viernes, 16 de abril de 2010

NO QUIERO TENER RAZÓN, QUIERO SER FELIZ

Pincha en el play del cuadro de abajo y oirás Requiem de Faure, mientras lees.




Esta vida es un forcejeo constante de unos contra otros para ver quién tiene razón; para llevarse el gato al agua; para quedar por encima como el aceite sobre el agua; para sentirse triunfadores. Y el que discute con argumentos, pase. Pero es que hay mostrencos que no aducen más que su pura necedad e ignorancia; que no aportan nada a la discusión.¡ Esto es así porque lo digo yo! Y, claro, si es un armario de dos cuerpos, el oponente en el pleito se calla. Pero si es un canijo, se las puede llevar todas en el mismo carrillo.

Mi tía política, hablaba en estos o parecidos términos: “¡Huy, me parece que hace un día espléndido de paseo!” Pero si está lloviznando, mujer –la contesta su sobrina- “Por eso te digo…” –acaba mi tía política-. El caso era no discutir. Y tenía razón ¿para qué discutir? ¿Te va algo en ello? ¿Tu propia estima? es que debes tener muy mal concepto de ti mismo. Elévate por encima de toda esa mierda de la razón. Yo, únicamente forcejeo con mis hijos, y de una manera muy sibilina. Cuando expelen algún pedo por la boca, me callo. Voy al diccionario, imprimo la respuesta correcta, y se la pongo al alcance de la vista. El resto de la película lo interpretan ellos con su raciocinio. Si quieren aprender, aprenderán. Si no, se morirán imbéciles e ignaros totales.





Las fuentes de documentación, hoy en día, en que la cibernética pone a nuestro alcance todo el conocimiento humano, y más, son una fuente inagotable de la solución para las discusiones y para las confrontaciones. Los datos son los datos, y todo está en los libros. Para algunos es difícil memorizar, de tal manera que pierden el tiempo aprendiendo de memoria la lista de los reyes godos. Pero, para compensarlo, teclead en Google ‘Reyes Godos’, y allí aparecerán todos, desde Ataúlfo, hasta Rodrigo. Y si no os lo creéis, hacedlo. Aparecerán mil posibilidades de acceder a todos ellos. La prueba:

El reino tolosano:

Ataúlfo (410-415).
Sigérico (415).
Walia (415-418).
Teodorico I (418-451).
Turismundo (451-453).
Teodorico II (453-466).
Alarico II (484-507).


El reino visigodo-católico

Recaredo (586-601).
Liuva II (601-603).
Witérico (603-610).
Gundemaro (610-612).
Sisebuto (612-621).
Recaredo II (621).
Suínthila (621-631).
Sisenando (631-636).
Khíntila (636-639).
Tulga (639-642).
Khindasvinto, rey único (642-649).
Khindasvinto y Recesvinto (649-653).
Recesvinto, rey único (653-672).
Wamba (672-680).
Ervigio (680-687).
Egica, rey único (687-698/700).
Egica y Witiza (698/700-702).


Witiza, rey único (702-710).
Rodrigo (710-711).


El reino arriano español

Gesaleico (507-510).
Amalarico, bajo la regencia de Teodorico (510-526).
Amalarico, rey independiente (526-534).
Theudis (534-548).
Theudiselo (548-549).
Agila (549-555).
Atanagildo (555-567).
Liuva I (56 7-568).
Liuva I y Leovigildo (568-571/72).
Leovigildo (571/72-586).

Los conceptos; la base cultural, está muy bien. Me temo que asistimos, desde hace algunos años, a una progresiva degradación de la cultura y de la enseñanza. Propongo una signatura para que la juventud aprenda a mantener criterios claros de búsqueda en el mar de la informática. Ahí está absolutamente todo. Aviso, sin embargo, que no me fio de las entradas referentes a ideologías u opinión.

Yo no quiero tener razón, quiero ser feliz. Y si no sé algo, lo busco, lo que no constituye ningún desdoro.

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