miércoles, 30 de diciembre de 2009

LA SALUD DE MI ADMIRADA BÁRBARA ALPUENTE

Querida y muy admirada Bárbara. ¡Que no cunda el pánico! Soy médico, ejerzo como O.R.L. (Otorrinolaringólogo) hace 35 años en Palencia, y he estudiado muchas disciplinas que han ayudado a mis pacientes.

Mi educación, dorada en el crisol de los Hermanos maristas y de una familia aristocrática, me obliga a pedirte permiso para ejercer contigo el “tuteo”. Mi intuición me dice que me lo concedes. Me quedo tranquilo al respecto y continúo.

Me haces mucha gracia. Paso contigo unos ratos muy agradables, y comparto, en buena medida, tus comentarios y tus opiniones. Si no es por tu columna, “Salud”, no me hubiera atrevido a escribirte, pero este tema es mi pasión. La salud. Bonita palabra; soezmente empleada en multitud de ocasiones. Inicuamente ignorada en otras. Y, siempre, mal entendida.

Me gusta mucho el comentario de tu amiga Ana -a quien me agradaría conocer- : “La vida es letal”. Es bonito, original, pero absolutamente inexacto. La vida, en sí, es salutífera; los que la hacemos letal somos nosotros. Me gusta mucho, por lo intuitivo del aserto –quizá extraído de algún libro de autoayuda- lo de: “Los nudos son las obsesiones, los traumas, los miedos…” que paralizan o ralentizan la energía –añado-, porque con ellos no dejamos que todo fluya con naturalidad.

Tengo un par de verdades elaboradas a lo largo de 40 años de ejercicio profesional. Y de miles de pacientes embutidos en mi zurrón de caminante. Una de ellas, la mejor, la señera, el lábaro de mi ideario, es: “El pensamiento es creativo. Si piensas bien, vives bien; si piensas mal, vives mal. Y a esto precisamente se refieren las “obsesiones, los traumas y los miedos que producen –dependiendo de la intensidad con que se viven- las enfermedades orgánicas que padecemos. Otra es: “La mayoría de las enfermedades tienen su origen en la mente (son psicosomáticas). Y tú lo sabes bien y lo expresas magníficamente en tu párrafo: “Ahora mismo tengo fiebre, una calentura y síntomas de colon irritado (igual por algo que he dicho, no sé, el colon es muy suyo). Y todo porque soy la somatización en persona”. Pero, permíteme, somatizas porque piensas, y tus pensamientos te crean conflictos afectivos que, a su vez, generan los síntomas y la enfermedad.

¿Qué hacer para no enfermar? ¡Va por ti, querida Bárbara! Lo primero y fundamental: Vivir el momento. El pasado ya pasó, no me puede afectar. El futuro lo hago yo momento a momento. Entonces ¿qué me queda?: Este momento. Es lo único que hay. El estrés y la enfermedad nacen de: estoy trabajando aquí y estoy pensando allá. De manera que, 1º: Vive el momento. Segundo: Cuando seas consciente de que estás elucubrando (la clásica “paja mental”), retómate y céntrate en lo que estás haciendo. O cambia tu elucubración negativa por otra positiva.

Este mes de Diciembre he publicado un libro con alguna de mis experiencias en el campo de la paramedicina, que me han conducido por este camino de rosas que es la vida. Se llama La Serpiente de Fuego, y si te interesa, sentiría un inmenso placer al ofrecértelo como presente. En él podrías leer estas cosas que te he escrito, y otras muchas muy interesantes en el terreno de la mente y la enfermedad.

Te remito al blog de mi página: w.w.w.enriquedesoto.es

Si has tenido la paciencia de leer esta carta hasta el final, te doy las gracias por ello. Si no, también te doy las gracias por tus artículos. Perdona: ¿Tienes algo que ver con Moncho Alpuente? Un brazo muy sentido.

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