domingo, 29 de enero de 2012

EL UNIVERSO SONORO





No puede crear la inteligencia humana obras que elevan al ser humano a planos superiores. Necesariamente tienen que estar inspiradas, guiadas por mentes superiores para enseñanza de los mortales.

Revisando me he dado de bruces con los motetes del renacimiento. Y uno de los máximos exponentes de este tipo de música divina es Tomás Luis de Vitoria. Compositor, maestro de capilla, y célebre polifonista del Renacimiento español. Se le ha considerado uno de los compositores más relevantes y avanzados de su época, con un estilo innovador que anunció el inminente Barroco. Fue discípulo de Palestrina de quien tomo el estilo y el misticismo. Traigo aquí uno de sus motetes más representativo.

Pero no era mi intención hablar de Tomás Luis, aunque se lo merecería con creces, pero para eso existen biógrafos más autorizados que yo, que me limito a coger referencias de fuentes generalmente bien informadas. Lo que quería decir es que todo este Universo que nos acoge es energía en movimiento, pura vibración sonora. Y que todo el Multiverso está formado por partículas atómicas en determinada vibración, que confiere a cada materia una densidad que la distingue de lo que le rodea.

El contexto atómico de cada materia se ve afectado por las ondas de vibración que provienen de fuentes externas. Y la calidad de la vibración que llega a cada materia puede estar acorde y armonizar sus átomos, o puede ser disonante y desarmonizar su estructura.

La música es una de las fuentes más poderosas del Universo. Sus vibraciones impregnan todo lo que encuentran en el camino de sus ondas, y dependiendo de su calidad, tienden a atemperar sus átomos o a sacudirlos en total descuerdo con su estructura. Así hay músicas que templan el ánimo y hay otras que lo enervan. Hay expresiones verbales nacidas de la laringe humana que calman al que las recibe, y sin embargo otras lo alteran hasta la desesperación. En presencia de ciertos congéneres sientes la necesidad de salir huyendo, sin embargo otros te cautivan y te embelesan con la cadencia y suave vibración de su voz.

Pero no solamente armonizan los átomos ciertas místicas musicales como los motetes de Tomás, sino que llegan a sanar los órganos y a regenerar la materia hasta mejorar su estructura y su función. Este es el fundamento de la Musicoterapia que bien aplicada puede sanar cualquier tipo de dolencia orgánica.

Las vibraciones provenientes del exterior pueden crear la gloria o el caos, pero las vibraciones que nosotros emitimos son tan creadoras como las que nos afectan. Por tanto tendremos cuidado, a partir de ahora, de levantar la voz y utilizarla como arma arrojadiza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...