miércoles, 13 de enero de 2010

ENSAYO SOBRE LA LIBERTAD (Parte 3)

Puntos de vista


Naturalmente, a lo largo del espectro político, diversos grupos difieren sobre lo que creen que constituye una "verdadera" libertad política. Friedrich Hayek señaló que la famosa "libertad" ha sido probablemente la palabra de la que más se ha abusado en la historia reciente actual.

En el liberalismo libertario, la libertad se define en términos de interferencia con la personal búsqueda de la felicidad, ya sea por el gobierno o de otras personas, donde se define como la intromisión injustificada de prevenir a otros de su voluntad en la realización de su curso de acción elegido o en el uso de las cosas. Esto no significa que necesariamente los libertarios son favorables al capitalismo. En lugar de ello, simplemente se oponen a cualquier interferencia en actos entre adultos que consienten, incluidos los actos empresariales. En general las empresas favorecen reglamentos que las protegen de la competencia, que obliga a muchas restricciones a consentir actos capitalistas entre adultos.

Por otra parte, una facción de la izquierda política hace más hincapié en la libertad como la capacidad del individuo de realizar su propio potencial y la búsqueda de la felicidad. Libertad, en este sentido, puede incluir la liberación de la miseria, la pobreza, la privación o la opresión.

En el caso del anarquismo, la libertad es entendida como propiedad de uno mismo, y la ausencia de coacción o imposición; la anarquía se relaciona a la libertad negativa o de no interferencia en la soberanía individual así como la desaparición del poder público. Los anarquistas consideran que tanto las libertades personales como las económicas son igualmente importantes, y que la asociación o la cooperación debe ser voluntaria, dando el estatus de soberano a todo pacto recíproco entre personas adultas, haciendo innecesaria e indeseable toda interferencia externa a tales pactos (autoridad injustificada, involuntaria o permanente). Los anarquistas entienden la libertad como una condición inherente al ser humano y su desarrollo.

En ocasiones se trata a la libertad como si fuera casi sinónimo de democracia, mientras que otros ven conflicto o incluso la oposición, entre los dos conceptos, puesto que mientras la democracia gira en torno a la voluntad general, en cambio la libertad es el eje de conceptos políticos como el imperio de la ley, donde la protección de los derechos civiles es ajena a la regla de la mayoría.

Como ejemplo de los distintos usos de la palabra libertad, algunos dicen que el Iraq era libre bajo Paul Bremer sobre la base de que su gobierno era un gobierno humanista y no vasallo a otros gobiernos, mucho antes de las elecciones que se celebraron. Otros han argumentado que el Iraq era libre bajo el régimen de Saddam Hussein porque con él Iraq no era una colonia; mientras que una tercera parte de la reclamación es que, ni como Estado Dictatorial, ni como Estado Colonial, Iraq es ejemplo de la libertad política.

Los ecologistas sostienen que a menudo las libertades políticas sociales deben incluir algunas restricciones a la utilización de los ecosistemas. Sostienen que no puede haber lugar para, por ejemplo, "la libertad para contaminar" o "libertad a deforestar" dadas las consecuencias. La popularidad de los todoterrenos, el golf, y la expansión urbana han sido utilizados como prueba de que algunas ideas de la libertad y la conservación ecológica pueden chocar. Esto conduce a veces a graves enfrentamientos y choques de los valores reflejados en las campañas de publicidad, por ejemplo, en relación con pieles de PETA (Personas por la ética en el trato a los animales).

Se han producido numerosos debates filosóficos sobre la naturaleza de la libertad, las reclamadas diferencias entre los distintos tipos de libertad, y la medida en que la libertad es deseable. Los deterministas sostienen que todas las acciones humanas están predeterminadas y por lo tanto, la libertad es una ilusión. Isaiah Berlin vio una distinción entre la libertad negativa y libertad positiva.

En la jurisprudencia, la libertad es el derecho a determinar la propia acción autónoma, que generalmente se concede en los campos en los que el tema no tiene la obligación de cumplir las leyes a obedecer o de acuerdo a la interpretación de que la hipotética natural ilimitada libertad, está limitada por la ley para algunos asuntos.

Punto de vista personal

Después de leer todo este interesante ensayo sobre la libertad, se llega a la conclusión de que el individuo no sabe intelectualmente lo suficiente como para entender estos conceptos. Sería necesaria la institución de una materia, de obligado estudio, que formase al individuo sobre la libertad, desarrollando todos los puntos que anteriormente han leído en el somero ensayo inicial.

Pero me voy a remitir a un aspecto fundamental, que la sociedad y la política pasan por alto, haciendo caso omiso de extremo tan importante. Me refiero al párrafo:

“La libertad se sitúa en la interioridad de la persona y siguiendo esa línea de pensamiento afirma Ricardo Yekes Stork: "Es una de las notas definitorias de la persona. Permite al hombre alcanzar su máxima grandeza pero también su mayor degradación. Es quizás su don más valioso porque empapa y define todo su actuar. El hombre es libre desde lo más profundo de su ser. Por eso los hombres modernos han identificado el ejercicio de la libertad con la realización de la persona: se trata de un derecho y de un ideal al que no podemos ni queremos renunciar. No se concibe que se pueda ser verdaderamente humano sin ser libre de verdad."

Estoy absolutamente de acuerdo: “Permite al hombre alcanzar su máxima grandeza pero también su mayor degradación”.

Cuando la política se nutre de la incapacidad del individuo para discernir, y las demagogias que utiliza hablan de conceptos como “libertad”, no entendidos por la gente más que en el sentido de “hacer la voluntad personal” (asimilando al “Cree y peca” de San Agustín) Permite al hombre, por una parte, alcanzar su máxima grandeza. Pero también “su mayor degradación”. El ser humano se encadena a los vicios y a las comodidades. Más a los primeros que a las segundas, aunque ambas son un imán poderoso. Al grito de “¡Libertad, libertad!...” piden la eliminación de las trabas que les permitan emborracharse, consumir drogas, robar, violar cualquier derecho de los demás... En una palabra, delinquir y emponzoñarse, cada vez más, en las sucias aguas de la ciénaga de la libertad mal enseñada, ya que no mal entendida.

“Conoced la verdad y ella os hará libres”, dijo Jesús de Nazaret hace dos mil años. Y la verdad que hace libre al hombre, es que la libertad no está en hacer cada vez más cosas; tener cada vez menos trabas para cometer actos inverosímiles, atroces, cuando no prohibidos por la ley individual y colectiva, sino en hacer cada vez menos cosas. En tener cada vez menos necesidades que nos encadenen al ecúleo de los deseos.
 (Contuará mañana)

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