viernes, 12 de octubre de 2012

LAS TRECE JOYAS QUE EUMENTARÁN VUESTRA FELICIDAD (4)



LAS TRECE JOYAS QUE AUMENTARÁN VUESTRA FELICIDAD (4)

0, 11 y 12.

10.- Cuida tu postura. Sé consciente de cómo estás en cada momento, en tu equilibrio corporal, en cómo tienes de relajados los grupos musculares. En cada situación, sentado, comiendo en la mesa, acostado, esperando de pie, conduciendo, paseando, andando deprisa…En cada una de estas situaciones, la postura más cómoda es abandonarse, relajar los hombros, arquear la espalda y bajar la cabeza a su aire. Sin embargo es un error manifiesto.
Esperando de pie, estudiar el peso de vuestro cuerpo y sobre qué pie cargáis ese peso. No estar mucho tiempo cargando el peso sobre ambos pies o sobre uno de ellos; lo más oportuno es, disimuladamente, cambiar el peso simultáneamente de un pie al otro. Este proceder descansa mucho toda la musculatura que sostiene el estatismo corporal.

Andando o paseando por placer –que nada tienen que ver ambos conceptos– La postura más adecuada es echar los hombros ligeramente hacia atrás, sacar pecho, mirar hacia adelante y elevar ligeramente la barbilla. De esta manera descansa mucho la espalda y la postura de las costillas obliga a llenar los pulmones de aire.
En la mesa para comer, en la mesa de trabajo, delante del ordenador. Hay un dicho, perteneciente a las normas de educación, que se expresa: «En la mesa, como en el caballo». El que haya montado a caballo sabe que la primera norma es mantener la espalda recta y relajada; sentarse sobre los huesos sacros, no sobre los muslos.

Solo un jinete relajado, puede montar un caballo relajado. Solo una postura recta, equilibrada, permite la comodidad del caballo, física y mental. Un jinete mal colocado, desequilibra, paraliza y estanca a su caballo y no permite la relajación la apertura y la musculación armoniosa.
Es exacto a todo lo que se podría argumentar en la vida real. Una correcta postura, con la espalda recta y relajada al mismo tiempo, dirá mucho de la educación del comensal. Y contribuirá, de paso, a mejorar toda la musculatura de hombros y espalda.

11.- Escucha música de tu gusto. La música amansa a las fieras…y a las personas. Emociónate con ella, goza de ella, déjate llevar por la música. Y si puedes, baila al compás de la música. Deja que el cuerpo se exprese. Quítate las vergüenzas y baila como te indique el corazón, independientemente de la gente que te rodee. Da rienda suelta a lo que llevas dentro, hasta que los caballos se te desboquen.
La música emite vibraciones que inciden en tus átomos y los armonizan o, por el contrario, los vuelven locos. Las músicas que te chirrían no las oigas; escucha sólo aquella música que te pone alas en los pies, mariposas en el estómago y ensancha tu corazón.

Las plantas crecen más y mejor con música de Mozart y, curiosamente, la Canabis índica crece más con el rock duro. Los animales de producción también responden a la música. Total, oye la música que te gusta y déjate impregnar por ella.

12.- Come racionalmente y con mesura. La norma es comer cada 3 ó 4 horas cantidades moderadas de alimentos. Y en el capítulo de tipos de alimento: Abundantes frutas y verduras, arroces, legumbres, hidratos de carbono moderadamente, más pescado que carne. Evitar el alcohol, el tabaco, el café y los lácteos en general, así como las latas de conserva, las harinas refinadas y el azúcar. No consumir bebidas carbónicas y de beber, fermentados (vino o cerveza), no destilados (licores en general).
Comer despacio, masticando muchas veces los alimentos y, a poder ser, en silencio y concentrados en lo que come (estar en lo que se celebra). Acompañar la comida con una tisana caliente y acabar con otra tisana caliente.

Y, en general, «Desayunar como un rey; comer como un príncipe y cenar como un mendigo». «Más suela y menos carne en la cazuela»  Y, por último, evita todos aquellos alimentos que sabes que te sientan mal.
 
 
Reloj solar en la Huerta de Guadián. Palencia.
 

 

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