viernes, 2 de marzo de 2012

LOS CELOS CONTRA NATURA





No tengo datos para afirmar que son abundantes, como las arenas de las playas, los maridos que persiguen a sus esposas por supuestas infidelidades. Pero lo que sí afirmo es que haberlos, haylos. Y desde esta tribuna digo abiertamente, y no es la primera vez, que por mucho que se empeñen los hombres, si las mujeres tienen que ponerles los cuernos, se los van a poner a pesar de la vigilancia inmisericorde y las pesquisas detectivescas a que sometan a sus cónyuges.

¿Por qué una mujer tiene interés en ser infiel, aunque sea de pensamiento? Porque se siente insatisfecha, poco atendida, poco admirada, poco respetada, poco valorada y reprimida. Una mujer se tiene que sentir libre para escoger sus amistades, su trato con los demás y sus veleidades de cualquier tipo. Una mujer ansía sentirse entendida en sus más íntimos detalles; ansía que la pareja sepa por dónde van sus instintos, sus apetencias y sus neuras. Y en sus periodos bajos, encontrar unos brazos que la arropen rendidamente, sin criticar, sin juzgar, y sin querer entender la causa de sus quebrantos.

La mujer se acerca mucho a la definición que hace Giuseppe Verdi en el aria de Rigoletto:

La donna è mobile, qual piuma al vento,
muta d'accento, e di pensiero.
Sempre un amabile, leggiadro viso,
in pianto o in riso, è menzognero.
La donna è mobile, qual piuma al vento,
muta d'accento, e di pensier
e di pensier, e di pensier.

È sempre misero, chi a lei s'affida,
chi le confida, mal cauto il core!
Pur mai non sentesi felice appieno
chi su quel seno non liba amore!
La donna è mobile, qual piùma al vento,
muta d'accento e di pensier,
e di pensier, e di pensier!

La mujer es voluble, cual pluma al viento,
cambia de palabra y pensamiento.
Siempre su amable, hermoso rostro,
en llanto o risa, es engañoso.
La mujer es voluble, cual pluma al viento,
cambia de palabra y pensamiento.
y de pensamiento, y de pensamiento.
¡Siempre es desgraciado quien en ella confía,
quien le entrega, incauto el corazón!
¡Pero aún así, no se siente plenamente feliz
quien de su pecho no beba amor!
¡La mujer es voluble, cual pluma al viento,
cambia de palabra y pensamiento
y de pensamiento, y de pensamiento!

¿Y esto lo digo, y quiero que se interprete en un sentido peyorativo? De ninguna manera. La mujer es así y hay que aceptarla como tal, en vez de perseguirla y juzgarla. Agradece cuando una mujer te ama a pesar de que no entiendas muchos de sus tics, porque la mujer tiene razones que la razón no entiende, pero está dispuesta a morir por el hombre que la conoce y que la hace sentirse libre.

He entresacado el parlamento de la protagonista de una novela de una autora novel, que pone esta frase en boca de una mujer perseguida sin motivo por su consorte:

«Ábrete a mí, IDIOTA!!! Sácame partido, ahora que me tienes, y deja de amargarte por lo que estaré haciendo cuando no estoy contigo…»

Una bella lección de retórica para los imbéciles que hacen justo lo que dice esta mujer, que desea ser interpretada correctamente: No sacan a la pareja el partido cuando están con ella, amargándose por lo que puede hacer cuando no están con ella.

Esta gente verdaderamente no se merece lo que Dios les ha dado gratuitamente. Y deberían de recapacitar y acudir a una escuela donde puedan aprender lo que es una mujer, qué quiere, qué ama y como se come, si con las manos o con cubiertos de plata.

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