miércoles, 3 de febrero de 2010

MI LIBRO 'LA SERPIENTE DE FUEGO'

Hacer una cosa por primera vez y no tener la más mínima idea de cómo se hace, tiene su aquel. Lo primero que te preguntas es cómo lo hacen los demás, pero no siempre alcanzas la respuesta. O no tienes fuentes de información válidas o no sabes a quién recurrir para que te asesore. Primero lo hago, y una vez hecho, ya veremos por dónde sale el sol.

Me refiero a editar un libro. La génesis: Primero hay que tener algo que contar, después tiene que existir la mínima disposición de ánimo para emprender la tarea. Una vez hechas las ganas…Un amigo me refería un día en que le entraron unas ganas irreprimibles de ponerse a trabajar, hasta el punto de que tuvo que sentarse un rato para ver si se le pasaban. …hay que ponerse a la tarea sin esperar pacientemente a que se pasen. Si al primer folio llegas a la conclusión de que no te ha llamado Dios por esas callejuelas, y no tienes un negro que ponga algo de estilo y coherencia en el escrito, más vale que no vuelvas a tener la veleidad literaria. Si, por el contrario, entiendes lo que has escrito y además te gusta, sigue escribiendo, aunque sólo sea para tu satisfacción –bien es sabido que el 98% de los escritores, lo hacen para su propia satisfacción, sin esperar recompensa económica, que si viene, ¡la hecatombe!-.

Siempre he tenido debilidad por la búsqueda de la Verdad, así con mayúsculas. Aquella de la que habló Jesús de Nazaret cuando se expresó en estos términos: “Conoced la verdad y ella os hará libres”. Yo quería ser libre y, por lo tanto, para ello debía de conocer la verdad. Pero la verdad es esquiva y tiene tantas caras como intelectos hay en el planeta. Cada personaje tiene su verdad; yo quería tener la mía, pequeñita, contingente, cicatera, pero la mía. Largo es el camino que hay que recorrer para llegar a vislumbrarla de lejos. Yo inicié ese camino un buen día, y no paré de hacer cursos y de convivir con personajes de ciencia ficción, que me fueron aleccionando, cada uno a su manera, pero todos con un denominador común: Vivir el momento. Tanto agradecí a mis maestros el poso que dejaron en mí, que decidí crear un curso en el que poder contar a los alumnos todo aquello que yo había aprendido y que me había servido para mejorar mi calidad de vida y la de mis pacientes. Y como me pareció poca la difusión que podía conseguir con el curso de presencia física, me decidí a plasmarlo en un libo, en el que, a la vez, homenajeara a todos aquellos que me habían enseñado una frase, una técnica, una filosofía, un tic, un mudra, un mantra. Así comenzó la gestación del proyecto, y felizmente alumbró un par de años más tarde en La Serpiente de Fuego; el libro de auto ayuda por excelencia. Un libro que a unos les gustará y a otros no, pero a nadie dejará indiferente.

Una vez acabada la obra y después de repasarla, retocarla y sobarla hasta la extenuación, uno se pregunta qué hacer con ella. La voz de la calle, los amigos, los conocidos, la familia, saben –y si no da igual- que mandar una obra a una editorial, a no ser que seas conocido, autor de prestigio, o apadrinado por los responsables de la empresa, es perder el tiempo y el ejemplar manuscrito, fotocopiado del original, que te ha costado trabajo y dinero. Hablando con el director de una editorial de provincias, salió la conversación de los autores nobeles que mandaban sus originales, con intención de que los leyeran y se los publicaran. Él recibía aproximadamente cincuenta manuscritos al día. Se comprende que estas empresas tengan un departamento de 'ayudante de edición', en el que se lleve a cabo el despistaje y ojeo de aquellas obras de interés. Para leer 50 obras al día, hacen falta muchos empleados y, aún así, hay que fiarse del criterio del que las lee, de su humor del momento y de su capacidad de juicio. Y si esto pasa en una provincia de 120.000 habitantes, no quiero ni pensar lo que será un gran editorial de ámbito nacional.

