domingo, 25 de marzo de 2012

ESTO ES EL ANUNCIO DE UN MEDICAMENTO…

Hasta hace poco tiempo yo podía bajar al blogg películas de video extraídas de you tube, ahora es imposible. Por los varios atajos que he empleado no puedo hacerlo. ¿Alguno sabe qué he de hacer para volver a ofreceros vídeos, música, etc.?

Siempre pienso, y digo, que no se debe juzgar, ni criticar. Son dos vicios nacionales que actúan en el individuo como un bumerán. Y como disto mucho de la perfección y de la perseverancia, a veces se me va la olla y critico delante de mi familia. Entonces siempre hay alguien que me recuerda mis recomendaciones previas de no juzgar y no criticar; a lo que yo contesto –con toda la intención de justificarme– que no critico, constato hechos. Lo que escribo a continuación no es una crítica –que podía hacerla con soltura–, es una constatación de mi experiencia de cuarenta años de convivencia con la enfermedad, con los fármacos y con quien los fabrica.

Este anuncio es de un medicamento. Lea detenidamente las instrucciones y consulte al farmacéutico. ¿Quién no conoce esta famosa frase incluida en la pantalla azul, que aparece al final de los anuncios de medicamentos como Aspirina, Bisolvón Antitusivo, supositorios Rovi… En algún momento de vuestras vidas habéis recurrido al farmacéutico más cercano y os ha aconsejado la toma de alguno de estos medicamentos en cuyo cartonaje aparecen las siglas EFP y, aunque desconocíais su significado, únicamente pretendíais calmar vuestro apretón.

Los medicamentos denominados hasta ahora Especialidades Farmacéuticas Publicitarias (EFP) tienen una serie de características propias: Están destinados a la prevención, alivio y tratamiento de dolencias leves que el ciudadano es capaz de distinguir por sí mismo, no necesitan de una receta médica para su dispensación, pero tienen la misma calidad, seguridad y eficacia que los medicamentos de prescripción, su precio es libre, pueden hacer publicidad dirigida al público, están compuestos por principios activos que deben estar incluidos en una lista positiva, etc.

Analicemos este párrafo sin desperdicio. “Están destinados a la prevención, alivio y tratamiento de dolencias leves que el ciudadano es capaz de distinguir por sí mismo” Es falso de toda falsedad que un ciudadano sin estudios sobre propedéutica, patología médica y sintomatología esté capacitado para distinguir por sí mismo determinada dolencia. Lo único que conseguirá es uno de los efectos secundarios de los que son portadores todos los medicamentos que se venden, con o sin prescripción médica, en todos los despachos de medicamentos, alias Farmacias, de este país.

Otra variante de la falacia de la multinacional del medicamento –que es la que rige actualmente los destinos de la medicina– es publicar en el anuncio la necesidad de “Consultar al farmacéutico”. Pero el ‘boticario’ no está capacitado para establecer un diagnóstico de certeza con la exclusiva sintomatología de un ciudadano que acude a la farmacia a por ‘algo’ que le quite el dolor de cabeza, que puede corresponder a veinte o treinta entidades nosológicas diferentes, algunas de ellas graves. El único que está capacitado para establecer un criterio cierto sobre los síntomas del paciente es el médico, y apurando, sólo el especialista puede apuntar al blanco con más garantía que el médico de familia.

¿Por qué entonces la exhibición, varios cientos de veces al día, de anuncios de medicamentos en TV? ¿Por qué en todos ellos se hace hincapié en la necesidad de consultar al farmacéutico? ¿Qué intenta la industria del medicamento con esta maniobra, que por otra parte está aceptada por todos los gobiernos?

Yo tengo un anuncio de TV que es la monda: “Ciudadano,  si te duele la cabeza, espera setenta y dos horas. Si en ese tiempo no ha desaparecido, acude a un especialista” Pero, claro, esto va en contra del pastizal que ganan las multinacionales de la farmacia con el dolor, la enfermedad y la muerte de la gente. La industria farmacéutica, que tiene un halo de bienhechora de la humanidad, si escarbas un tanto, te das cuenta de que no sería nada sin enfermedades. Y como no tiene alma y su fin es el pastizal, hace todo lo que está en sus manos para fomentar el dolor, y luego inventa la forma de paliarlo en parte, pero provocar un efecto secundario que, a su vez, necesita de otro medicamento que mejora ese efecto secundario, pero que ocasiona otros dos, para los que han inventado dos medicamentos, que a su vez producen tres efectos secundarios que…

LOVEU FOR EVER








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