jueves, 28 de abril de 2011

LOS TENTÁCULOS DEL NACIONALISMO SON ALARGADOS





Tan largos son los tentáculos del independentismo catalán, que hasta el presidente del gobierno en medio de su estulticia e iconoclastia –a nadie se le hubiera ocurrido–, se declara públicamente forofo del Barcelona F.C. La bandera del Nacionalismo-independentismo catalán, desde hace muchos años, es el futbol club Barcelona; el Barҫa, como le llaman en todos los lugares de España sin saber que Barҫa es el nombre catalán del Barcelona. Pero aquí estamos en España, y está bien pronunciar Mánchester Iunaited, pero aquí, en España, Barcelona es Barcelona, igual que Gerona es Gerona y Lérida es Lérida. Igual que La Coruña es La Coruña; igual que Bilbao es Bilbao, quieran o no los imbéciles con angarillas que siembran de desconcierto con sus afirmaciones esta piel de toro patria tan pisoteada últimamente por las minorías que aguantan al gobierno en una posición de estable inestabilidad.

Con la completa anuencia y complacencia del gobierno patrio, con tal de permanecer de cualquier manera en el poder, a estos sandios separatistas les importa un bledo ponerse al margen de la ley, porque saben que la ley les ampara, con tal de mantener su bandera, el Barcelona F.C., que es más que un club. Y en esta frase se encierra toda la intencionalidad del independentismo: El Barcelona es la marca del catalanismo en el mundo entero. Y ahora que lo han conseguido, harán lo imposible y se pondrán al margen de la ley, si es preciso, con tal de mantenerla.





Han tenido la suerte de coleccionar en una plantilla a cinco jugones de pequeña talla, tanto intelectual como moral cuando se trata de mentir ante lo evidente, que aparte de jugar como los ángeles, gozan de la ayuda de instituciones y de árbitros, linieres y hasta de los recogepelotas y de los encargados de poner en marcha los aspersores. De todos es sabido –y en este mundo corrupto hasta las cejas a nadie extrañará el hecho– que los árbitros y linieres son muy fácilmente corruptibles y que nadie se entera, por muchas pesquisas que lleven a cabo, de las corruptelas que hay en este sentido. Sobornar a un árbitro para que decante un evento a favor de determinado equipo, es fácil y barato, cuesta lo que tardan en tirar de talonario o de ingresar una cantidad de dinero en una cuenta oculta, incluso en el país de origen del colegiado. No se entera nadie, y el club favorecido triunfa y está presente como vencedor –no cabe más honor– en todos los periódicos y medios de comunicación del planeta. Otra cosa sería que figurasen como perdedores. No, aquí hay que ganar a toda costa. Y para alcanzar sus fines, no hay más que untar a cuatro o cinco y se acabó: El Barҫa seguirá siendo ‘más que un club’.

Para hacer su juego de tocar y tocar y tocar –que les sale bien pero que aburre a las ovejas–, tienen la necesidad perentoria de robar balones al contrario, y para hacerlo y mantener la pelota más de un 75%, tienen que entrar al límite de lo legal, siempre. Y ahí está la primera parte de la permisividad: Les pitan el 10% de las faltas que cometen en los robos de balón. El segundo apoyo se lleva a cabo cuando el equipo contrario, en su afán por robarles la pelota –misión harto complicada– les entra; y ahora sí, ahora se invierte el tanto por ciento y al equipo contrario le pitan el 90% de las veces. La tercera ayuda, cuando ya lo ven complicado y pasa el tiempo sin abrir la lata, como dicen ahora, se cargan a uno de los jugadores contrarios y desaparece el problema. ¡Es todo tan sencillo!... Y lo peor es que en toda España hay gentes de buena voluntad que no se dan cuenta de los manejos del nacionalismo catalán, y, sean de Córdoba o de Plasencia, son del Barcelona a muerte.

Hace mucho tiempo que está pasando. Al enemigo ni agua. Y si encima se sienten protegidos por el gobierno, por las instituciones y por la ley, apaga y vámonos. ¿El Barcelona juega bien? Sí. ¿Se merece estar donde está? No. ¿Le favorecen los árbitros? Sí. ¿La gente sabe de los manejos nacionalistas? No, o no quieren saberlos. ¿Es justo que en un partido que está igualado hasta el minuto 60, por una falta como hay veinte, se expulse a un jugador vital, que precisamente estaba encargado de marcar ‘al Messi’? No. Como dice mucha gente, al Barcelona no le hacían falta estos desafueros para ganar partidos, pero hay que asegurar el porvenir de la ‘Nación Catalana’, no vaya a ser que nos falle ‘la marca de identidad’: ‘Barҫa es més que un club’ y la piciemos. Y mientras tanto el tío Floren no sé si será demasiado legal, o se la cogerá con papel de fumar, pero pienso que él podría hacer lo mismo o mejor que hacen los dirigentes catalanes, pero posiblemente no podría dormir tranquilo porque es un hombre de bien y de honor. Amén.

Todas las afirmaciones que aquí vierto no son contrastables como la de si hubo o no contacto en la falta que supuso la expulsión de Pepe, pero son parecidas a la discusión de si ahora, 8:02 de la mañana, es de día o es de noche. Hay quien lo ve muy claro, pero hay quien se empecinará en que es noche cerrada con tal de tener razón, o de rebañar para casa, o hacer oídos sordos y ojos ciegos a lo evidente.

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