La Diputación provincial me había publicado, hacia un año escaso, una obra sorprendente para un especialista médico como yo: Glosario de términos culinarios. Esto me parecía un dato positivo: el público ya sabía que yo escribía, y que no lo hacía mal, a juzgar por el éxito de ventas, pero ¿a quién recurrir? ¿con quién contar? Después de unos momentos de vacilación recurrí a la única persona que había contribuido a la publicación del primer libro, el Jefe de Servicio de Cultura de la Diputación. Muy amablemente me condujo por el camino de la subvención. Me convenció, la solicité por escrito, aporté todos los documentos oportunos y un ejemplar del libro, y, al mes escaso, recibí una comunicación oficial de la concesión de mil y pico euros para la edición de La Serpiente de Fuego. Al alborozo del momento siguió la zozobra de cómo continuar la película. Para la segunda entrega, conté con un creativo gráfico que me recomendó mi amigo Javier, que me vende papel, lápices, gomas de borrar, libros, me hace trabajos de imprenta…Se llama Daniel y, desde el primer momento se mostró dispuesto a colaborar conmigo en la maquetación del libro y en el diseño de la portada. Poco a poco fue tomando forma: Hizo la maquetación, creó la portada, y, una vez pergeñado el conjunto, tuve que urgir para acelerar el proceso de edición ya que, la Diputación me exigía la presentación de 50 ejemplares del libro antes de final de año, para poder acceder al dinero de la subvención. Al final todo fueron carreras: para el ISBN, para cambiar los primeros ejemplares que bebían exhibir, en lugar visible, el ‘logo’ de la Diputación y no lo habían previsto, etc.

La tercera entrega consistió en la labor de distribución. Decidí encargarme yo del cometido, para no tener gastos extras. Suficientes apuros iba a pasar para vender los ejemplares oportunos que cubrieran el coste de la edición, como para repartir una cantidad sustancial en esos menesteres.

Estamos a un mes vistas del depósito de los libros en las librerías de la ciudad. En firme, con toda seguridad y con el dinero en la mano, he vendido unos 200 ejemplares. Me parece un éxito haber llegado a tanto con mi esfuerzo personal. No tengo complejo de Kaspar Hauser; sé que mucha gente ha contribuido a la gestación y alumbramiento de la obra, pero la coordinación, dirección y distribución, han corrido de mi cuenta. Estoy encantado.

La quinta entrega ha sido la propaganda. Hice una convocatoria para presentar el libro en mi consulta. Invité al acto a todos los medios de comunicación de Palencia. El día indicado, a la hora prevista, nos reunimos en el salón de mi consultorio, la enviada de la cadena COPE…y yo. Muy lejos de descorazonarme, me puse a charlar con ella y salió una entrevista muy lucida. Al parecer, el motivo de la deserción del resto de los enviados de los medios, fue una rueda de prensa paralela, que había convocado UGT. Yo no estoy liberado, ni me subvenciona el gobierno, y vivo de mi trabajo. No soy tan importante como la central sindical. Otra vez será. No obstante me hizo una entrevista muy bonita los reporteros de El Norte de Castilla, con fotografía incluida, que publicaron al día siguiente. También me hizo otra entrevista por teléfono mi querido Julio Cesar Izquierdo, de Onda Cero. La intención está cumplida, sólo falta vender el libro y, si sale bien, embarcarme en la publicación de otros tres o cuatro, por mi cuenta. La Diputación está segura para cosas como el próximo libro que me van a publicar Diccionario del idioma gitano, pero, para salir de pobre, no es suficiente con que me dé el 5% de la edición, necesito ganar más tela marinera para seguir pagando mis obligaciones jurídicas. ¡Cosas de la vida!

Os ruego que compréis mi libro. Me haríais un gran favor y, de paso, leeréis cosas interesantes que os pueden ayudar a vivir la vida más y mejor. Como habéis leído se llama La Serpiente de Fuego, y la venden en las librerías de Palencia al precio de 12 euros el ejemplar. También podéis acudir a mi consulta para adquirirlo, o llamarme al teléfono 639 65 60 70 para pedir información. Muy agradecido de antemano. ¡Que la paz del Señor sea con todos vosotros!



3 comentarios:

  1. hola, estamos buscando el libro "la sepiente del fuego" en Madrid o por internet, pero no lo estamos encontrando. ¿Existiría alguna manera de conseguirlo sin necesidad de ir hasta Palencia? No habría problemas de pagar los portes. Serían dos ejemplares o quizá más.
    Muchas gracias, puede contestarme a mail: aixahl@gmail.com

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  2. Una cosa rara. Estoy intentando encontrar la expresion "aie, sarahe" en algun contexto gitano, posiblemente supersticiones, ahojamientos, etc. Creo haberla oido hace veinte años. ¿alguna pista?

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  3. Aquí podéis encontrar el libro http://www.herbolarioflordeloto.com/inciensos-aromas-y-otros/460-la-serpiente-de-fuego-.html

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