viernes, 1 de abril de 2011

INSTRUMENTAL CULINARIO



Cuando me quedé soltero me vi obligado a vivir solo. No podía ser de otra manera. Y al hacerlo, tuve que cambiar mi manera de vivir, mis horarios y mis actuaciones. Entre otras cosas me di cuenta de la cantidad de carencias que tenía en labores domésticas. Siempre me había metido en la cocina pero para abrir la nevera o para beber agua, nada más. De freír, ni un huevo. Naturalmente la situación había que remediarla de alguna manera, y como no estaba dispuesto, al menos de momento, a que me cocinara nadie, me compre una Thermomix, que es ese electrodoméstico que utilizan en los restaurantes para hacer salsas y algunas otras cosas en plan rápido. Aquel aparto me enseñó a cocinar. Tenía un libro de recetas donde aparecían las cantidades exactas, los tiempos precisos y la temperatura adecuada en cada plato. Así me di cuenta de que primero se pochaban las verduras en aceite y luego se añadían todos los demás ingredientes. Poco a poco me fui familiarizando con las sartenes y con las cazuelas. Después aprendí a utilizar los cuchillos con cierta soltura, y a saber que un pelador es un instrumento imprescindible, al igual que el limpiador de zanahorias y de judías verdes –que son amores distintos– Aprendí lo que era un ‘chino’ –nada que ver con el lejano oriente– y la diferencia que había entre éste y un pasapurés. Aprendí lo práctica que puede llegar a ser una pinza especial para extraer espinas de ciertos pescados, y qué es un corte de verduras u hortalizas en brunoise.

Al devenir del tiempo he ido integrando que cocinar, aparte de ser práctico, es un placer y toda una meditación, durante la cual, si no estás pensando en la sopa, en la cebolla y en el resto de los condimentos, te puedes pasar, o no llegar; y cualquiera de ambos casos, mal asunto, como en juego de las siete y media.

Soy consciente del vico nacional de la pereza, y de que cuesta trabajo ponerse a ello. Pero no sólo hablo para los hombres, porque también hay muchísimas mujeres que no tienen idea de los que es un ajo tierno, ni para qué sirve. Yo apoyo a todo el mundo a que empiece a cocinar. Y si no saben, yo tampoco sabía, y preguntando, leyendo y viendo algún programa de divulgación culinaria todo se aprende. No tengo ningún inconveniente en que me consultéis vuestras dudas. Algunas las sabré, otras las tendré que buscar, pero, os aseguro que no quedará ninguna sin la respuesta oportuna.

Hoy me voy a concentrar en la utilización de dos utensilios que me temo que mucha gente no conoce. Se trata de dos clases diferentes de peladores. Uno, éste que presento ahora…




Se utiliza para pelar patatas y hortalizas globulosas; incluso frutas. Resulta tremendamente práctico cuando se hace uno con el manejo. El otro pelador:




Se usa para pelar ciertas hortalizas como las zanahorias y para quitar las hebras a las judías verdes. Parece mentira lo que facilitan la labor ambos instrumentos, y lo ignoradas que son sus funciones. Tener un instrumento adecuado para cada labor es fundamental y gratificante. Seguiré con otros cacharros de cocina y su utilización. Me parece muy útil y que a mucha gente le puede servir. Un saludo.

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