponentes, ni títulos conseguidos por el Osasuna, por el Valladolid o por el Recre. Sólo existe en el panorama deportivo el Barcelona Futbol Club y sus seis títulos en un año. El Real Madrid será siempre un aspirante a igualar los triunfos del Barcelona Club de Futbol, y la afición, ahora más que nunca, dirá de los socios y simpatizantes del Real Madrid Club de Futbol que son patéticos y que les tienen envidia.

Pero en este mundo, la rueda de la fortuna gira para todos por igual. Y el que en una vuelta está arriba, en la siguiente puede estar abajo. Son las experiencias que necesita el ser humano para aprender. Y sólo se puede contemplar esta situación bajo el punto de vista de la experiencia: Para el Barcelona Club de Futbol, para el Real Madrid Club de Futbol, para las respectivas aficiones, para los jugadores, para los entrenadores, para los directivos, y para las madres de todos nosotros –incluídas las de los políticos que nos quieren meter en un pozo sin fondo- .

Mientras tanto, si el Real Madrid gana, yo estaré feliz; y si pierde, yo estaré feliz. Si el Barcelona gana, yo estaré feliz porque es un club de futbol de España; y si pierde, yo estaré feliz de igual manera.

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