lunes, 19 de abril de 2010

CURASAN O CRUASÁN

Me gusta mucho la etimología, que, como sabéis, es la ciencia que estudia el origen de las palabras. Leo frecuentemente a linguistas que me puedan orientar en mis escritos, y, entre ellos, mi preferido -¿hay otros?- es Fernando Lázaro Carreter (qepd). Ojeando su Dardo en la palabra, leo cosas curiosas como el origen de la palabra sangría, o por qué el Cruasán se llama así en castellano. Como es una estupenda curiosidad, os la trascribo íntegra.

“Se emplea para designar al croissant (‘luna creciente’), nombre con que los franceses designaron el centro vital de su desayuno, calcándolo del alemán Hörnchen (‘media luna’), nombre de un pastel al que habían dado esa forma los pasteleros vieneses, tras una victoria sobre los turcos en 1689. Como el cruasán, así pronunciado, no dice nada a un hispano, se ha establecido popularmente su vínculo con curar, y hasta con sanar y sano. Es una manera de darle sentido, pensando en las virtudes reparadoras del sublime hojaldre. Otra etimología popular hace que muchos catalanes lo llamen cruixant, asociándolo con cruixir, ‘crujir’.

A mí los cruasanes me encantan, sobre todo abiertos, untados con un poco de mantequilla clarificada (ghee), pasados por la plancha y regados con mermelada de melocotón. Luego, el moje es lo de menos, me los como a pelo. Por si alguien tiene tiempo y decisión, aquí os presento la receta de los croissant.







Ingredientes para hacer 12 croissants:

Levadura de panadería: 30 gramos. Azúcar glasé: 15 gramos. Leche: 1 dl y ½. Harina: 450 gramos. Sal: 1 pizca. Mantequilla: 180 gramos. Huevos: 2 unidades (1 para dorar el croissant con una pizca de sal).

Preparación:

En un bol, poner la levadura y el azúcar y mezclarlo con la leche tibia. Se deja reposar la mezcla durante 10 minutos.
A parte, tamizar la harina y la sal y desmigar 30 gramos de mantequilla sobra la harina.
Hacer un volcán con la harina y añadir, en el centro, un huevo batido y la mezcla de la levadura preparada anteriormente. Poco a poco, y con cuidado, se va llevando la harina hacia al centro mezclándola bien con el resto de los ingredientes.
Se va trabajando la masa con las manos hasta que empieza a tener consistencia y se puede empezar a trabajar con el rodillo.
Entonces se va añadiendo a la masa, un poquito de mantequilla blanda (se puede ablandar con la ayuda del microondas), y se continua trabajando hasta que, poco a poco, nos vamos quedando sin mantequilla.
Cuando la masa ya está bien trabajada y es homogénea, se envuelve con un trapo limpio y se deja reposar en un sitio fresco durante aproximadamente 30 minutos. Después se vuelve a trabajar ligeramente, se envuelve con el trapo nuevamente y se deja descansar durante unas seis u ocho horas.
Cuando la masa ya está lista, se divide en bolas para que todos los croissants tengan aproximadamente la misma medida, se extiende la masa de cada croissant y se enrolla para darle la forma característica.
Cuando ya los tenemos todos preparados se colocan en la placa del horno previamente aceitada y se pinta cada croissant con la mezcla de huevo batido y sal.
Se dejan reposar 30 minutos más para que la masa suba nuevamente antes de cocerlos, se pintan con el huevo de nuevo y se meten en el horno a 200? durante 15 o 20 minutos.
En caso de ser demasiada masa, es posible congelarla cruda, con lo cual solo hay que descongelarla, darle la forma y hornearla cada vez que se quieran hacer nuevos croissants.

¿Sabéis lo que yo hago? Compro una lámina de masa de hojaldre en el super, hago triángulos, los enrollo y les doy forma de media luna. Después cumplo fielmente con los últimos pasos de la receta…

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