martes, 18 de mayo de 2010

LA DURACIÓN DE LO EFÍMERO




Ya se van acallando los himnos de gloria. Ya se apagan las bengalas de la fiesta y el tremolar de banderas con los colores del equipo vencedor. Se va extinguiendo, poco a poco, el calor de la llama encendida en cada corazón, en cada voluntad. La alegría se ha ido moderando y ha devenido en expectación por los nuevos triunfos que vendrán.

“Tot el camp es un clam, som la gent Blau Grana. Tan se val d'on venim, si del sud o del nord, ara estem d'acord, estem d'acord. Una bandera ens agermana. Blau Grana al vent. Un crit valent. Tenim un nom, el sap tothom…”






El clamor del campo entero ya no se oye. Espera pacientemente al resurgir del ruido ensordecedor de todos unidos en el campo, en otra ocasión, con la expectación de nuevos triunfos. Poco dura la alegría; es efímera como la vida de una mariposa, que apenas vive 24 horas para contar su belleza a todo el mundo. Luego los corazones viven con la perspectiva puesta en el futuro, siempre con la idea de que mañana será mejor, más claro, más sonoro.





Pero, en contrapartida, hay quien reniega de esos triunfos con la ilusión de que, algún día, triunfen sus colores y también pueda entonar su himno a pleno pulmón y con las venas del cuello a reventar por la presión de la sangre que se agolpa en la cabeza llena de contento y satisfacción. Pero cuando esto ocurra –que siempre ocurre, porque la vida es pendular y unos están arriba y más tarde les toca estar abajo- la alegría también será corta y cicatera, e, indefectiblemente, dará paso a un futuro prometedor de grandes gestas. Siempre es lo mismo. Cuando unos ganan, otros, miserablemente, pierden. Todos vivimos aspirados por el futuro próximo, que creemos será mejor que lo que estamos viviendo en este momento. Y cuando conseguimos lo que queremos nos alegramos y hacemos una fiesta con los amigos y la familia, pero esa fiesta dura lo que dura una bengala o un cohete. Y, acto seguido, esperamos un nuevo episodio que nos haga más felices de lo que somos ahora.






La propuesta es no vivir esperando un cambio, porque imaginamos que será mejor y nos hará más dichosos. La propuesta es vivir intensa y felizmente este momento, con pasión, como si fuera el último que nos dejan vivir. ¿Qué harías si te dijeran que vas a morir mañana? Seguramente aprovecharías para vivir frenéticamente los últimos momentos que te quedan. Pues así es como te sugiero que vivas a partir de este momento. No esperes a que el futuro sea mejor. Haz tú mejor este momento viviéndolo con la máxima intensidad. Amando y dejándote amar. No esperes a que tu equipo gane una competición. Celébralo aunque pierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...