martes, 27 de julio de 2010

CANALIZACIONES CIENTÍFICAS

Gasparetto. Pinta canalizando a los maestros del impresionismo


Hace muchos años, cuando empecé a tener contacto con el mundo de la ‘espiritualidad’ y del ‘esoterismo’, conocí a Begoña, una esteticista, masajista, manicura, que en sus ratos libres, canalizaba a una entidad de luz de otra dimensión, llamado Ashtar Sheran. Supuestamente era, a la sazón, comandante de una flota intergaláctica encargada de velar por la seguridad de los seres de luz que la pueblan. Es un tipo simpático, próximo, agradable y muy sabio, cuya máxima, exhibida en casi todas sus apariciones, es “Comprensión, compasión y paciencia”. Al principio, humano que soy en alto grado, me cuestionaba, qué tanto por ciento del discurso era atribuible a Ashtar. Imposible de evaluar. De lo que sí estaba seguro era de que gran parte de las alocuciones eran ‘paquetes de datos’ que se nos ofrecían a través de la canalizadora. A veces presencié comunicaciones que sólo podía entender a quien iban dirigidas. Y otras impregnadas de una clarividencia difícil de explicar en boca de una persona sencilla y amable.

Mis dudas desaparecieron con un simple razonamiento: “Me da igual que sea verdad o falso, el caso es que a mí me sirva, me llegue, y me haga progresar en mi conocimiento”. No imaginaba en aquella época que la ciencia, investigando, pudiera llegar a asegurar el cientifismo de las canalizaciones. Ha llegado a mí, de la mano de mi querida amiga Amalia, un video en el que Rafael López Guerrero, científico puro, que dirige un equipo multidisciplinar, asegura haber demostrado la transferencia de esos paquetes de información que llegan a nosotros de algún lugar del Universo, regido por una inteligencia superior. Y que, al contrario de lo que dicen muchos ignorantes, Dios existe y ellos pueden demostrarlo. En el Universo no reina el ‘caos’; todo tiene una razón de ser, un motivo y una dirección.








Ninguna obra se lleva a efecto sin una idea previa. Y esa idea forma parte de un paquete de información dirigida a nosotros desde ‘ese’ lugar del Universo donde Dios mora en toda su magnificencia. Y aquí juega un papel importante nuestro ‘libre albedrio’. Esos paquetes de información podemos aceptarlos o devolverlos al remitente, y será nuestra decisión en ejercicio de nuestro libre albedrio.

A este mundo llegamos para aprender a ser felices, y estamos constantemente tutelados por seres de luz que nos ayudan en nuestras penas y nos acompañan en nuestras alegrías. El grado de felicidad que alcancemos, vendrá dado por nuestra capacidad de innovación. De lo que estemos dispuestos a arrostrar al cambiar de vía, progresiva o bruscamente. ¿Quién dijo que las cosas sólo se pueden llevar a cabo de la manera que todo el mundo acepta? ¿Quién dijo que la vida es una secuencia lineal de acontecimientos programados, iguales para todo el mundo y en toda circunstancia?: Estudiar primaria, secundaria, bachillerato, carrera universitaria, conseguir un puesto de trabajo, casarte, tener hijos, separarte, casarte de nuevo, tener más hijos, enfermar y morir, son cosas con una ausencia total de originalidad y de creatividad, que te van haciendo feliz a medida, inconsciente, de que tú transmitas tu alegría a los demás, para que el mecanismo de transferencia, te nutra positivamente y te haga feliz. En los intermedios –más abundantes de lo que fuera de desear - tedio, amargura, soledad, negatividad.

Y, de una buena vez por todas, se ha demostrado que el pensamiento es creativo: que vives como piensas, y eso es lo que te nutre y lo que te hace avanzar y ser cada vez más dichoso, y sentirte más realizado. Me maravillo de los comentarios de algunos personajes famosos a preguntas del locutor ignorante de turno. Uno de ellos, a punto de alzarse con el máximo galardón de una de las carreras ciclistas más importantes del mundo, pero estando a escasos segundos de diferencia del segundo, contesta a la pregunta: “¿Y no tienes miedo de alguna contingencia que te haga fracasar?”. “Bueno, -contesta el campeón- claro que lo pienso y todo puede suceder: una caída, una avería, incluso un baja súbita de forma…” O sea, prácticamente todo lo que puede pasar para dar al traste con su triunfo. Ya se ha programado para dejar la puerta abierta al fracaso. Su cerebro ya trabaja en ese sentido y ya está dando órdenes a todos los órganos de su sistema para que ayuden al pacto de descalabro.






O aceptamos el paquete de información que nos manda constantemente, sin pensar en sí nuestra intuición puede ser cierta o falsa, o lo rechazamos de plano que es lo que habitualmente se hace.

Ya, en muchas fábricas y oficinas tecnológicas del mundo, se está trabajando en ideas que no tengan nada que ver con el programa habitual. Suponiendo que puede haber otra vía de trabajo que facilite las cosas y las haga más fáciles y más rentables. ¿Las cosas tienen que ser siempre como las he enumerado más arriba? Uno puede adaptarse a la sociedad y alinearse con ella haciendo lo mismo que todo el mundo, o se puede apartar de la línea y hacer una cosa totalmente diferente. No todo consiste en poseer. A lo mejor la felicidad no es comprarse un automóvil último modelo y tener una finca de muchos miles de metros. Puede que haya otras formas de felicidad, ya experimentada por mucha gente, que se aparte totalmente del programa.

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