viernes, 27 de mayo de 2011

ENJUAGUES DEPORTIVOS





Es poco fácil confiar actualmente en la ética y la honradez de las personas, porque, en realidad, yo no sé qué haría si estuviera ubicado en el centro del huracán con posibilidades reales de llevármelo crudo. Políticos, banqueros y financieros, están en el cenit de sus vacas gordas, en el que tienen impunidad para engrosar sus cuentas ocultas en la Bahamas, paraíso actual de los trincones del mundo. Todo el que puede lucrarse de los negocios, aunque sea de forma fraudulenta o poco ética, lo va a hacer refugiándose en que todo el mundo hace lo mismo.

Cuando llegué a Palencia –esta anécdota es de sobra conocida– un jefe de Servicio de la antigua Residencia Lorenzo Ramírez era, a la sazón, presidente del club de futbol Palencia, y él contaba los apaños que se hacían con los árbitros para que pitaran a favor de los locales. Incluso conozco personalmente a quien, determinado día, llevó en mano a un árbitro 20.000 duros (cien mil pesetas) cantidad sustanciosa para la época de la hablo. Y si esto pasaba hace 30 años, que había poco de dónde sacar, qué no pasará ahora que se mueve la pasta como las olas del mar. En realidad el futbol actual es el negocio más lucrativo del mundo, y la UEFA, organismo europeo que gestiona las competiciones interpaises, es una de las multinacionales más potentes. Hoy en día, ser presidente de un club de futbol de primera división, es una fuente inagotable de prebendas, negocios y comisiones por fichajes. Y serlo de un club puntero y jugando en Europa, la repanocha. Habitualmente los presidentes de clubs de futbol de elite, se escogen de entre los adinerados del país, pero cuando salen del cargo, por dimisión voluntaria o por elección de otro, se van con más pasta que con la que llegaron. Sé de buena tinta, que un pariente de uno de los mejores presidentes que ha tenido el Real Madrid, hombre honesto, buen padre y poseedor de una gran fortuna personal, comentó con sus amigos y allegados que a la muerte del prócer, no se podían creer la fortuna que había amasado durante su periodo de presidencia. Y si eso lo hizo un hombre honesto, con la legalidad, pero escasa ética, de los contratos, comisiones y contactos al más alto nivel donde se mueven los negocios; qué no podrán hacer los desahogados a quienes la honradez es solo una palabra del diccionario.

Es triste darse cuenta de que el deporte del futbol es una pantalla para enjuagues económicos, en los que participan, desde el presidente hasta el entrenador, pasando por el gerente y el director deportivo. Los jugadores están manipulados, pero cobran unos sueldos que para sí querrían los cirujanos que se juegan las coronarias y una acumulación de estrés en los quirófanos y que están cobrando emolumentos de mierda. Y los paganos, los verdaderamente mentidos con la situación, son los espectadores que se creen que los resultados son sinceros y que obedecen al buen hacer de los jugadores, o a la estrategia de los entrenadores. En un terreno en el que se mueven tantos miles de millones de pesetas, que produce ansiedad hacer cuentas, no se puede dar ni la honestidad, ni la legalidad, ni la honradez.

Recomiendo, para vuestra salud mental, que os divirtáis con el bello deporte, pero que no os hagáis forofos, porque cuando seáis conscientes de las manipulaciones a que someten los directivos al público en general, vais a segregar mucha adrenalina.

Laporta, Rosell, Florentino, Guardiola, Mouriño. Es igual. Todos son sicarios de un sistema económico y político que tiende a forrar a unos pocos a costa unos muchos, que son los aficionados que nutren a las televisiones y que son los que compran los productos que anuncian. Y la rueda sigue imparable. ¿Hasta dónde? Será lo que tenga que ser.

1 comentario:

  1. Un compañero mío de la radio hacía un comentario similar cuando un fulanillo no te podía atender la tarde anterior a un partido (ya ni le pides que se quede despierto a las 12 y media de la noche) "porque el equipo, desde que queda concentrado en el hotel ya no atienden a nadie". Él siempre decía: "A ver, concentrado está el cirujano que al día siguiente tiene una operación a corazón abierto y le va la vida en ello". Y doy fe de que casi todos los doctores a los que se lo hemos pedido, nos han esperado despiertos para entrar en directo en los programas deportivos de por la noche. Chapó por todos ellos.
    ¡Ay si la gente, de verdad, supiera las tonterías de algunos de los que dan patadas al balón!

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