martes, 8 de marzo de 2011

TOMA PERSPECTIVA DE LA REAL MAGNITUD DE LAS COSAS.

En una presentación PP a la que llamé De lo infinitamente grande a lo infinitamente pequeño, mostraba en fotografías la inmensidad del universo, con miles de galaxias, la mayoría superiores en tamaño a nuestra Vía Láctea. Un universo en el que nuestro sol es infinitamente más pequeño que millones de astros. En el estudio comparativo, el sol con respecto a NY Cephei –uno de los astros mayores de los que se tiene conocimiento– es como una pequeña lenteja pardina al lado de un globo aerostático. Y esa misma proporción guarda La Tierra con respecto a nuestro sol. Imaginad la proporción de La Tierra con respecto a NY Cephei. Casi no se puede ni concebir la diferencia, que es como la misma lenteja pardina con respecto a La Tierra.

Al final, un trocito de la Tierra –España pongo por caso– es insignificante en el concierto de millones de galaxias. Y un ser humano es ridículo en este mismo contexto. No somos nada y somos mucho. Pero comparados con la inmensidad del universo nos quedamos cortos. Necesariamente nos tiene que dar por comparar nuestras pequeñas humanidades, nuestras intrigas, nuestros mínimos odios y nuestros mezquinos rencores, con esa modesta lenteja pardina con respecto a la inmensidad de NY Cephei, el monstruoso astro.

La misma comparación se puede establecer entre nuestro tempo y el de NY Cephei, con diferencias de millones de años de permanencia en el universo. Una corta, contingente, cicatera vida de aproximadamente 80 años, no tiene que representar nada para el Hacedor de galaxias. Con toda nuestra individualidad, si tomamos perspectiva viendo nuestro planeta Tierra, desde unos cuantos años luz, nosotros ni siquiera nos movemos, ni en el espacio, ni en el tiempo. Para nosotros una bacteria, un ínfimo microbio, ni siquiera se mueve en su medio. Y su vida es tan corta que no representa nada. Imaginaos lo que representan para Dios nuestras reflexiones filosóficas, nuestros miedos y nuestros conflictos emocionales. Y sin embargo para Él somos importantes; merecemos la vida y merecemos vivirla. Pero tomemos perspectiva, por favor. El mayor desastre de esta tierra es una minucia con respecto a los cataclismos cósmicos que necesariamente ha de haber en sistemas solares con cuatro soles inmensamente mayores que el nuestro. Nuestras intrigas son las nuestras y con ellas aprendemos.
Estamos muy lejos de comprender ciertos conceptos que nos separan de allá arriba. Mientras tanto Ora et labora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...