viernes, 30 de marzo de 2012

LA FE MUEVE MONTAÑAS



«…Porque tienen poca fe; les aseguro que si tuvieran una fe como la del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ‘trasládate allá’ y se trasladaría; nada les sería imposible» (cf. Mt 17, 14–20).

«Si tuvieran fe, aunque sólo fuera como un grano de mostaza, dirían a este árbol: ‘Arráncate y trasplántate al mar’, y les obedecería» (cf. Lc 17, 1–10).

Son dos ejemplos de la convicción que tenía Jesús de Nazaret, de que la clave para crear en este plano es la fe absoluta en que podemos hacerlo.

Nada es imposible si cabe en tu cabeza. Impossible is nothing es una frase acuñada para una campaña de la casa Adidas. La traducción en castellano es: “Imposible es nada” Y a fe mía que tiene más fuerza que decir: “Nada es imposible”, pero ahí no está el debate. Lo verdaderamente curioso y alentador es que en la actualidad existen personas que piensan en la fe como recurso para eliminar de la mente del individuo la palabra imposible. Y la cuña publicitaria continúa:

«Imposible es solo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho, no es una opinión. Imposible no es una declaración, es un reto. Imposible es potencial. Imposible es temporal. IMPOSSIBLE IS NOTHING»

El auténtico reto es tener fe, es creerse que esto es la realidad de cada ser humano. Que no hay nadie en el mundo incapaz de crear lo imposible con la mente; aquello que se considera como tal, como imposible. Y con fe: IMPOSSIBLE IS NOTHING»

Insisto a diario en el privilegio que nos dio Dios a los humanos, al dotarnos de una mente creativa y todopoderosa, que nos faculta para pensar que no hay nada imposible en ningún terreno, en ningún campo de acción del género humano. Todo lo que pienses se puede realizar, sólo tienes que creerlo con todas las células de tu cuerpo, y no dar pábulo a la posibilidad de que no pueda ser, de que es difícil, de que es imposible, de que muchos trataron de hacerlo antes que tú y fracasaron. Pretextos, miedo infinito a nuestra calidad de humanos imperfectos. Jindama, canguelo al ridículo. Cagalera que nos produce la posibilidad de fallar en nuestro intento.

La salud, la fortuna, el amor, las relaciones laborales, todo, está controlado por la mente, y si no lo controlas tú, lo van a controlar por ti y entonces no te puedes quejar. Si todos nos unimos podríamos cambiar la realidad imperante por otro estado más acode con la equidad, la ecuanimidad, la solidaridad, la generosidad, la bondad, la honestidad y la hombría de bien.

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