lunes, 12 de abril de 2010

FRIKI

Pincha en el play del cuadro inferior y 'siente' mientras lees. Hallarás un gran contraste entre la música y el tema del artículo. Es lo que pretendo.



La palabra friki o friqui, deriva de la inglesa freak, extraño, extravagante, estrafalario, fanático. Se trata de un término del lenguaje coloquial, últimamente incorporado a nuestro lenguaje, peyorativo en algunos casos, no aceptado actualmente por la Real Academia Española de la lengua, utilizado para referirse al individuo de apariencia o comportamiento inusual, que se muestra interesado u obsesionado en un tema muy específico del que se considera fanático. Estos temas, conocidos como cultura friki, suelen estar centrados en la ciencia ficción, la fantasía, el arte japonés denominado de dibujos animados manga, los videojuegos, los cómics, la informática…

La palabra freak se usa en el idioma inglés para referirse a las personas que se distinguen por tener alguna malformación o anomalía física (mujeres barbudas, hombres elefante o personas de estatura anormalmente grande o pequeña) y que se exhibían en los circos. El ejemplo más famoso de ello, origen del término y su significado en el idioma inglés, es la película Freaks, dirigida por Tod Browning en 1932. El guitarrista y cantante escocés Mark Knopfler (ex-líder de Dire Straits) compuso un tema sobre esta clase de freaks (y su exhibición en los denominados Freak Shows) llamado Devil Baby. También existe el cómic de finales de los 60's The fabulous furry Freak Brothers.

Luego, el término llegó a usarse para referirse, aunque en otro contexto, a personajes extravagantes en algún sentido, que llegan a ser conocidos por su excentricidad a través de los programas de televisión.





Dentro de la personalidad friki o friko, hay distintos niveles de "frikismo", llegando el más extremo a llevar su afición o interés hasta el punto de convertirlo en un estilo de vida, al ser una parte importante de ella.

A esto me voy a remitir para complacer a mi amiga Begoña Macho, que me exhorta a que me defina sobre algún personaje que últimamente hace su profesión, de exhibir su mala imagen, deplorable educación, carencia de estética e incultura manifiesta, en la pantalla de TV, con magníficos resultados de audiencia y, por lo tanto de emolumentos. Siendo, hoy en día, el máximo exponente de la generación friki.

Huyo de la crítica para centrar mejor el problema. Me ubico, de esta manera, en mi versión de los porqués del asunto. En esta vida material, escuela viva de experiencias, hay mucha gente con diferentes niveles de apertura de conciencia, y muy distintos estados de vibración atómica. ¿Es esto malo para los menos, y bueno para los más? En modo alguno. Esta vida es como una facultad a la que acudes para licenciarte en alguna rama de humanidades o de ciencias. En los primeros cursos de carrera, a los estudiantes se les considera como novatos, e, incluso, son sometidos a bromas y vejaciones por parte de los veteranos de cursos superiores, más avanzados en el nivel de conocimientos. En ningún caso es malo, o peor, pertenecer a la clase bisoña de principios de estudios. ¿Con quién se relacionarán los novicios? Con alumnos de su mismo nivel, con quienes se entenderán mejor que con mentalidades más maduras y avanzadas en sensatez y conocimientos.

La gente tiende a congregarse en asociaciones de afines en ideas, aficiones o devociones; son de la misma mentalidad, apertura y vibración atómica. Y nadie se puede sentir discriminado por las hermandades rivales o de distintas sensibilidades. Para gustos hay colores. Por tanto, todos somos necesarios, y todos hemos venido a representar nuestro papel lo mejor posible. Y cada cual representa varios roles a lo largo de los años, de acuerdo con la evolución personal, las circunstancias y sus pactos espirituales. Y todos son necesarios, y durante las diferentes etapas de la vida, los humanos se verán identificados, o tendrán afinidad por determinadas aperturas de conciencia, representadas por personajes coetáneos de actualidad pública. Y todos son útiles, y todos responden a la plena aceptación de sus papeles.





De los Himalayas, al Cristo del Otero (Palencia), hay alguna diferencia de altura. ¿Y por eso estamos autorizados a discriminar, en algún sentido, a la colina más famosa de la provincia? Muy al contrario. Apareció tan graciosa, altiva y bien situada a los ojos de Victorio Macho, que la eligió para erigir su monumento a Jesús de Nazaret, honor del que no han gozado todavía ninguno de los ‘ochomiles’.

No criticar, no juzgar y esperar para entender un poco más adelante.

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