jueves, 18 de febrero de 2010

LA VIDA EN ZEN

Tengo multitud de amigos que me envían correos a diario. Como hace algunos años que nadie manda cartas por correo, con su sobre y su sello, más que los bancos y algún que otro acreedor, supongo que habréis entendido que se trata de correos electrónicos. Me trago cada bazofia de categoría, pero incluso así agradezco que se acuerden de mí. Algunos, sin embargo,  son muy buenos, y un par de ellos al mes merece la pena darlos a conocer y difundirlos para deleite del mayor número de personas posibles. He aquí uno de esos con categoría de excelentes. No puedo mandaros el soporte de las fotografías que los sostienen, pero lo ilustraré con otras ad hoc.

-        Los maestro pueden abrir la puerta, más sólo tú puedes entrar en el misterio.





-          Ten un proyecto de vida, pero estate abierto para percibir las señales del camino. Se flexible como las ramas de los árboles azotadas por el viento, así nadie podrá quebrarte.




-         Enciende un incienso. Él marcará el tiempo de tu meditación o cualquier actividad, y purificará el ambiente. Además, según los monjes budistas-zen, el humo proporciona bienestar a todos los seres, y eleva nuestro espíritu.


-         Ten a tu alcance un caja de arena con algunas piedras, y modifica a diario su disposición y el trazado de los surcos. Mover el jardín zen es una forma de aquietar la mente y constituye una metáfora de la vida: Todo está cambiando constantemente, un día es diferente a otro y tú puedes crear tu presente.


-         Cuando estés en una situación de conflicto en tu trabajo, o recibas una provocación, no reacciones de inmediato. Respira y presta atención, pues siempre existe una manera de resolver las cuestiones de una forma pacífica, con respeto, amorosamente. En caso contrario, entras en una sintonía de acciones y pensamientos negativos, dañinos para los demás y para ti mismo.


-         En el tráfico mantente  atento y gentil con los otros conductores. Cumple con la distancia y cede el paso. Si te alteran los atascos ten a mano música tranquila y algunos dulces. Eso te bajará la ansiedad y suavizarán tu enojo y tu impaciencia.


-         Simplemente sé lo que eres. Acepta tu cuerpo y tus pensamientos.


-           Acuérdate de mirar al cielo. Eso expande los límites de tu conciencia, y te recuerda que eres una pequeña parte del inmenso Universo, que está siempre en movimiento.



-        Al hablar utiliza palabras de cariño y respeto, pues estás delante de otro ser humano, sea quien fuere.
-     

    -   Reserva algún tiempo durante el que no hagas prácticamente nada. No pienses, no contemples, no desees cambios.
-      


-          En cada gesto cotidiano puedes descubrir nuevos placeres. Saborea el agua y cada alimento como un bien precioso, una fuente de energía vital. Y cuando estés comiendo o cocinando, no desperdicies nada.


-        Comienza el día sentándote con la columna recta en un asiento. Estate atento a tu respiración, a los latidos de tu corazón, a tus tensiones, a tus pensamientos. Quédate así durante algunos minutos, después respira hondo y sal al mundo dispuesto a aceptar el día como venga, como si fuera el primero de tu vida.


-         Vive el momento presente. El pasado ya se fue y el futuro aún no existe. El aquí y ahora es la única realidad que tienes.


-         Tu respiración tiene la virtud de cambiar rápidamente tu estado de ánimo. En situaciones de estrés, ansiedad, enfado, tristeza, calma tu respiración, respira hondo y profundo tres veces y ten en cuenta que todas las situaciones son pasajeras, que todo está en constante transformación y que, esa situación que tienes, también pasará.




-         Presta atención a todo lo que hagas y vive las acciones y comportamientos repetitivos como una nueva oportunidad de percibir la vida con más cuidado y amor.


¡Que Dios te bendiga en todos los momentos de tu vida!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...