miércoles, 14 de julio de 2010

VUELTA A LA PRÁCTICA DEL TAI CHI

Después de algunas semanas de inactividad, volví a practicar Tai Chi. Salí de casa con tiempo escaso para llegar a la hora. La cita era a los 20:30 en la orilla del rio, detrás de las piscinas que están al lado del pabellón Marta Domínguez. Gocé del paseo a pesar del calor. Yo lo aguanto bastante bien. Me extraño porque, en medio de una temperatura muy alta, ni sudo. Me dirigí hacia la plaza de toros para entrar en la plaza de San Juanillo, rehabilitada recientemente para adaptarla a una estética moderna de la que carecía con el paso de los años. Enfilé Hnos. López Francos para salir a la Avda. de Santander, y, hacia la izquierda para bajar el túnel que salva las vías del tren. Salgo a la Avda. La Antigua Florida que bordea el parque de Los Jardinillos, hasta la plaza del León. Simón Nieto adelante hasta la plaza donde han colocado la estatua del labriego en pelota picada, y hacia la izquierda para dejar atrás la Clínica Recoletas y llegar, cruzando la Avda. del Obispo Barberá, a la orilla del río Carrión.






Por el camino me encuentro a una antigua compañera, con la que coincidí durante un corto lapso de tiempo en el Hospital Provincial. Se alegra de verme. Ella también está en trámites de jubilación. Por un momento me dejo enganchar por las críticas que siempre suscita el grupo de seres humanos menos humanos que se puedan dar en una ciudad tan pequeña como Palencia. En verdad es como para entrar en la provocación y soltar sapos y culebras por la boca, tanto de los responsables de la sanidad, como de los médicos que actualmente la ejercen. Corremos un tupido velo y quedamos en vernos para tomar una ‘copa’ y charlar. Luego, ni charla, ni copa. A pesar del tamaño de esta ciudad, pasas años sin ver a determinadas personas.







La calidad humana de los individuos de una comunidad, es la que hace ‘patria’ y ambiente. Y es la que te hace estar a gusto o renegar de la hora en la que se te ocurrió arribar a semejante lugar de la geografía hispana. Un amigo define Palencia como un ‘pasapurés’, en el que te trituran y te muelen hasta dejarte fino, fino, como la sémola de trigo. Es inútil resistirse. Palencia es una ciudad carmática, a la que se viene a purgar, y, sobre todo a aprender y a experimentar. ¿Hay buena gente? Como en todas partes. Pero se notan más las personas envidiosas, ladinas, retorcidas, ignorantes, que son las que contribuyen, impecablemente, a mover la manija del instrumento que te va a dejar suave, suave.
Amo a Palencia. Vivo en Palencia. Paseo Palencia. Me gusta Palencia. Es bonita la Ciudad. Me complace. En ella, como digo en mi página web: “he gozado y he llorado, y …he aprendido y olvidado”. Pienso seguir constituyendo una especie de resistencia pasiva, para ver si logro que, alguna vez, algún político sensato piense en esta ciudad y en sus habitantes, en vez de en sí mismo.







Mientras tanto las gozo con el Tai Chi y lo que me aportan, tanto Juanjo Mendoza, como los compañeros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...