lunes, 28 de mayo de 2012

LA BANCA







Los bancarios no lo tienen fácil. Últimamente la gente está muy agresiva con ellos, y, en realidad están trabajando por un sueldo muy discreto. Bien es verdad que se someten a los programas de los jefes en materia de ventas y colación de productos de los que, la mayoría de las veces, no cuentan al cliente más que lo que ellos quieren. Por otra parte hay ‘listillos’, vendidos a los poderes del banco, que se dedican a meter en las cuentas débitos por cualquier concepto: 40 € por aquí, 30 € por allá. Y si no surgen protestas, todas esas cantidades suman muchos miles de euros al mes que se ingresan en las arcas del banco.
La banca surgió por la necesidad de facilitar el trueque y la utilización de los activos en metal. Así nacieron los orfebres que tenían a su cargo los capitales en metálico y respondían de ellos con documentos firmados para que el impositor no tuviera necesidad de acudir al orfebre a por sus monedas. Así el orfebre se convierte en banquero.

Así llega el banco hasta los tiempos modernos, después de sufrir multitud de avatares. Y en este momento las funciones de los bancos se reducen a: 1.- La intermediación del Crédito. 2.- La intermediación de los pagos y 3.- La administración de los capitales. Se entiende que está montado el negocio en el que el banco se lucra de las imposiciones de los clientes para hacer sus propios negocios o para facilitar préstamos con interés –lo que sigue llamándose usura de agiotistas y logreros.
Como tal negocio, está sometido a los vaivenes de los mercados, y unas veces ganan y otras pierden. Pero, hete aquí que, ahora, por circunstancias que quiero entender que son intenciones espurias por parte de los banqueros y sus socios, el negocio, debido a diferentes factores, no funciona. Los negocios son así: unas veces funcionan y otras no; unas veces arriba y otras abajo. Y cuando un comerciante fracasa en sus gestiones, el Estado no acude en su ayuda, sólo se le permite acudir a un banco para pedir un crédito e intentar reflotar su maltrecho peculio.
Sin embargo el Estado acude en defensa de los bancos inyectándoles capital de los contribuyentes y de las arcas públicas. ¿Para qué? Para que los accionistas y los dueños no sufran detrimento de sus capitales. Sólo y exclusivamente para eso. No he oído de ningún carnicero, pescadero, comerciante de telas, mecánico, etc. Que fracasado su negocio acuda presto el Estado a su rescate. Sin embargo con los bancos, sí ¿Por qué?. El Estado debía de acudir en defensa de los impositores, que son los ciudadanos que tienen depósitos dinerarios en el banco, no en defensa de los dueños. A los dueños y a los accionistas que les den. Como cualquier ciudadano han arriesgado su dinero y no tiene que acudir el Estado en su rescate. ¡Que se hundan! Y que sólo salgan a flote los impositores con ayuda del Estado.






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