martes, 19 de enero de 2010

IGUALDAD (Macho y hembra los creó) (Parte 4 de 4)

Consecuencias laborales


Los puestos de trabajo, que antes ocupaban exclusivamente los hombres, ahora están repartidos, en ambos sexos, con iguales oportunidades. Y éste, sí o sí, es el motivo del paro desde hace décadas. Ahora -ni qué decir tiene-, mucho más. Una de las soluciones de la crisis, podía pasar porque el puesto de trabajo de las mujeres casadas, lo ocuparan los maridos en paro.

Consecuencias materiales

Los matrimonios viven mejor con dos sueldos. Qué duda cabe. Pero las cosas materiales: Segunda casa, segundo coche, veraneos, viajes…crean, como poco, un estado de ansiedad por lo que todavía no se tiene, y un temor subconsciente de perder lo que se ha conseguido a costa de tanto trabajo. La consecuencia es una carencia de felicidad interna, para enfocarse fuera, en los aspectos materiales, dejando aparatado el aspecto interior, espiritual, de trato, de relación, de amor a la familia y de dedicación a ella.

Consecuencias educacionales

Ya he apuntado, de soslayo, un aspecto importante que es la educación que los padres deben a los hijos. Pero, como ya he señalado, el complejo de culpa y de abandono que subyace en la actitud paterna, les impulsa a compensar con autorizaciones no oportunas: Falta de limpieza personal y de su entorno; impuntualidad en las horas de llegada a casa, con la vista gorda de los padres, que ya han transigido en el horario, forzados por los requerimientos tozudos de los niños que se sienten agraviados por sus amigos, a quienes dejan llegar a casa a horas intempestivas; faltas de educación en la mesa y en el trato con los padres y con los mayores; contestaciones, fuera de tono con la complacencia paterna; defensas injustas de los hijos frente a sus profesores, que se sienten inermes y sin ninguna defensa.

Son tremendas las consecuencias sociales y familiares, por tanto, que traen como secuelas el cambio de roles entre hombre y mujer que, constantemente, están interfiriendo en las obligaciones, cometidos y lógicas fisiológicas de ambos sexos.

Aparte de todas estos resultados, ocasionan estas situaciones, una revulsión psicológica que, sobre todo en el varón, hace que no sepa a qué atenerse, qué pensar, ni cómo actuar con respecto a su pareja y al medio.

¿Por qué? No por una liberación de la mujer, -que yo me cuestiono, aparte de la dignidad y el respeto que se las debe, si ellas, en su fondo, quieren esta vida de ajetreo, trabajo mal pagado, abandono de los hijos-, sino por requerimiento de los partidos políticos que impulsaron los movimientos sufragistas en todo el orbe, para justificar la concesión del voto para las mujeres. Después, los despropósitos de la imposible igualdad entre ambos sexos, que por mucho que creen ministerios para justificar una postura feminista, no se lo cree nadie excepto los que se lucran con estas estupideces.

En este punto me debo de declarar como feminista convencido: Me parió una mujer, recogió mi cuerpo al salir del útero materno una mujer, me criaron mujeres, me casé con una mujer, mis amigas son mujeres, y siempre he tenido mujeres a mí alrededor. Rindo culto a la mujer: Es más inteligente, más perceptiva, más clarividente, más intuitiva, más amorosa…y, además tiene la capacidad de gestara un ser en su seno. ¡Adoro a la mujer! Aclaradas mis intenciones…

Ambos sexos, hombre y mujer (no por machismo, sino por orden de prelación) nunca pueden ser iguales; nunca podrán ser iguales y nunca han sido iguales. Solamente daré la razón a todo el imbécil que lo promulgue con cara de cínic@ (es por lo único que me gusta esta gilipollada de la igualdad entre sexos, por la arrobita que las define), cuando yo pueda concebir en mi vientre un feto o cuando una maravillosa hembra, pueda depositar sus espermatozoides en el útero de otra mujer. En fin, nada, humo, aire, ganas de tocar los testes.



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